La Major League Soccer en este tiempo ha sido una competición rodeada de éxitos. Desde que comenzase a rodar el balón en 1996 en el Spartan Stadium de California la MLS ha ido superando escalones y creciendo en el ámbito deportivo y financiero, lo que les ha permitido colocarse como la liga con mayor progresión del planeta fútbol en estos momentos.

Diez fueron las franquicias que comenzaron la MLS hace 25 temporadas y a día de hoy la forman 26, con otras cuatro más aseguradas para los dos próximos años. Esto hace un crecimiento del 300%, aunque ha sido en los últimos años donde el aumento ha sido mayor. En apenas ocho temporadas, han sido y serán 12 las nuevas franquicias que se irán incorporando a la liga, lo que significa un 40% del total. Si lo comparamos con el anterior proceso de expansión es un gran número, ya que desde 1996 hasta 2014 fueron 11 equipos los que se implementaron.

Presentación de Charlotte como nueva franquicia (mlssoccer.com)
Presentación de Charlotte como nueva franquicia (mlssoccer.com)

Desde la primera temporada, han sido un total de 23 equipos los que se han incorporado a la Major League Soccer de los cuales, quitando a algunos que ya no están, todos han tenido cierto éxito, que les ha permitido continuar en la competición salvando diferentes problemas. Sin embargo, son muchos más los mercados los que han querido sumarse a la fiebre creada por el soccer, sobre todo en los últimos años. En el último proceso de expansión se creó un listado de 12 ciudades que pidieron de manera formal, pasar a formar parte de la MLS, pero sólo unas pocas lo consiguieron.

Este resumen demuestra la gran capacidad de crecimiento de la liga en cuanto a equipos que se han subido a la ola de este deporte. Pero el éxito no ha sido el 100%. En estas 25 ediciones ha habido tres equipos que no consiguieron sobrevivir a las exigencias de esta competición y tuvieron que dejar su actividad. Los problemas financieros fueron la raíz de los problemas en todos ellos, aunque en algunos también influyó la falta de apoyo por parte de los aficionados, ofreciendo muy poco seguimiento.

El primero de estos equipos en desaparecer fue Tampa Bay Mutiny. Uno de los fundadores de la competición no pudo soportar los problemas financieros del equipo y sobre todo de la competición, viéndose obligados a terminar su actividad. En la misma temporada, el otro equipo del Estado de Florida, Miami Fusion, también tuvo que dejar de competir por causas financieras similares a las de Tampa Bay. El último dejó la MLS hace poco más de un lustro, Chivas USA. El equipo californiano apareció para ocupar el mercado hispano de la zona del sur de California, pero no obtuvo los resultados buscados y tras una serie de problemas, dejó su plaza a otro equipo que años después, se convertiría en uno de los mejores de la MLS.

La historia de estos equipos, su creación y las causas de su desaparición serán expuestas a continuación para que se pueda conocer no sólo la cara amable y el éxito de la MLS, sino también, los graves errores que pueden llegar a cometer algunos equipos.

Tampa Bay Mutiny

Tampa Bay fue una de las primeras ciudades en ser galardonada con una franquicia en la Major League Soccer en 1996. La ciudad del Estado de Florida fue punta de lanza de la competición en el proyecto por expandir el soccer al sureste del país, donde la población hispana era muy superior a la de cualquier otra región. El éxito que tuvo el anterior equipo de la ciudad, Tampa Bay Rowdies, durante la etapa de la North American Soccer League en la década de los 60 y 70, hizo que desde las oficinas colocasen a esta ciudad entre las elegidas, tratando de repetir el mismo guion.

Sin embargo, esta apuesta no tuvo la acogida esperada por parte de los grupos financieros ni los propietarios, y fue la propia oficina de la MLS quien tuvo que hacerse cargo de la gestión del equipo. En su momento la liga llegó a entablar conversaciones con la familia Galzer (dueños de los Tampa Bay Bucaneers de la NFL), para que se hiciesen cargo del equipo, pero estos rehusaron amablemente. Esta falta de confianza en la franquicia fue una quimera que los persiguió durante su corta historia, ya que a pesar de haber tenido uno de los mejores equipos en la historia de la Major League Soccer, los problemas los problemas extra deportivos lastraron este ambicioso proyecto.

El equipo formado por jugadores con un gran caché internacional como Carlos Valderrama o Martín Vásquez, acompañados de estadounidenses como Roy Lassiter o Cle Kooiman formaron un equipo que en el primer año de competición acumularon un gran número de trofeos y reconocimientos. A nivel de equipos se proclamaron campeones de la MLS Supporters’ Shield como los mejores de la temporada regular a lo que hubo que sumarles el MLS MVP al ‘Pive’ Valderrama, el máximo goleador para Roy Lassiter (estableciendo un récord histórico con 27 goles), el MLS Rookie del Año para Steve Ralston y el MLS Entrenador del Año a Thomas Rongen.

