El Burnley protagonizó este jueves la sorpresa de la fecha. Venció, en condición de visitante, 1-0 al Liverpool con gol de Ashley Barnes de penal.

Los locales plantearon en la cancha un 4-4-3 con Firmino y Salah en el banco de suplentes con la intención de que lleguen en un buen estado físico al partido del próximo fin de semana ante el Manchester United por la FA Cup.

El equipo visitante salió con un 4-4-2 para aprovechar las pocas oportunidades que tuvieran en el partido. La elección de Barnes y Wood para atacar no es casualidad. Sus estaturas, 1,86 y 1,91 respectivamente, eran muy útiles para poder lastimar de pelota detenida.

  • En la primera parte, el Liverpool tuvo el dominio del balón

El Liverpool salió al partido con la intención de tener la pelota y la iniciativa. Burnley esperaba y se resguardaba en los primeros minutos. No obstante, el conjunto visitante se asentaba más en el campo e intentaba animarse a jugar en el campo del local.

A los 10 minutos, el visitante atacó de contraataque a través de un buen balón filtrado a Barnes, que logró girar ante la marca de Alexander-Arnold y su remate fue controlado por Allison. Un par de minutos después, el arquero brasileño volvió a ser importante y logró tapar otro disparo con peligro del delantero rival.

El Burnley cedía la iniciativa, pero no renunciaba a atacar. Los locales no lograban traducir la tenencia en peligro. El rival se paraba bien y no concedía espacios.

A los 22 minutos, el Liverpool empezó a llegar con más profundidad. Shaqiri contó con un disparo y su remate pasó cerca del arco visitante. Thiago Alcántara manejaba todos los tiempos del equipo de Klopp. Por él pasaban las pelotas en la mitad de la cancha. Los Clarets se alejaban cada vez más del área rival.

Robertson y Arnold se soltaron y generaban problemas en la línea defensiva. En cambio, Wood y Barnes no les llegaba una pelota con tranquilidad.

Sobre el final del primer tiempo, Mee se equivocó al intentar tocar atrás, Origi aprovechó para quedarse con la pelota y en el mano a mano ante Nick Pope, definió bien al ángulo derecho pero la pelota pegó en el travesaño

  • En el complemento, el Burnley no desaprovechó su único tiro al arco

El cuadro de Klopp salió al campo con otra dinámica, tenía más velocidad en ataque. Burnley no cruzaba la mitad de la cancha. A los 5 minutos, Mané le pasó el balón a Alexander-Arnold que lanzó un tremendo remate con pierna zurda que atajó Pope en dos tiempos.

Le costaba mucho generar en ofensiva al Burnley. No sufrían atrás los defensores locales y se paraban casi sobre la mitad del campo. Klopp decidió que entrasen Salah y Firmino para atacar con más jugadores y abrir el marcador.

A los 14 minutos, Wijnaldum corrió por el medio y jugó con Salah que disparó a la esquina inferior derecha aunque el arquero rival logró detenerlo. 

La visita trataba de presionar más arriba para evitar que Liverpool jugara con tanta facilidad. La influencia de Thiago comenzaba a disminuir en la segunda mitad. El español había perdido contacto con la pelota y no pesaba tanto en la creación. 

A los 25 minutos, el Burnley logró asustar a los Reds. Gran jugada de McNeill por la izquierda que llegó a línea de fondo, tiró un centro por el piso y Guðmundsson anticipó con un remate que se fue afuera por poco. Luego de esta situación, el Liverpool se perdió una situación inmejorable. Robertson recuperó en la salida del visitante. Tocó para Firmino, este le devolvió y el escocés volvió a pasarla en el área al '9', que le entró mal a la pelota cuando tenía disposición para rematar.

Liverpool tenía la pelota y las situaciones, pero no la tranquilidad en zona de definición. El equipo visitante lograba cerrarse bien en su campo y los locales no encontraban la vía para hacer daño.

A 8 minutos del final, Barnes se alejó de Fabinho y se acercó a la portería. Alisson intentó alejarle el balón al delantero, pero lo terminó derribando en el área. El árbitro no lo dudó y sancionó el penal. El delantero inglés no falló, eligió con calma la esquina inferior derecha, y anotó el primero y único gol en Anfield.

El Liverpool fue en busca del empate y contó con una única situación. Mané envió un centro al medio, un par de compañeros lo fallaron y la pelota terminó cayendo a Alexander-Arnold que raspó un tiro hacia el arco y Firmino lo desvió hacia el objetivo, pero Mee lo bloqueó de gran manera.

Los dirigidos por Sean Dyche lograron ganar en Anfield por primera vez desde 1974. Con este triunfo se alejan a 7 puntos de la zona de descenso. Los Reds quedan situados en la 4ª posición y suman su quinto partido consecutivo sin sumar de a tres.

Los locales jugarán su próximo partido ante el Manchester United, mientras que el Burnley visitará al Fulham. Ambos partidos serán por la cuarta ronda de la FA Cup.