Uno de los conjuntos con más historia de Inglaterra afronta una situación extraña, y es que pasa de vivir unos años acostumbrados a levantar títulos en el final de temporada, a debatir sobre quién debería ser su guardameta y gastar cantidades inasumibles por la mayoría de los equipos en el mundo para contratar nuevas caras.

El dueño del club, Román Abrámovich, empresario y político ruso, aunque también con nacionalidad israelí, inyecta cada campaña una bomba de aire para que los de Stamford Bridge cumplan sus objetivos. Sin embargo, unas irregularidades en la gestión de algunas contrataciones hicieron que los de Londres se quedaran sin poder fichar durante una ventana, con lo que se tuvo que tirar de la cantera.

En cuanto a la prohibición de fichar, Lampard salió como pudo, y logró clasificar al conjunto blue a la Champions League, con apuros, y en la última jornada, pero lo hizo. Esto marcó que el club pudiera realizar una gran inversión en el verano, donde se hicieron con jugadores de renombre, como Ben Chilwell, Timo Werner, Kai Havertz o Hakim Ziyech (alrededor de 225 millones de euros).

En lo relacionado con el portero Kepa, llegó a la capital en el verano de 2018, tras buenas actuaciones con el Athletic Club de Bilbao. Su valor en el mercado se situaba en torno a los 20 millones, pero los blues hicieron saltar la banca y pusieron 80 millones en Lezama para traer al portero de 23 años y firmar con él hasta junio de 2025. Este contrato aseguraba las redes del Chelsea por un largo tiempo, cubriendo la baja de Courtois. Parecía un movimiento acertado, pero el tiempo puede que esté cambiando esa dinámica.

Todas estas dudas empezaban en la primera campaña, y es que una fuerte discusión con el por entonces entrenador Maurizio Sarri en la final de la Carabao Cup hizo encender las alarmas. El de Ondarroa se lesionó en la prórroga y el italiano se dispuso a retirarle y poner al experimentado Caballero, pero Kepa se negó a salir, una imagen surrealista impropia de un partido profesional. Todo acabó con el vasco jugando en la tanda de penaltis y el Manchester City levantando el trofeo, ya que, si un jugador se niega a abandonar el terreno, todo ha de continuar, como señaló Moss, el árbitro del encuentro. Los fantasmas de la portería aparecían por primera vez.

La temporada acabó con 1,1 gol concedido por Kepa en los 36 partidos de liga que disputó, aunque mejoró sus estadísticas en Europa (0,6 goles encajados por choque), donde lograron la segunda competición en importancia, batiendo al Arsenal en la final (4-1). La temporada se pudo arreglar en la última bala en la recámara, pero Sarri cayó de los planes tras un título y una tercera plaza en liga, lejos de la lucha por con City y Liverpool, y entró en acción Frank Lampard.

La leyenda del club se fogueó en Championship con el Derby County, y realizó un buen papel, llegando a la final del playoff de ascenso, superando a ilustres, como Bielsa y su Leeds. Esto le sirvió para dar el paso y ponerse al mando del equipo de sus amores, el Chelsea. El principal problema era la poca experiencia en los banquillos y contar con lo que había en la plantilla, sin fichajes, utilizando a canteranos. Confió en Kepa como su portero, pero los 1,4 goles concedidos en liga por partido (culpa también de la defensa) y las pocas actuaciones sin encajar (8) hicieron que su teórico guardameta para el futuro pasase a un segundo plano.

Los rumores de una salida eran más que palpables, pero el gasto realizado en el verano, los disipaban porque parece imposible que se incrementen los millones en compras. No obstante, las primeras actuaciones de Kepa en este Chelsea renovado indican otro cambio, y es que se le ha cuestionado en las dos jornadas disputadas, con sendos errores en los dos encuentros contra Brighton y Liverpool.

Para sustituirle sonó Dean Henderson, pero la propiedad del Manchester United lo hacía alejarse. Ningún rival directo los iba a reforzar, y se puso el nombre de Edouard Mendy sobre la mesa. El arquero senegalés de 28 años parece ser el elegido para ponerse bajo los palos de Stamford Bridge, procedente del Stade Rennais. El equipo francés fue el segundo menos goleado del campeonato nacional, solo por detrás del Stade de Reims, y empatado con el PSG, además, se clasificó para la Champions League con una tercera posición.

La era Kepa-Chelsea pudo llegar a su final, con un contrato al que le quedan cinco años y pagos semanales de 175.000 euros, el único problema de vender al español. La mayoría de equipos esperarán al final del mercado para que al Chelsea solo le quede la opción de ceder y pagar la mitad del sueldo de un jugador que, de momento, no ha salido rentable.