Valderrama fue el mejor jugador en la historia deMutiny (tampabay.com)
Valderrama fue el mejor jugador en la historia deMutiny (tampabay.com)

Estos reconocimientos chocaron de bruces con una realidad muy dura en la MLS como son los PlayOff’s, en la que de lo mismo la gran temporada que realices, como cometas un error, estás fuera. Y eso fue algo que persiguió a la franquicia hasta el día de su desaparición, la ‘Maldición de los PlayOff’s’. Ya en su primera temporada, a pesar de los buenos resultados conseguidos, cayeron eliminados en la final de conferencia, privándoles de lo que podría haber sido la temporada perfecta.

Todos estos éxitos que el equipo acumuló sobre los terrenos de juego (no nos podemos engañar, salvo un título, el resto de la temporada fue un éxito), no tuvieron similitud en el resto de las facetas que engloban a un club de fútbol. La asistencia al estadio fue algo que el equipo acusó, no sólo en el primer año sino también a lo largo de su historia, con una pobre entrada que denotaba el poco interés de los aficionados en el equipo. Esto fue algo muy extraño ya que el anterior club de la ciudad, los Rowdies, consiguió consolidar a un gran número de aficionados en los años en los que jugó en la NASL.

A esto hubo que sumarle un problema más en las oficinas del equipo. Unos días antes de acabar la primera temporada, el director de finanzas del Mutiny, Mark Fortunat, fue acusado de sustraer $100,000 provenientes de las entradas y de las ventas en el estadio. Este huracán de problemas sacudió al equipo de tal manera que ya apenas consiguió levantar cabeza.

En el mismo mes de octubre de 1996, la MLS decidió cambiar la dirección de Tampa Bay al colocar como presidente y General Manager del equipo a Nick Sakiewicz, quien hasta el momento había sido el vicepresidente de ventas en lo referido al patrocinio de la competición. A este se le unió el ex manager de San Antonio Scorpions, Tim Hankinson, quien acompañó al Sakiewicz durante su aventura.

"Intentó hacer algo en Tampa con el equipo. Cuando se hizo cargo del equipo, éste se encontraba en una situación de crisis. Tuvieron algunos problemas después de la primera temporada. Fue una situación muy difícil para él y para mí, para eliminar los problemas y las dificultades. Pero fuimos capaces de lograr algunas de esas cosas", dijo Hankinson en una entrevista para un medio deportivo.

Durante la siguiente temporada el equipo mantuvo unos parámetros similares a lo vivido en el año anterior. Los resultados fueron positivos durante la temporada regular, y aunque en esta ocasión quedaron segundos de su conferencia, clasificaron a los PlayOff’s, cayendo eliminados en las semifinales de conferencia ante Columbus Crew. Con la asistencia y el apoyo al equipo en las gradas bajo mínimos, por segunda temporada, el equipo cayó en una crisis que se agravó a un más unos meses más tarde. Tampa Bay Mutiny perdió varias de sus piezas más importantes. Ese equipo campeón vio como muchos de sus mejores jugadores se marcharon, obligando a los directivos a armar un ‘roster’ prácticamente de cero.

La crisis deportiva comenzó en la temporada 1998 con la salida de algunos de sus mejores jugadores

Fue con la aparición de Chicago Fire junto con Miami Fusion y la celebración del MLS Expansion Draft, donde Tampa Bay Mutiny fue totalmente desmantelado. A diferencia de en la actualidad, donde en este Draft solo pueden ‘quitarte’ a un futbolista, el conjunto del este de Florida perdió a tres jugadores. A ellos hubo que sumarle unos meses más tarde la salida de dos de los futbolistas más importante del equipo, en la figura de Carlos Valderrama, y con la temporada empezada, Roy Lassiter. El colombiano fue traspasado al máximo rival, Miami Fusión, en una negociación donde Tampa Bay no pudo hacer nada para retenerlo, según palabras del entrenador de ese año, John Kowalski. El caso del delantero fue algo más doloroso, después de que Roy apostase por quedarse en el equipo para intentar reconducir la dirección, pero tras una serie de derrotas, instó al club a buscar un traspaso a DC United, que consiguió a las pocas semanas del inicio de la competición.

Estas dos salidas terminaron por castigar a un equipo que desde ese momento no levantó cabeza, lo que quedó representado en la mala temporada realizada en 1998. En el ecuador de la campaña, el club prescindió de los servicios de quien hasta ese momento fue su entrenador Kowalski, tras una racha de tres victorias y 12 derrotas, buscando revertir la situación y clasificar a la post temporada. Sin embargo, finalizó el año en la quinta posición en el Este, acumulando una mala estadística de 12 victorias y 20 derrotas con la que se quedó por primera vez fuera de los MLS PlayOff’s.

Finalizado su tercer año de proyecto, el equipo continuaba sumido en una crisis constante de la que parecía no poder salir. Los problemas financieros se agravaron en el tránsito de la temporada 1998 a 1999 cuando la ciudad de Tampa anunció la demolición del Tampa Stadium, lo que obligó al Mutiny a mudarse al Raymond Jame Stadium, donde el alquiler que tuvo que pagar para disponer de él fue aún mayor que lo destinado hasta el momento. Una temporada más, el equipo continuaba con pérdidas y eso empezaba a plantear en la MLS una serie de dudas sobre la viabilidad del proyecto. Encontraban un inversor o la franquicia tenía un futuro muy negro.

