El Domingo se cerraba con el partidazo de la jornada, el Wolverhampton visitaba Anfield, el cual volvería a oír su querido “You'll Never Walk Alone” a voz de sus aficionados.  
 

 

Los lobos se enfrentarían a un Liverpool con los ánimos por lo aires, y además con el reencuentro de Diogo Jota con sus antiguos compañeros. Ninguno de los dos equipos reservó a sus estrellas, pero los de Nuno no contaban con su referencia en ataque, el delantero mexicano, Raúl Jiménez tuvo que ser operado por una fractura craneal tras un choque con David Luiz en el partido frente al Arsenal. 
 

 

El partido comenzó con dos equipos muy volcados en ataque, sin que ninguno se dejase intimidar, y el partido se convirtió en un ida y vuelta constante. Durante los primeros minutos, no se probó a los porteros, aunque la opción más clara fue un cabezazo de Mané que se fue más arriba de la portería de Rui Patricio.  

Los Wolves pasaron a tomar una faceta más defensiva, buscando tener oportunidades de ataque a través de los contraataques, y es que la jugada más clara de los lobos llegaría por esta vía. Podence dispararía con mucha calidad, un balón muy colocado que Kelleher tuvo que despejar con complicaciones. 

A pesar de que los Wolves estaban controlando bien la ofensiva red, un pase de Henderson sería controlado de malas formas por Coady, y Mo Salah lo aprovecharía para poner a su equipo por delante en el marcador. 

Tras el gol, los Wolves no se durmieron, y siguieron apretando al Liverpool, aunque los reds por su parte seguían conectando entre Firmino, Salah y Mané, y el gol podía llegar en cualquier lado. Los lobos incluso estuvieron cerca de conseguir un penal, según el árbitro, Mané había cometido una falta sobre Coady en el área, pero tras revisar el VAR, la decisión fue anulada debido a que en la jugada no hubo contacto. 

La segunda parte inició con un Liverpool muy enchufado, y cuando apenas se habían jugado 2 minutos, Mané tuvo una oportunidad muy clara que el arquero de los Wolves consiguió blocar. 

El Liverpool pasó a tomar el control del balón, y en vez de mover el balón con tanta velocidad, se comenzaron a centrar en buscar filtrar pases seguros para buscar a alguien que remate en el área. 

Los Wolves seguirían con su plan, y se volcaron al ataque, priorizando el juego por las bandas. Esto le permitió a los reds tener una oportunidad en un contraataque, y Wijnaldum tras un pase de Henderson, consiguió marcar un golazo excelente que Rui Patricio no consiguió atrapar. 

El Liverpool siguió arrasando como una apisonadora. Un cabezazo potentísimo de Matip no pudo ser parado por nadie y acabó en la portería. 

Los Wolves estaban devastados, pero a pesar de esto siguieron buscando el gol del honor, y estuvo cerca de llegar tras un centro que remató Dendoncker. A pesar de que parecía que el Liverpool no quería hacer más sangre, un centro de Arnold fue rematado por Mané y el balón terminó rebotando con Semedo, que acabaría marcándose en propia portería. 

Finalmente, el partido terminaría con una aplastante victoria del Liverpool por 4-0 sobre el Wolverhampton. Los de Klopp supieron como parar a la ofensiva de los lobos, y arrasaron a la defensa de estos. Partido muy pobre de Adama Traoré, que no contó con Raúl Jiménez en ataque.