La final de la Coupe de France 2019/2020 entre el PSG y Saint-Étienne recordaba, por la situación desencadenada por la Covid-19, al mes de agosto. Al primer partido oficial de la temporada después de las vacaciones de verano antes de que comience La Liga en cada país. Porqué el fútbol paró en Francia cuando los registros de la pandemia eran elevados y no había vuelto. Lo ha hecho con una final de Copa atípica y de poco fútbol, porqué además, se ha permitido, de manera reducida, la presencia de público en las gradas. El partido se ha decantado para el lado de los parisinos, con gol de Neymar. 

Thomas Tuchel repitió el once del último de los tres amistosos de preparación, donde el entrenador alemán apostó por Kherer en el lateral derecho, Bakker en el izquierdo, Paredes en el centro del campo en lugar de Verrati y con una de las mejores delanteras de toda Europa: Di María, Neymar, Mbappé e Icardi. Por su parte, el Saint-Étienne, con un 4-4-2 sin marcas fijas para los defensas centrales rivales y, sin Ruffier, el portero habitual durante la temporada, ni Saliba, central muy prometedor ya traspasado al Arsenal. 

Así pues, el conjunto dirigido por Claude Puel salió de una manera muy coherente para incomodar al PSG: Sin esperar atrás, presionando arriba y buscando el gol. Denis Bouanga disparó al poste un balón en el minuto cuatro. Una ocasión, la primera clara del partido, para marcar territorio. Pero la calidad y el talento no perdonó. Los visitantes estaban siendo mejores y Neymar abrió el marcador en el 13', todo mérito de Mbappé: cambio de ritmo, arrancada muy potente, pared con Di María y tiro al palo largo que paró mal Moulin, y Neymar se encontró el rechace cerca del área pequeña para definir a placer. 

Kherer acabó el partido en el 19' por lesión y en el 25' llegó la acción que iba a condicionar todo el partido y a entristecer a los aficionados de uno y otro equipo. A Les Verts porqué se quedaron con un jugador menos sobre el campo para lo que restaba de partido tras una entrada muy dura. Y no era una expulsión cualquiera. Loïc Perrin, capitán del equipo, iba a ser expulsado en el último partido de su carrera a sus 34 años; y a Les Rouge et bleu porqué el receptor de la entrada fue Mbappé. El jugador francés tampoco acabó el partido, por lesión, y en los minutos finales volvió al banquillo con el equipo con muletas. Consecuentemente, peligra su participación en el partido de Champions League contra Atalanta. Sarabia entró en su lugar y el Saint-Étinne también tuvo que hacer un cambio para reestructurar el sistema (Maçon por Moukoudi). Por culpa de dicha entrada, se generó un altercado entre los futbolistas de ambos equipos, Amaury Deleure amonestó a dos jugadores de cada equipo (Bakker y Paredes - Moulin y Hamouma), y el partido estuvo parado ocho minutos. 

El PSG no ha jugado al 100% en ningún tramo del partido, ni contra once jugadores ni contra diez. Tácticamente, el habitual 4-2-2-2 del PSG vertical y con mucho movimiento y permutas de posiciones en la delantera no varió. Los laterales, abiertos, daban amplitud al equipo y se progresaba a través de pases entre líneas a Di María y Neymar. Este último con libertad para ir atrás a buscar el balón y generar ventajas con balón. 

Por su parte, al Saint-Étienne, realmente, no se le puede reprochar nada. Le ha faltado fútbol, pero con un jugador menos ha competido hasta el final y el empate podría haber llegado en cualquier momento dado el poco ritmo de partido del PSG. Los locales han tenido dos ocasiones de gol en una segunda mitad propia de un partido de pretemporada, y la conexión Neymar-Di María aprovechando los espacios era la amenza del posible 2-0. 

Uno de los nombres del partido, y probablemente el más destacado, es Wesley Fofana, central de solo 19 años. Agresivo en los duelos, contundente al salir de zona, poderoso físicamente y correcto con balón. 

El próximo viernes a las 21:10, nueva cita con el fútbol francés. Final de la Coupe de la Ligue: PSG-Lyon.