La temporada 1999 el equipo recuperó parte de su rendimiento y de la asistencia media al estadio, con más de 13.000 espectadores por partido, logrando la mejor cifra de todos sus años. En lo deportivo volvieron a dar un paso al frente regresando a los PlayOff’s, pero continuaron sin superar las semifinales de conferencia, quedándose lejos de pelear por un título que se les escapaba por cuarta ocasión consecutiva.

Con el inicio del nuevo milenio, el equipo buscó in extremis revertir la situación realizando un movimiento que llenó de ilusión a la afición de Tampa Bay. En un fichaje estratégico donde la franquicia buscó recuperar el lugar que había perdido en la competición, trajo de vuelta a un futbolista tan importante como Carlos Valderrama. Tener al mejor asistente como era el colombiano y al mejor goleador en la figura de Mamadou Diallo Pero la llegada del colombiano chocó de bruces con la salida de quien hasta ese año había sido el responsable de la franquicia.

Nick Sakiewicz dejó su cargo en la franquicia para hacerse cargo de New York/New Jersey MetroStars para representar el cargo de presidente y General Manager. De manera velada, esta salida significaba que el fin del equipo estaba cerca. La apuesta de Sakiewicz y su esfuerzo por sacar el equipo adelante fue poco a poco desapareciendo y eso tuvo su representación con la salida del directivo.

Este hecho abrió una etapa que duró dos temporadas en las que Tampa Bay Mutiny. En el año 2000 el equipo mejoró en su juego y consiguió regresar entre los mejores al clasificar como segundo en la Conferencia Central, sólo por detrás de Chicago Fire. Sin embargo, no fue capaz de superar la barrera de las semifinales, cayendo ante Los Angeles Galaxy con un marcador escandaloso. A nivel de seguimiento, la franquicia tuvo la peor entrada de su historia, llevando una media de poco más de 9.000 espectadores por partido, en un estadio para 65.857. Con estos números entró el que fue, a posteriori, el último año en la historia de Tampa Bay Mutiny. Algo no marchaba bien en el equipo, volvieron los malos resultados y la asistencia al estadio se mantuvo en las mismas marcas que hasta el momento. Los PlayOff’s se convirtieron en un sueño ya que finalizaron en la cuarta posición de su conferencia y a su vez, el último en la clasificación.

Tampa Bay en uno de sus últimos encuentros (taringa.net)
Tampa Bay en uno de sus últimos encuentros (taringa.net)

Se cerró la temporada 2001 y fue ese el momento de realizar un estudio de lo que ocurrió hasta el momento y ver la viabilidad del Tampa Bay Mutiny. Durante sus seis años, el equipo no había encontrado su sitio dentro de la ciudad. A pesar del cariño por este deporte en Tampa Bay, después de los buenos resultados conseguidos décadas atrás por los Rowdies, el conjunto ‘emelesero’ no consiguió llegar a los aficionados. Eso se vio reflejado en la mala asistencia al estadio, que pese a conceder descuentos, marketing o incluso conciertos gratuitos al final de los partidos, no lograron fidelizar a sus fans. Los malos resultados fueron otro de los hándicaps negativos que tuvo que soportar el equipo, ya que desde la MLS Supporter´s Shield, lograda en una maravillosa primera temporada, el Mutiny se quedó muy lejos de haber conseguido sumar algún título más a sus vitrinas.

Pero fueron realmente los problemas financieros los que castigaron a la franquicia desde su creación, acumulando una deuda de más de $2 millones por cada temporada, lo que provocó un acumulado de $12 millones. Una parte importante de esta deuda fue creada por el estadio. La poca afluencia semana tras semana, y el alquiler que tuvo que estar pagando durante todo este tiempo, ya que ninguno de los estadios en los que jugó era de su propiedad, provocó que esta deuda creciese.

Con todas estás circunstancias, la MLS aún tenía confianzas en mantener la franquicia de Tampa, momento en el que acudió a los Glazer. Como dijo el alcalde de Tampa Bay en 2001, durante una entrevista CNNSI.com en 2001, Joe Glazer era un gran amante del soccer y estuvo dispuesto a asumir las pérdidas que el Mutiny arrastraba durante todos estos años y dirigir el club. Sin embargo, los propietarios modificaron el precio de la inversión y eso hizo que Glazer abandonase el proyecto.

Con este último intento fallido por mantener a flote el Tampa Bay Mutiny, la Major League Soccer anunció el final de uno de los mejores equipos de los primeros años de la competición. El 8 de enero de 2002, la historia del Mutiny en la MLS terminó. Un recuerdo agridulce para un equipo que estaba destinado a hacerse con el soccer del sureste del país.

