Aunque el resultado no acompañe a pensarlo, la Premier League se amoldaba como un torneo incierto donde la igualdad dejaba a los equipos en una incertidumbre permanente. Un par de jornadas sin conocer la victoria y las aspiraciones pueden verse truncadas de la noche a la mañana. De ello sabían los dos protagonistas de este encuentro, que llegaban aguardando la victoria como agua de mayo. Sin embargo, el Southampton jamás podía imaginar que el tormento que vivió un 25 de octubre de 2019 frente al Leicester se volvería a repetir con igual resultado en Old Trafford. Hasenhüttl dejó la brújula a un Jankewitz que la arrojó al vacío a los 79 segundos, abocando a los suyos al desmedido sufrimiento al que fueron sometidos sin piedad alguna. 

Ni en sus peores sueños

El recién renacido y premiado como jugador del mes de los diablos rojos, Paul Pogba, se chocaba con su primera suplencia tras seis partidos consecutivos partiendo como titular. Le suplía Greenwood en una búsqueda de la verticalidad de Solskjaer, que compartiría ataque con Cavani, encadenando su segunda titularidad liguera. Si Hasenhüttl tuvo que formar un once de circunstancias con las bajas de Oriol Romeu, Diallo, Kyle Walker-Peters y WalcottJankewitz firmó la sentencia con su escalofriante entrada sobre la rodilla de McTominay al minuto de juego. El joven austríaco excedió sus revoluciones entrando con la plancha por delante y dejando su huella en el muslo del centrocampista escocés. Su efímero debut desterró a su equipo a una pesadilla de la que no serían capaces de salir.

McTominay sufrió la insensatez del joven Saint / FOTO: Southampton FC
McTominay sufrió la insensatez del joven Saint / FOTO: Premier League

El partido arrancaba con una carga dramática gigantesca sobre los Saints, que se arroparían en su área sin éxito frente a un Manchester United que coparía el balón. A pesar de que se apoderaron de los espacios tras reprogramar su planteamiento, los Red devils harían uso del terror para desmenuzarles. Luke Shaw escupió un centro al segundo palo empalado por Wan-Bissaka tras invadir la zona con un portentoso sprint a la espalda de la zaga. 17 minutos duró la resistencia, y a partir de ahí, al diablo se esmeró en convertir la noche en un naufragio para su adversario. 

El 2-0 llegó minutos después, con una rápida combinación mancuriana que conectó a Greenwood con Rashford para que el ariete abriese distancia en el marcador. Intentó despertar el Southampton con una falta botada por Ward-Prowse, donde De Gea se vio obligado a tirar de rapidez y perspicacia para solventarla. Una mera quimera. 

Wan-Bissaka rematando el balón que supondría el 1-0 / FOTO: Manchester United
Wan-Bissaka rematando el balón que supondría el 1-0 / FOTO: Manchester United

Ante una fragilidad defensiva latente y un rival derrotado, la compasión no entraba en el ideario del United. Con vehemencia e intensidad apretaron hasta que el estrangulamiento provocó que Bednarek metiese el 3-0 dentro de su portería. A la media hora, Rashford centró al corazón del área, y en un intento por despejar, el capitán empujó a los suyos a otro escalón del infierno. 

Los jugadores del United celebrando el 2-0 / FOTO: Premier League
Los jugadores del United celebrando el 2-0 / FOTO: Premier League

La cara de Hasenhüttl definía la impotencia que alimentaba a sus hombres. Mientras tanto, el diablo, tridente en mano, perseguía la portería con insaciabilidad, y es que Cavani aun andaba en guerra consigo mismo tras el empate con el Arsenal. El uruguayo se quitaba la espina rematando a placer dentro del área el 4-0, previo centro de Luke Shaw. Primera parte de la pesadilla. Quedaba lo peor.

Tragedia mayúscula

Con la victoria en la mano, Solskjaer variaba el esquema introduciendo a Van de Beek y Martial por Cavani y Shaw al descanso. Recompuso el escenario el noruego con Fred como lateral zurdo, el francés de punta y dos hipotéticos interiores como Bruno Fernandes y Donny. El Southampton construyó sobre la vergüenza una fortaleza que caería producto de su quebranto. Che Adams tiró de orgullo para poner el 4-1 tras tirar de picardía para batir a De Gea, pero el VAR le arrebató el aliento por un milímetro fuera de juego. El amago de recomposición despertó a los diablos rojos, que agarraron el balón para merodear el área en busca de sangre.

Martial ejecutando el 5-0 / FOTO: Manchester United
Martial ejecutando el 5-0 / FOTO: Manchester United

Martial salió con el objetivo de resarcirse y martirizar, poniendo el 5-0 y sumándose a la lista de verdugos. Bruno lanzó un pase desde el inframundo hacia el delantero, que tiró de repertorio para controlar con el pecho y fusilar sin miramientos. Le siguió McTominay a los pocos minutos con un disparo raso, lejano y sin excesiva complicación para un McCarthy que ya había arrojado la toalla. Adams volvió a tener el honor en su piel con la red frente a él, pero el infortunio se había apoderado de cada futbolista que no vestía de rojo. 

Bruno y Daniel James sellaron el noveno / FOTO: Manchester United
Bruno y Daniel James sellaron el noveno / FOTO: Manchester United

El 9 de Manchester imprimía a cada movimiento una intensidad desmedida para el resultado que Old Trafford representaba. Probó una vaselina que salió lamiendo el palo, y, lejos de desfallecer, mordió hasta encontrar el penalti. Bednarek le zancadilleó cuando se predisponía a ensartar de nuevo el corazón del Southampton. La acción, no exenta de polémica, provocó la intervención del VAR y de Mike Dean, que objetó la pena máxima junto a la expulsión del capitán. Bruno Fernandes transformó desde los 11 metros. Sin ánimo de parar, Martial puso el 8-0 calcando el registro empleado en su primer tanto. Finalmente, la pesadilla concluiría con el noveno. Daniel James empujaba la dejada del 18 portugués en el descuento, consumiendo así una humillación sin paliativos.

El Manchester United recobró la pesadilla subyugando al Southampton a una tortura anímica sin parangón. Los diablos igualaron la mayor goleada de su historia en Premier League, así como el resultado que los Foxes le endosaron a Hasenhüttl la pasada campaña. Una dosis de motivación al equilibrar tantos con el Liverpool, aprovechándose de la zozobra de su moribundo adversario. Descalabro cargado de dolor para el Southampton, que con cuatro derrotas consecutivas ve quebradas, casi definitivamente, sus aspiraciones europeas. Una goleada de la que hacen meya. Un resultado de los que quedan en la memoria. El Southampton entregó su alma al diablo. 

Un marcador para la historia / FOTO: Manchester United
Un marcador para la historia / FOTO: Manchester United