Según pasan los meses, el COVID-19 parece estar dando tregua. Ello se ve reflejado en la reactivación de actividades que además de dinero, proporcionan mucho divertimento a la sociedad. Uno de esos pasatiempos es el fútbol, que ya ha vuelto en Corea del Sur. Mientras que en Alemania rodará el balón la próxima semana -sin público en las gradas y con extrema atención a la higiene- y en LaLiga se hará lo propio a mediados de junio, en la Premier el futuro es bastante incierto.
Inglaterra, que acumula menos infectados pero sí un mayor número de fallecidos que España, aún no se ha pronunciado sobre el retorno de la Premier. Se han planteado infinidad de opciones: desde declarar el año nulo -como se ha llegado proponer en otros países- a ir poniéndose manos a la obra con las tareas de reacondicionamiento de la liga. Y es que la primera medida que ha salido a la palestra es la posibilidad de jugar los 92 partidos que restan en diez diferentes estadios, que de aquí a final de campaña serían sedes neutrales.
La lejanía respecto de los núcleos residenciales, la correcta conexión del campo con los transportes públicos o las innovaciones de las infraestructuras han sido algunos de los motivos de peso por los cuales las siguientes arenas habrían sido seleccionadas. La capital inglesa sería la ciudad que más sitios aportaría para finalizar la Premier. El Emirates Stadium, el London Stadium y el Tottenham Hotspur Stadium. Todos ellos son estadios que disponen de una gran capacidad. La Federación Inglesa puede contar al mismo tiempo con los estadios de Manchester, el Etihad Stadium y Old Trafford. La región de Midlands ha sido uno de los grandes atractivos a la hora de escoger posibles sedes. En ella se ubican el King Power Stadium, Molineux o Villa Park, donde podrían jugar los 20 equipos. Para terminar, están el Amex Stadium y el St. Mary Stadium. Situado en pleno Brighton y con grandes espacios verdes, el Amex Stadium es un sitio que cuenta con unas instalaciones que están a la vanguardia del fútbol moderno. Por su parte, el St. Mary Stadium de Southampton juega con la ventaja de estar lejos de zonas residenciales.