Miami Fusion

Apenas transcurrió un año desde que la Major League Soccer comenzó a rodar cuando la competición anunció la primera expansión. Esta fue una medida que sorprendió ya que una temporada era poco tiempo para ver el apoyo de la misma por parte de aficionados e inversores, después de que tres de las primeras que iniciaron estuviesen todavía controladas por la propia MLS.

Chicago Fire SC y Miami Fusion fueron los equipos elegidos para incorporarse a partir del año 1998 a la competición norteamericana. La elección del mercado de Florida fue un movimiento estratégico por parte de la Major League Soccer, donde en los primeros años, buscaba consolidar diferentes zonas del país. El mercado latino del Estado de Florida era un target importante en un deporte como el soccer, muy practicado por la gran parte del mismo. El gran éxito que tuvieron los anteriores clubes del Estado como Tampa Bay Mutiny o Fort Luderdale Strikers fue otro de los aspectos que atrajo a la competición a fortalecer el soccer en esta zona del país.

Una vez localizado el objetivo de la expansión, llegó el momento de elegir qué ciudad sería la agraciada con una nueva franquicia. Pese a que la ciudad de Fort Lauderdale fue el epicentro del soccer en el Estado años atrás, Miami era la capital del Estado y el lugar en donde el equipo tendría más apoyo por parte de la afición. Fue sobre todo gracias a un grupo de estos aficionados quienes crearon un movimiento para llevar el equipo a la capital del ‘Estado del Sol’.

Miami Fusion fue concedida al empresario Ken Horowitz quien tuvo que pagar como canon para hacerse con la franquicia $20 millones, lo que en la época era el más de doble de lo que valían los equipos de MLS. La puesta realizada por el empresario televisivo fue muy arriesgada, pero la confianza de la competición por consolidar el mercado del sureste del país, junto con Tampa Bay, fue clave para que la franquicia saliese adelante.

Pero los problemas en la franquicia fueron algo que existieron prácticamente desde el primer día. Las intenciones del propietario fueron las de hacer honor al nombre del equipo y asentarse en la ciudad de Miami, sin embargo, la falta de un estadio para jugar y la imposibilidad para construir uno a tiempo, hizo que el equipo tuviese que mudarse 40 kilómetros para jugar en Fort Lauderdale. El Lockhart Stadium se convirtió en su nuevo estadio, algo que no gustó a gran parte de la afición, pero que permitió al Fusion ser el primer equipo en jugar en un terreno de juego específico para el soccer.

Valderrama en su presentación con Miami (@MLSGabor)
Valderrama en su presentación con Miami (@MLSGabor)

Miami Fusion quería irrumpir con fuerza. Ello le llevó a dar un golpe encima de la mesa firmando a uno de los mejores jugadores de la competición, Carlos Valderrama. La franquicia realizó un gran movimiento que reforzaba su plantilla con un futbolista experimentado y además dejaba muy tocado a su rival más directo, sus vecinos de Tampa. Al colombiano también le acompañó desde Tampa Cle Kooiman y el argentino Pablo Mastroeni, quien fue elegido en el MLS SuperDraft y sería una pieza fundamental en el equipo con el paso de los años.

Para hacerse cargo del equipo, el elegido fue el técnico argentino Carlos ‘Cacho’ Córdoba que, tras unos años en el soccer estadounidense y un año como experiencia en los banquillos, se le confió este nuevo proyecto. Pero el entrenador albiceleste apenas duró en el cargo unas semanas a causa de un mal inicio en el que perdió 11 de los primeros 16 partidos, siendo sustituido por Ivo Wortmann. Este mal desarrolló de la temporada fue una de las causas que castigó la asistencia media al estadio, que en su primer partido llegó a llegar el Lockhart Stadium con más de 20.000 aficionados y otros 3.000 en los aledaños.

Con la entrada del nuevo técnico, la racha del equipo cambió por completo. Diez victorias y seis derrotas con las que terminaron su primera temporada regular, consiguiendo clasificarse para los PlayOff’s. Sin embargo, su aventura duró apenas una ronda, las semifinales de conferencia en las que se enfrentó a DC United con los que cayó de manera contundente ante uno de los mejores equipos de la competición. Estos resultados deportivos no fueron para nada vistos con malos ojos desde las oficinas, ya que clasificar en la primera temporada a los PlayOff’s era un buen resultado.

Miami fracasó en al pelea por su primer título en la U.S. Open Cup

En las dos siguientes temporadas que duró el proyecto de Wortmann, el equipo se mantuvo en una clara pendiente descendente, a pesar de contar entre sus filas con muy buenos futbolistas. Mientras que en 1999 consiguió volver a los PlayOff’s donde nuevamente cayó ante DC United, en la siguiente temporada los resultados serían peor aún. Tanto fue así, que el técnico fue destituido tras una mala racha de resultados que colocó a Miami como el peor equipo de la competición. Su lugar fue ocupado por Roy Hudson que había disputado casi la totalidad de su carrera deportiva en los Estados Unidos, y el Fusion era su primera experiencia como técnico. Pese a este cambio en el banquillo, el equipo no recondujo su y terminó quedándose fuera de la post temporada. Aún así se quedaron muy cerca de ganar su primer título, disputando la final de la U.S. Open Cup ante Chicago Fire en la edición del 2000 que perdieron por un gol de diferencia.

