La Juventus de Turín mantiene su hegemonía en Italia. Hace pocas horas consiguió otro título liguero más, tras ganar por 2-0 contra la Sampdoria con goles de Cristiano Ronaldo y Bernardeschi.
Lo ha hecho a falta de dos partidos por delante y con 83 puntos en el casillero. Por detrás, y con posibilidades de luchar el título hasta el último partido hace no muchas semanas, Inter, Atalanta y Lazio. Seguramente, la pérdida de puntos y la irregularidad de dichas entidades han propiciado el noveno título consecutivo de Serie A de la Vecchia Signora. 9 de 10 en la última década. Algo muy difícil y muy poco frecuente en Europa.
La Juventus de Maurizio Sarri 2019/20 no ha mejorado a la Juventus de años anteriores. Es decir, ha sido inferior en cuanto a nivel de juego. El técnico italiano no ha encontrado un plan y una idea de juego estable que potencie a todas las fichas y sirva para ganar la mayoría de partidos con solvencia. Empezó la temporada con un 4-4-2 en rombo y ha acabado con un 4-4-3. Se ha escuchado mucho, y no falta razón, que esta Juventus es la peor Juventus de los últimos años; y que incluso el Napoli 2015/16 de Sarri fue mejor que la Juventus 2019/20.
Pero no todo puede ser malo en un campeón de liga. Cristiano Ronaldo ha vuelto a ser diferencial dentro del área rival y se encuentra en plena lucha por ser el máximo goleador del campeonato con 35 años; Dybala ha ido a más y ha acabado siendo importante; el 2020 de De Ligt es para ser optimista después de un 2019 discreto; el rendimiento de Bentancur es una de las noticias de la temporada, y a Pjanic no le ha beneficiado el contexto y su temporada ha sido muy inferior al de años anteriories.
Por delante, dos partidos pensando en la vuelta de los octavos de final de Champions League, contra Cagliari y Roma.