La decisión de la Supercopa de Portugal tuvo que ser aplazada y solo este miércoles se jugó el partido que enfrentó Oporto (ganador de la Liga NOS y de la Copa de Portugal) y el Benfica (finalista de la Copa). El que es uno de los clásicos más grandes del fútbol portugués se jugó en el Estádio Municipal de Aveiro.

Otávio y Corona recuperaron y fueron elegidos para el once titular del equipo de Sérgio Conceição. Pepe volvió al equipo y jugó con la máscara de protección. En el otro lado, Pizzi fue baja de última hora por dar positivo al covid-19. Weigl y Taarabt formaron la dupla del centro del campo del Benfica.

A pesar de la ausencia de público en la grada, el clásico tuvo mucha intensidad, polémica y peleas que acostumbran. El partido empezó con un ritmo muy alto, con los dos equipos disputando el balón en el centro del campo. Los dos equipos se presentaron muy sólidos en la defensa, no permitiendo ocasiones del contrario.

A los 15 minutos de juego, Marega y Otamendi se envolvieron en una discusión, que el árbitro tuvo que interrumpir. Fue el primer partido de Otamendi frente a su ex-equipo, y como capitán del Benfica. A los 23 minutos, Rafa empezó una jugada por la banda derecha, se fue de dos adversarios, pero perdió el balón en la entrada del área. El Oporto aprovechó de la mejora manera lanzando una contra que dejó a Taremi solo delante de Vlachodimos. El portero del Benfica derrumbó el delantero y el árbitro pitó penalti. Después de un tiempo para el VAR revisar una posible posición adelantada de Taremi, el penalti fue confirmado y Sérgio Oliveira se encargó de cobrarlo. 1-0 para el Oporto a los 25 minutos.

La respuesta del Benfica llegó dos minutos después. Una jugada por la banda izquierda, con mucha gente en la zona defensiva del Oporto, con el balón que llega a Waldschmidt que levanta la pelota para la espalda de la defensa donde aparece Grimaldo que remata para una gran parada de Marchesín.

En el segundo tiempo, el Benfica necesitaba circular mejor el balón y crear ocasiones pero no ha podido. Muchos pases fallados han hecho que el equipo no llegara a la última línea. El Oporto aprovechó los pases fallados del rival para recuperar el balón y atacar. En el minuto 50, Uribe remató de lejos y Vlachodimos hizo una buena parada para evitar el 2-0.

El Benfica probó de balón parado, pero tampoco tuvo éxito. Grimaldo de falta remató con peligro pero Marchesín paró. El partido continuó muy dividido en el centro del campo pero la falta de acierto de los jugadores del Benfica imposibilitaron crear jugadas de verdadero peligro. A los 87 minutos, de nuevo el español Grimaldo de falta, pero el balón se fue al larguero. La mejor ocasión del Benfica en toda la partida.

Ya con las águilas muy desorganizadas, Corona lanzó Luís Diaz que había terminado de entrar e hizo el 2-0, cerrando el resultado. El Oporto terminó ganando la Supercopa en un clásico muy intenso en el que ganó en equipo más seguro de si mismo y con las ideas más claras.

 

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