Pero los problemas ya habían empezado. A pesar que se reforzó con buenos jugadores y consiguió formar una gran plantilla, la pérdida de Valderrama a mediados de 1999 castigó mucho las pretensiones deportivas del equipo, que terminaron viéndose con el paso de las temporadas. La asistencia al estadio y la poca recaudación generó también una gran cantidad de pérdidas que provocaron un pensamiento de que el equipo comenzaba a no ser viable. Si en su primer año la asistencia media fue de poco más de 10.000 espectadores, en los siguientes años este número descendió a poco más de 7.000 aficionados.  

En el final de la temporada 2000, la Major League Soccer se encontraba sumida en una grave crisis y eso creó división entre algunos de los propietarios. Mientras que Philip Anschutz y Lamar Hunt abogaban por mantener una inversión a largo plazo para el crecimiento de la competición, Robert Kraft de New England Revolution, Stuart Subotnick de Nueva York/Nueva Jersey MetroStars y Ken Horowitz eran partidarios de limitar el gasto. El dueño de Miami se encontraba en una situación muy difícil, ya que lo que parecía unos años atrás una inversión segura, se estaba convirtiendo un pozo sin fondo en donde las pérdidas eran cada vez mayores.

En 2001 inició una temporada con sabor agridulce, ya que la ilusión por el proyecto chocaba de bruces con las dudas que se vivía sobre la Major League Soccer, sumida en una gran crisis. Miami Fusion había conseguido formar un equipo muy ilusionante, que de la mano de un Hudson que pudo trabajar con sus jugadores desde la pretemporada, consiguieron realizar la mejor campaña que se recuerda. Un año espectacular en el que la franquicia ganó el que sería su único título como la MLS Supporters’ Shield, después de conseguir una estadística de 15 victorias, seis empates y seis derrotas. Estos resultados permitieron a los aficionados ver un rayo de esperanza dentro de los nubarrones que sobre ellos se asentaban. Tras un año de ausencia en los MLS Cup PlayOff’s, el conjunto de Miami consiguió superar la primera ronda al vencer a Kansas City Wizards, sin embargo, por tercera ocasión volvieron a caer en las semifinales de conferencia ante San Jose Earthquakes, convirtiéndose esta ronda en una quimera para el equipo. Con esta derrota, Miami Fusion terminó la que sería su última temporada de la historia.

La MLS pasaba por una gran crisis económica en la que acumulaba una deuda de $250 millones. Esto provocó que en la Junta Directiva de Dueños se estudiase la cesión en las actividades por parte de San Jose Earthquakes o Tampa Bay Mutiny, aunque pronto apareció una opción con al que nadie contaba, Miami Fusion. La franquicia de Horowitz se encontraba en un momento crítico en el ámbito financiero, con el propietario desarrollando un presupuesto mínimo y tratando de buscar que la MLS se hiciese cargo de parte de sus deudas.

El gasto de Horowitz durante estos cuatro años en el equipo había sido de más de $50 millones. Esta pérdida, como el propio dueño lo catalogó en su tiempo, fue el inicio de un final donde gran parte de la misma llegó a causa de los pocos ingresos que tuvo el equipo en este tiempo. La falta de asistencia al estadio y el poco apoyo al soccer en la ciudad de Miami estuvo en parte detrás de las decisiones que se acabaron tomando en el primer mes del 2002. En una entrevista realizada durante este período entre temporadas, el dueño del Fusion argumentó que el deporte en el sur de Florida se encontraba en un mal momento y que además, con la gran cantidad de equipos profesionales en todos los deportes, Miami Dolphins (NFL), Miami Heat (NBA) y Miami Panthers (NHL), era muy difícil crear un nicho de aficionados que creyesen en este deporte.

Con todos estos motivos, parecía que la decisión por parte de la Major League Soccer de excluir a Miami Fusión de la competición era casi seguro, sin embargo, la situación pudo dar un giro de 180º. La directiva de Miami Fusion estaba estudiando la posibilidad de trasladarse a Winston-Salem (North Carolina) para la temporada 2002. Estos se reunieron con varios empresarios locales, donde mostraron a Horowitz las posibilidades de construir un estadio específico y llegar a un acuerdo para el primer año. Esta vía de escape finalmente se quedó en ‘agua de borrajas’, y pese a lo que muchos pensaban continuaron planificando su temporada en Miami para 2002.

"Estamos preparando nuestro equipo para la temporada como cualquier otra temporada", el General Manager Doug Hamilton, en una entrevista para espn.com

Pero llegó el 8 de junio de 2002 y el anuncio de un secreto a voces. Miami Fusion junto con Tampa Bay Rowdies dejaban la Major League Soccer. El Estado de Florida que hasta el momento fue uno de los pocos en contar con dos equipos en la máxima competición del soccer estadounidense se había quedado sin representantes. Este fue uno de los fracasos más sonados de la liga, ya que no consiguió despertar la fiebre por el soccer en una región del país en donde en el pasado, este deporte había tenido una gran legión de seguidores.

