En este partido se presenció un partido que no solo enfrentaba a 22 jugadores, sino que enfrentaba a dos locos del fútbol, a dos de los entrenadores más queridos y dos de los mejores del mundo. En un lado el alemán Jürgen Klopp al frente del buque local contra Marcelo Bielsa, comandando un navóo que no se atemorizó ante el gigante que tenían enfrente.

FOTO: Twitter @ESPN
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El partido empezaba con un Liverpool arrasando al Leeds, y en una de sus primeras ocasiones, el debutante con el Leeds procedente del Friburgo, Robin Koch, cometía una mano escandalosa dentro del área después de un disparo de Salah. El árbitro no dudó ni un poco y señalo la pena máxima en el minuto 3. Salah no perdonaría, y después de un chute fuerte al centro de la portería, conseguía avanzar a los de Klopp en el marcador. 
 
El partido continuaba con la misma dinámica, el Liverpool seguía atacando, pero los de Bielsa sacaron pecho y demostraron su nivel sobre el terreno de juego. Un pase al punto de penalti cayó en Hélder Costa, que no perdonó, pero el colegiado no dio el gol por válido ya que estaba en posición antirreglamentaria. Tras el gol anulado, el Leeds no se echó para atrás, sino que se sumaron más futbolistas al ataque, y esta vez sí, un pase largo de Phillips, Jack Harrison conseguía poner las tablas en el marcador. 
 
En el primer cuarto de hora, el partido estaba apasionante, el Leeds parecía que estaba dormido, pero consiguió resurgir y empatar el partido. Por parte de los reds, consiguieron tener muchas ocasiones, pero solo convirtieron una. Los peacocks empezaron a plantarle cara al Liverpool, pero no conseguían encontrar de forma efectiva a sus atacantes. El Liverpool no dejó que tomaran las riendas del partido, y tras un centro, Koch se tropezó con un compañero y Virgil Van Dijk pudo rematar a placer para poner a los reds en cabeza. 
 
Tras el saque de centro, el Leeds consiguió encontrar por fin a Bamford, que se hizo un lío con el balón frente a Alisson, y no consiguió terminar la jugada. El partido se rompió, lo que impidió que hubiera un dominante claro, a primera vista los reds parecían tener el partido controlado, pero el Leeds nunca dejaba de sorprender y de vez en cuando conseguía tener alguna oportunidad. Por si no fuese poco para el guardameta de los peacocks tener que enfrentarse a Firmino, Salah o Mané, su compañero Struijk remató sin querer un disparo hacia su portería que podría haber acabado con el 3-1 del Liverpool. 
 
Los de Bielsa seguían atentos al partido, y tras un error de Virgil Van Dijk, el balón le cayó a Bamford, que consiguió batir a Alisson y conseguir poner las tablas en el marcador. 

FOTO: Twitter @LUFC
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En tan solo 30 minutos, ya habían conseguido marcar 4 goles entre los dos, pero Salah nos tenía pendiente un regalo. Tras una falta picada por Robertson, la defensa del Leeds despejó el balón, y el egipcio consiguió enganchar un disparo potente a la escuadra izquierda del portero, que no pudo pararlo. El Leeds no tenía ni dos minutos de descanso, y es que el Liverpool tras cada gol del Leeds, conseguía volver a anotar. 

FOTO: Twitter @LFC
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Tras el tercer gol del Liverpool, el partido para nada se relajó, y los dos equipos siguieron atacando con muy buenas ocasiones, aunque de cara a portería, no tuvieron el chute demasiado afinado. La primera parte acababa con 5 goles, 3-2, el Liverpool un gol por encima del Leeds, aunque en el campo el partido estaba bastante igualado. 
 
La segunda parte comenzaba con bastante expectación después de ver la primera, pero no arrancó con el mismo ida y vuelta que en la primera parte. En una de las primeras ocasiones del Liverpool, un centro de Firmino, acabó primero en los pies de Wijnaldum, y tras un paradón de Meslier, Mané remató, pero esta vez no tendría fortuna, y un heroico Meslier consiguió blocar el balón. 
 
Tras esta jugada, el partido se calmó, y tanto por parte de los reds, como de los peacocks, empezaron a jugar posesiones más largas. La ocasión más clara para el Leeds en lo que iba de segunda parte, ocurrió en el minuto 58, tras un balón largo buscando a Harrison, el jugador del conjunto de Bielsa consiguió hacer una vaselina a Alisson, y Alexander Arnold se ocupó de ayudar a que entrara el balón, aunque desgraciadamente el jugador del Leeds llegaba de posición antirreglamentaria. 

El partido volvió a la corriente de la primera parte, y tras una jugada colectiva de Salah y Mané, el senegalés terminó enviando el balón demasiado arriba.

El Leeds también tendría su oportunidad, y tras un centro de Hélder Costa, Klich convirtió un remate impecable y consiguió empatar el partido. El partido estaba completamente roto, y nunca había un claro dominante, seguía habiendo ocasiones por parte de los dos equipos, pero no tenían la puntería afinada. Hasta que, en un centro de Robertson, Van Dijk consiguió cabecear un balón y poniendo al Liverpool por delante, pero el colegiado no dudo ni un poco, y pitó falta de Jones sobre Koch en la misma jugada. 
 
El partido seguía con un estilo muy claro de ida y vuelta, y tras unos minutos de tranquilidad, en el 86, Firmino tuvo el gol en sus botas, aunque no consiguió terminar la jugada. Pero el partido nos tenía otra sorpresa, y es que el debutante Rodrigo, provocó un penalti sobre Fabinho, y Mohamed Salah marcó su tercer gol, consiguiendo así su Hat-Trick. 

Finalmente, el Liverpool consiguió hacerse con la victoria frente a un atrevido Leeds que luchará en cada partido para poder quedar en la posición más alta de la clasificación posible. Vibrante encuentro que nos depararon ambos conjuntos, y que eleva aún más las expectativas puestas en esta Premier League.