Suena increíble, quizás sacado de las películas más insólitas de ese Hollywood que tanto deleita pero que, bajo la alfombra, esconde cada vez más cenizas. El cobarde asesinato de George Floyd en manos de un policía racista, en el estado de Minneapolis, acabó por desatar una serie de masivas protestas en los Estados Unidos, cuya repercusión alcanzó a otros países.
George Floyd fue cruelmente asesinado por Derek Chauvin, agente de la Policía de Minneapolis, el pasado 25 de mayo. A partir de ese día, se desataron una serie de manifestaciones alrededor de todo el país norteamericano, llegando incluso hasta los límites de la Casa Blanca, donde el propio Presidente, Donald Trump, debió ocultarse.
La energía por decir 'basta' ante la discriminación, ante el temor de ser encarcelado o, aún peor, asesinado solamente por el color de piel, hizo que el reclamo fuera absorbido incluso por sectores más privilegiados pero con mucho más alcance mediático, como los futbolistas.
Desde la Bundesliga comenzó a hacerse sonar el #BlackLivesMatter, eslogan de las marchas que reclaman justicia por Floyd. Marcus Thuram, del Borussia Monchengladbach, y Jadon Sancho, del Borussia Dortmund, realizaron celebraciones de gol en las que tuvieron presente a la víctima, demostrando que el fútbol no desea escapar a este reclamo de justicia.
En Inglaterra, las plantillas del Wolverhampton Wanderers, Chelsea y Liverpool se fotografiaron con una rodilla en el suelo, emulando la cruel manera en la que fue asesinado Floyd. A su vez, otros clubes de la máxima división del fútbol inglés, como Manchester United, Tottenham Hotspur y la propia Premier League, publicaron mensajes de concientización en sus redes sociales.
De esta forma, el fútbol también dijo presente en el pedido de justicia y para que, de una vez por todas, ya viviendo en el siglo XXI, la discriminación se vuelva un doloroso recuerdo que quede enterrado para siempre en el pasado.