El West Ham llegaba al partido en un momento de forma sensacional, ya que para encontrarnos con el último partido que han perdido contra un equipo no perteneciente al Big Six, tendríamos que remontarnos al primer partido de la temporada ante el Newcastle. David Moyes cambiaba de esquema tras la derrota en Old Trafford y volvía a alinear a Saïd Benrahma y a Lingard. Este último ha sido noticia esta semana por su polémica convocatoria con la selección inglesa para los próximos encuentros internacionales.

 Por su parte, el Arsenal se encontraba décimo en la clasificación y está más centrado en la Europa League, por lo que Arteta realizaba cinco modificaciones con respecto al partido del jueves ante Olympiakos. Chambers en el lateral derecho, Marí como central izquierdo, y en las posiciones ofensivas entraban Odegaard, Saka y Lacazette.

 Los hammers salieron a comerse al Arsenal desde el pitido inicial. En los primeros diez minutos gozaron de más del 80% de la posesión y embotellaron a los jugadores de Arteta, que deambulaban sin rumbo por el césped. No fue hasta el cuarto de hora de partido cuando se adelantaron en el marcador con un auténtico golazo de Lingard, que aprovechó una de las muchas caídas a banda de Antonio, que le dejó el balón en la frontal para que el canterano del Manchester United fusilara la escuadra de Leno.

Dos minutos después, Lingard y Bowen aprovecharon que todos los defensores del Arsenal se quedaron mirando al árbitro tras señalar una falta y el autor del primer gol sacó rápido para que su compañero batiera a Leno, que tampoco estuvo acertado a la hora de cubrir el primer palo. El tercer gol llegó pasada la media hora y fue obra de Soucek, que aprovechó para desviar un remate de Antonio que cabeceó ante la atenta mirada de David Luiz, que ni siquiera salta para intentar despejar el balón. Este último gol despertó al Arsenal, pero daba la sensación de que ya era demasiado tarde, Odegaard, Saka, Chambers y Lacazette intentaron tirar del carro aunque la distancia parecía insalvable. De todas formas, consiguieron reducir la diferencia antes del descanso con un gran gol del galo, que consiguió un muy bonito resultado tras un centro de Chambers desde la derecha.

FOTO: West Ham United
FOTO: West Ham United

  Tras el descanso, los equipos intercambiaron los papeles y fueron los gunners quienes encerraron a los locales en su propio campo con las actuaciones sensacionales de Odegaard, Lacazette y Chambers. A los quince minutos de la reanudación encontraron el gol que les ponía a solo uno del empate con otra jugada entre el noruego y Chambers por la derecha, que acabó con un centro del inglés que acabó metiéndose Dawson en su propia portería. El equipo de Moyes no fue capaz de contener la banda derecha del Arsenal en ningún momento, y por ese costado llegaría también la jugada del gol del empate en los últimos minutos, en la que de nuevo Odegaard atraía todas las miradas para poner el balón a Nicolas Pépé en el momento perfecto, y el franco-marfileño puso un centro perfecto con la pierna mala para que Lacazette igualara el partido.

 Finalmente, el punto cosechado es malo para ambos equipos. Para el West Ham porque ya se veía empatado con el Chelsea en puestos de Champions League y para el Arsenal porque a falta de tan solo nueve jornadas se sigue viendo muy lejos de las posiciones que por presupuesto le corresponden.

 Los hammers afrontan un calendario muy asequible por lo que resta de temporada y siguen dependiendo de sí mismos para meterse ante todo pronóstico en la máxima competición europea, mientras que al Arsenal solo le queda centrarse en la Europa League, ya que es la única bala que les queda para poder entrar en dicha competición.