La cara y la cruz de la moneda en la Bundesliga. La irregularidad y la regularidad en forma de equipo. La imprevisibilidad y la superioridad. La fragilidad y la robustez.

La temporada de 'las águilas' no podía ni siquiera definirse como decente. Transitaban zonas intermedias y prácticamente sin rumbo. El parón podría haber resultado incluso provechoso. Como uno de esos fines de semana en los que viajamos a lugares alejados para desconectar del complejo día a día. 

Todo lo contrario en el caso de 'los potros', cuya dinámica era de lo más axiomática. Cuartos y en plena pelea por el liderato. Un juego de lo más admirable, trabajado movimiento a movimiento por Marco Rose. Mantenerse en el sueño requería mantener el nivel mostrado hasta mediados de marzo.

Un minuto es suficiente para el Borussia

38 segundos bastaron para corroborar que el éxito del M'Gladbach no era un espejismo. Todos los automatismos y las buenas sensaciones cosechadas antes del parón se mantienen ahí. Intactas. Imparables. Alassane Plea se encargó de demostrarlo, adelantando a 'los Potros' antes de llegar al primer minuto de encuentro. 

Y por si a alguien le había quedado alguna duda, Marcus Thuram la disipó poniendo el 0-2 en el marcador a los 7 minutos. Un arranque espléndido para los visitantes. Y todo lo contrario para los locales. Muy frágiles. Muy vulnerables. Nada nuevo. 

Estas dos bofetadas iniciales hicieron despertar de golpe a los de Frankfurt, que empezaron a asomarse, aunque tímidamente, al arco de Yann Sommer. Pero la zaga del M'Gladbach necesita más que débiles ventiscas para ser superada. Y el Eintracht no mostró estos requisitos para optar a la remontada. 

Mismo guión en la segunda mitad

Pese a que arrancó el segundo tiempo con la entrada de André Silva, los pupilos de Adi Hütter no mostraron apenas síntomas de mejoría. Los de Marco Rose, por su parte, no veían necesidad de arriesgar y centraron sus esfuerzos en mantener su portería a 0.

Unos segundos 45 minutos algo agrios y con poco espectáculo. No obstante, en una de las ofensivas del M'Gladbach, Evan N'Dicka, cuyo partido es digno de benjamín, cometió un penalti que Bensebaini se encargó de mandar al fondo de la red, poniendo así el 0-3 en el electrónico.

Con el partido ya sentenciado, el M'Gladbach bajó la guardia, y André Silva aprovechó el relajamiento para recortar distancias.  Con un Eintracht en busca de la épica y acumulando mucha gente por delante del balón, dispusieron de diversas ocasiones 'los potros' para aumentar todavía más su ventaja. 

Finalizó el encuentro con 1-3, quizá algo inferior a lo que hubiese podido ser si los de Marco Rose hubieses sido más efectivos de cara a puerta. Se mantienen en la pelea del liderato y se alimentan del 'pinchazo' del RB Leipzig frente al Freiburg. Los de Frankfurt parecen destinados a la media tabla. Aunque deben andarse con ojo, porque el descenso no les pilla excesivamente lejos.

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