"La decisión de abandonar ambas ciudades para la temporada 2002 de la MLS fue extremadamente difícil", dijo el Comisionado de la MLS, Don Garber, en una declaración en ese momento. "Puedo asegurar a todos nuestros aficionados que trabajamos incansablemente para encontrar un plan que nos permitiera permanecer en ambos mercados".

Chivas USA

Con el Major League Soccer saliendo de una grave crisis, los máximos dirigentes de la competición buscaban expandirse a más mercados y sobre todo, llegar a un target de aficionados que hasta el momento parecía haber estado alejado. Este no era otro que el mercado hispano. La cultura hispana o latina es una gran amante del fútbol, pero en Estados Unidos parecían estar un poco desplazados, ya que no se veía mucho aficionado ni apoyo sobre ninguno de los equipos. Conseguir atraer a ese target era algo importante para conseguir que la competición diese un salto hacia adelante.

Como caído del cielo, en la temporada 2003 la MLS anunció que el MLS All-Star se disputaría ante CD Guadalajara de la Liga MX. El dueño de este equipo era el empresario Jorge Vergara quien había fundado el grupo Omnilife y participado como productor en varias películas mexicanas. Sin embargo, su relación con el conjunto de las ‘Chivas’ comenzó en 2002 cuando se hizo con el 87% de paquete accionarial, convirtiéndose en el dueño del equipo. Un año más tarde, adquirió el conjunto costarricense del CD Saprissa que utilizó para que funcionase como un filial del equipo mexicano.

Durante la celebración de ese evento, Vergara se reunió con la MLS llevando una idea en la cabeza, la creación de una franquicia. El empresario mexicano tenía la idea de crear un equipo en la competición estadounidense que tuviese el claro apoyo de la comunidad ‘azteca’. El lugar propuesto, Los Angeles. En la ciudad californiana y sus alrededores, vivían (y siguen viviendo) una gran parte de la población mexicana del país, lo que atrajo la elección de este mercado como el preferente para asentar la siguiente franquicia en expandirse en la MLS.

Un año después, en agosto de 2004, la Major League Soccer anunciaba la expansión de dos nuevas franquicias para la siguiente temporada, Real Salt Lake y nuestra protagonista, CD Chivas USA. Este se convirtió en el primer movimiento de franquicias en la MLS, después de la desaparición de Miami Fusion y Tampa Bay Mutiny dos años atrás. Con el nombre del equipo, Vergara quiso dejar claro la cultura del equipo y sus intenciones, un club mexicano en suelo estadounidense. Para poder adquirir la franquicia, el empresario tuvo que abonar una cuota de expansión de $7’5 millones, lo que significó la mitad de lo que pagó en su día la última franquicia en incorporarse, Miami Fusion.

Vergara y Rongen el día de la presentaci
Vergara y Rongen el día de la presentaci

En el tiempo que pasó desde este anuncio hasta que comenzase a jugar, el equipo fue anunciando escudo, colores y sobre todo estadio. Chivas USA compartió estadio con el que sería durante toda su historia su máximo rival, Los Angeles Galaxy. The Home Depot Center se convirtió en el epicentro del soccer durante los primeros años, viviendo una de las primeras rivalidades surgidas en la competición.

Esta rivalidad fue alentada antes incluso de que el equipo ‘Rayados’ comenzase a jugar. Se crearon campañas en apoyo al nuevo equipo, donde la más llamativa fue una promoción originada a las pocas semanas del inicio de la MLS 2005 que citaba: “Adiós soccer, llegó el fútbol”. Este fue un lema directo con el que el conjunto ‘mexicano’ no solo reclamaba su sitio en la ciudad angelina, sino que también llegaba con ganas de tener un impacto importante en la competición.

Tanto fue así que incluso algún periodista llegó a realizar una comparación que con el paso de los años se tornó en una maldición. Un nefasto recuerdo en el que citaba así: “Los Lakers es Chivas USA y los Clippers es el Galaxy. ¿Con quién está el público? ¿A quién apoya? A Chivas. Galaxy ha pasado al segundo puesto”. Claramente este periodista tomaba una muestra de los aficionados hispanos al soccer que apoyarían al nuevo equipo frente al campeón angelino. Más pronto que tarde se daría cuenta que esta afirmación fue algo más que errónea.

Pero desde la parte directiva del equipo, también demostraron que llegaban con fuerza, realizando declaraciones muy contundentes por parte de dos de los dueños. Antonio Cué, socio de Vergara en esta aventura fue uno de los más aguerridos en una entrevista con ESPN: "Vamos a hacer del Home Depot Center el hogar de Chivas. Vamos a traer nuestras tradiciones y a formar un equipo competitivo. Seremos campeones, no tengo ninguna duda al respecto.”

