LA Galaxy dejó por primera vez el Cali Clasico en su casa, después de realizar el partido más serio hasta el momento, teniendo que levantar un resultado en contra hasta en dos ocasiones. Fueron los ‘Quakes’ los que se adelantaron en el marcador con un gol de Vako, pero antes del descanso, los locales aprovecharon un despiste a balón parado para igualar el resultado. En la segunda mitad, las dudas, el cansancio y más errores fueron los que permitieron a los visitantes a adelantarse nuevamente, pero los locales le dieron la vuelta con dos goles que terminaron por darle la victoria.

LA Galaxy tarda en desperezarse

El encuentro estuvo muy parejo durante los primeros minutos con los dos equipos buscando con insistencia la portería de su rival y dejando muy poco trabajo defensivo. La importancia de este encuentro, la victoria y lo que esto significaría llevó a que se lanzasen al ataque para ser los primeros en adelantarse en el marcador.

No hubo que esperar demasiado tiempo para ver el primer gol de partido, el cual sería una sorpresa. En una acción sin apenas peligro por la banda derecha de San Jose, Thompson consiguió llegar hasta la línea de fondo y poner un centro medido al segundo palo. Incorporándose desde segunda línea, apareció ‘Vako’ que, a portería vacía, anotó a placer el gol que adelantaba a su equipo.

La respuesta angelina apenas se hizo esperar. A escasos minutos del gol conseguido por los ‘Quakes’ una acción por la banda derecha del Galaxy terminó con un centro que se paseó por delante de la defensa sin que ningún delantero consiguiese poner el pie para anotar. El futbolista que estuvo más cerca de conseguirlo fue Lletget, pero su marcador lo molestó la suficiente para que no fuese capaz de anotar a placer.

El partido se volvió loco. Los dos equipos se lanzaron al ataque sin que ninguno de ellos fuese capaz de calmar el juego y de una manera ordenada, llegar a la portería de su rival. Parecía cuestión de tiempo que el gol cayese por parte de alguno de los dos equipos.

Cerca de la primera media hora, por banda izquierda angelina, Pavón estuvo muy cerca de empatar con una acción individual en al que un defensa se interpuso cerca de la línea de gol. Cuando la suerte por fon cayó de su lado fue a los pocos minutos de esta ocasión. En una acción a balón parado Steres apareció en el primer palo anticipándose a su marcador, para de cabeza, mandar la pelota al fondo de la red.

Este gol fueron las alas que el conjunto local necesitó para comenzar a controlar la pelota, encerrando a su rival en campo propio y generando constantes ocasiones de peligro. En estos minutos de dominio, solo la falta de puntería de los delanteros angelinos fue lo que privó al equipo de haber ampliado la ventaja en el marcador. Pero en cuanto a ocasiones, los visitantes también tuvieron las suyas en este tiempo, con un Espinoza que gozó de varias acciones individuales en las que solo la falta de puntería impidió a su equipo ponerse nuevamente por delante en el marcador.

El Galaxy encuentra su mejor versión

El comienzo de la segunda parte fue muy diferente. La intensidad con al que se desarrolló la gran mayoría de los primeros 45 minutos quedó de lado y su vio un partido algo más táctico, con mayor control de la pelota en el centro del campo y menos profundidad en las acciones. Se tuvo que esperar muchos minutos para ver por primera vez una llegada con claridad a alguna de las áreas.

Fue a la hora de partido cuando por segunda vez en el encuentro, San Jose Earthquakes se puso por delante en el marcador. El debutando de 16 años, Cade Cowell fue el protagonista de la acción con una jugada individual que podría haber firmado la estrella de cualquier equipo. Recibió la pelota en banda y tras un recorte comenzó a acercarse al balcón del área y perfilándose sobre portería. Sin pensárselo, realizó un disparo con efecto al palo más alejado, imposibilitando que el guardameta llegase y anotando su primer gol oficial en su primer partido.

Con este gol, LA Galaxy tomó definitivamente las riendas del partido y durante los siguientes minutos consiguió desplegar su mejor juego, aunque no por ello generase ocasiones de peligro. La más clara fue un disparo desde fuera del área que obligó a volar a Vega para sacar un balón que se dirigía a la escuadra. Esta mejoría en el juego se sustentó también por la aparición de un Efraín Álvarez que desde la banca revolucionó a su equipo. Con total libertad de movimientos, el jugador mexicano apareció por varias posiciones del ataque para mandar algún que otro aviso sobre la meta visitante.

Cerca del ecuador de la segunda mitad, los locales encontraron por fin aquello que tanto estaba buscando, el gol. Beason golpeó de manera inexplicable el balón con el antebrazo dentro del área, lo que llevó al colegiado a señalar la pena máxima. Pavón fue el encargado de transformar el penal y colocar nuevamente el empate en el luminoso.

San Jose Earthquakes tuvo que dar un paso adelante. Por dos ocasiones se colocó por delante en el marcador, y en las mismas su rival había conseguido igualarles. Por ello, en los siguientes minutos, el conjunto visitante buscó con insistencia el tercer que no encontró. Fue su rival el que en una acción de suerte y aprovechando un error del guardameta, en la salida de un saque de esquina, Lletget se encontró con un mal despeje de Vega y consiguió el tercer gol para su equipo.

Los minutos restantes fueron para ver a un San Jose asediando la meta de su rival y a un Galaxy tratando de aprovechar las pocas salidas que tuviese a la contra. Fue con este planteamiento como terminaría el partido, con el conjunto local volviendo a conseguir la victoria en esta añeja rivalidad.