Jorge Vergara fue algo más comedido, pero también buscó avivar las llamas de la rivalidad: "Queremos ofrecer un fútbol más espectacular, entretenido, pícaro, agresivo, técnico, un fútbol que sea del agrado del aficionado hispano.”

CD Chivas USA llegaba a la MLS con una idea, conquistar el soccer estadounidense con un proyecto similar al que realizaban en su equipo matriz de México. Sin embargo, esto es algo que les terminó costando caro ya que ambas competiciones eran por aquel entonces muy diferentes. En palabras del que fuese el guardameta del equipo durante una temporada, el ‘Pulpo’ Zúñiga: "Se quiso imponer el mismo estilo de juego del CD Guadalajara, pero no contábamos con jugadores para eso y el equipo terminó dando tumbos.”

Bajo el mando de Antonio Cué, quien quedó como máximo representante del equipo y en quien Vergara confió, se le entregó un proyecto en el que tratarían de llevar a muchos jugadores del ‘rebaño’ mexicano para que tuviesen una mayor visibilidad y optar así a una internacionalización de la marca ‘Chivas’. Ese pudo ser uno de los primeros errores, ya que como dice el sabio refranero castellano, ‘donde fueres haz lo que quieres’.

El 2 de abril de 2005 comenzó la aventura de Chivas USA en The Home Depot ante el equipo que la anterior temporada se proclamó campeón, DC United. Pero el estreno no fue lo esperado, ya que cayeron derrotados por un marcador de 0-2, dando una imagen de los que sería la historia del equipo en la MLS.

La presencia de Chivas USA en la MLS se resume en dos etapas muy diferentes

El paso de Chivas USA podría resumirse en dos etapas muy diferencias. En la primera de ellas la franquicia consiguió muy buenos resultados, en los que a pesar de no conseguir levantar ningún título, estuvo entre los mejores de su conferencia. La segunda etapa fue en un constante descenso en el que se sumieron en una grave crisis a la que no supieron poner solución y eso les supuso la desaparición transcurridos 10 años.

La primera temporada en la MLS fue un mero tropiezo. A pesar de las esperanzas puestas en el equipo y con la contratación de un exitoso entrenador como Thomas Rongen, el ‘rebaño’ estadounidense finalizó como último de toda la liga. Ese resultado entraba dentro de las posibilidades de una franquicia en su primer año de competición, pero lo que no era esperado era el poco margen de victorias que consiguieron con solo cuatro encuentros en los que sacaron los tres puntos. La situación mejoró en las siguientes temporadas, consiguiendo clasificar de manera consecutiva en cuatro ocasiones a los MLS Cup PlayOff’s y eso que no fue una etapa sencilla, debido al constante cambio en la dirección técnica.

En los dos primeros años pasaron cuatro entrenadores, incluido un Bob Bradley que desarrolló su última temporada como técnico antes de comenzar un nuevo ciclo con la Selección Nacional de Estados Unidos. Fue con la llegada de Preki en enero de 2007 cuando el equipo encontró una mayor estabilidad, lo que se vio representado por los resultados. Tras un año como asistente se le dio la confianza de llevar el equipo y respondió a este con creces, logrando finalizar la temporada regular como el mejor equipo de la Conferencia Este. Pero por segunda temporada consecutiva quedó fuera de la lucha por el título en las semifinales de conferencia.

Durante las dos temporadas siguientes mantuvieron este mismo desarrollo, clasificándose para PlayOff’s, pero cayendo siempre en la misma ronda, semifinales. Es muy probable que los constantes cambios en el banquillo y en la plantilla provocaron que no pudiesen consolidar un proyecto y de ahí que los resultados no fuesen los esperados. Durante los años que permaneció el equipo en la MLS, es cierto que se firmaron muchos jugadores con experiencia en el fútbol mexicano, pero también se trajeron a otros jóvenes inexpertos del CD Tapatío, club de segunda división mexicana filial de las ‘Chivas Rayadas’.

Kljestan en su etapa con Chivas USA (zimbio.com)
Kljestan en su etapa con Chivas USA (zimbio.com)

Fue en la temporada 2010 cuando comenzaron los problemas reales en el ‘Rebaño’ estadounidense. El equipo dio un giro de 180º, con los problemas multiplicándose de manera exponencial en todos los ámbitos del club y creando una crisis que fue creciendo hasta que llegó el punto de no retorno. En ese primer año del declive, el equipo quedó muy castigado una vez terminado el verano. Dos de sus jugadores más importantes como Jonathan Bornstein y Sacha Kljestan abandonaron el equipo, no consiguiendo estos reconducir la temporada. Esto llevó a que se quedaran fuera de los PlayOff’s por primera vez en cinco años, lo que significó la destitución de quien hasta el momento había sido el entrenador, Martín Vásquez. A este le siguieron el presidente y CEO Shawn Hunter y unos días después el vicepresidente y director deportivo Stephen Hamilton. Estas salidas llevaron una reconstrucción en parte de las oficinas, buscando una reconstrucción de la franquicia.

En la siguiente temporada, a pesar de la llegada del nuevo entrenador, las circunstancias del equipo apenas cambiaron y los resultados negativos se mantuvieron. Nuevamente se quedaron lejos de la post temproada, siendo el peor equipo del año con apenas ocho encuentros ganados. Pero en el verano de 2012, Chicas USA se había convertido en un equipo sin rumbo. Aquel proyecto con el que había soñado Vergara apenas se parecía a lo que el mexicano tenía en la cabeza. Eso hizo que en agosto, él y su mujer se hiciesen con el paquete accionarial de Antonio y Lorenzo Cué, valorado en $40 millones, quedándose ellos como únicos propietarios de la franquicia.

Para Vergara, los problemas del equipo llegaron porque dejaron este en manos de las personas que no tenían conocimientos para dirigir un club, acusando de manera directa a Antonio. Tras tomar el mando de la franquicia, Vergara quiso realizar un cambio drástico en el club. Había invertido mucho dinero y esperanzas, y no estaba dispuesto a que estas acabasen desapareciendo.

"Vamos a utilizar la misma fórmula de éxito de Chivas México, para aprovechar los 106 años de experiencia, de una institución ubicada entre los 10 mejores clubes del mundo, en cuanto a solvencia financiera”, dijo Vergara el día del anuncio de la compra del paquete accionarial. Con el tiempo se demostraría que sus intenciones de ‘mexicanizar’ el equipo fue el mayor error que pudo cometer.

Pero esta decisión no trajo sino más problemas extra deportivos que dejaron los encuentros semanales que disputaba el equipo como un mero acompañamiento a lo que ocurría fuera de los terrenos de juego. Uno de los problemas más sonados fue la demanda interpuesta por dos entrenadores juveniles de Chivas USA, Dan Calichman y Ted Chronopoulos, alegando que habían sido despedidos por no ser latinos. Este echo abrió una crisis en la organización en donde muchos acusaron a Vergara de solo querer en el club personal que hablase español. Con el equipo completamente destruido y sin rumbo en lo deportivo, los resultados continuaron siendo pésimos. Cuesta abajo y sin frenos, la MLS decidió a principios de 2014 poner remedio a esta deriva, haciéndose cargo del club.

Major League Soccer se hizo con la totalidad del paquete accionarial de CD Chivas USA al comprárselo a Jorge Vergara y Angélica Fuertes (esposa de Jorge) por $70 millones. Su idea era clara, mostrar el equipo y tratar de venderlo a otro inversor que consiguiese relanzar esa segunda franquicia de Los Angeles. Durante la temporada que ya tenían encima, la 2014, el equipo continuaría llamándose Chivas USA, lo que significó que este sería el último año en la historia del equipo.

"Agradecemos a Jorge Vergara y a Angélica Fuentes su importante compromiso con la Major League Soccer", dijo el Comisionado de la MLS Don Garber en el comunicado. "Jorge fue uno de los primeros creyentes en la liga y él y Angélica han sido grandes socios en la MLS. Acordamos colectivamente que es mejor vender el club a nuevos propietarios que se comprometan a asegurar un nuevo estadio y proporcionar a la MLS un fuerte rival para el LA Galaxy.”

En el momento de su despedida, Vergara se dio cuenta que la aventura que comenzó en Estados Unidos no fue lo que esperaba. Que todos sus ideales de conquistar el soccer estadounidense con un modelo mexicano era algo equivocado.

"Cuando Angélica y yo obtuvimos el control operativo total del equipo por primera vez hace 15 meses, teníamos la esperanza de poder darle la vuelta", dijo Vergara en un comunicado. "Sin embargo, sólo hay una Chivas de Guadalajara, y nos hemos dado cuenta de que requerirá más tiempo, más recursos y un nivel de compromiso que desviaría demasiado nuestro enfoque de nuestros otros intereses comerciales. Exploramos oportunidades para vender a otros grupos, pero creemos que la venta de la franquicia a la MLS de manera expedita es lo mejor para todas las partes, incluidos los jugadores del equipo y sus dedicados seguidores.”

CD Chivas USA en su último partido (sbisoccer.com)
CD Chivas USA en su último partido (sbisoccer.com)

La temporada 2014 llegó a su final. CD Chivas USA terminó nuevamente como uno de los peores equipos de la competición, cerrando así un nuevo capítulo en las negras crónicas de la MLS. Una apuesta diferente que trató de crear una idea de proyecto inservible en una competición como la liga norteamericana. En octubre de ese año, el equipo anunciaba de manera oficial el cese de sus actividades, aunque el trabajo de su academia se mantuvo hasta junio de 2015.

"Fue una decisión difícil. Queremos agradecer a los fans por diez años de apoyo incondicional. Estamos agradecidos por su compromiso al club y la deporte", dijo en un comunicado a los aficionados Don Garber.

Con la desaparición de CD Chivas USA, sumada a las ocurridas 13 años antes de Miami Fusion y Tampa Bay Mutiny, la Major League Soccer despidió a los que hasta ese momento son los únicos que no han conseguido triunfar en este deporte.