Cuando parecía que Inglaterra había conseguido lo imposible imponiéndose por dos goles a la selección Croata y a sabiendas de que la victoria de Portugal por 0-3 ante Suiza le permitía a los ingleses clasificarse, apareció Bradarić con un misil dirigido a la escuadra derecha, ante el que nada pudo hacer el portero del combinado de los tres leones, para dar la clasificación al conjunto croata. Gracias al gol del dorsal 11 de Croacia, el encuentro terminó 2-1 a favor de los ingleses, pero el conocido como "Gol Average" otorga la clasificación a la selección balcánica, debido a que registran una diferencia de goles mejor que la de la selección inglesa.

  • Inicio dominador de Inglaterra

Desde el saque de centro, la selección vestida de blanco salió a morder y a acosar la portería rival. Desde los primeros minutos acapararon gran parte de la posesión de la pelota y cuando la perdían, presionaban alto para incomodar a Croacia y recuperar el control del cuero lo antes posible. La ocasión más clara de los minutos iniciales la protagonizó el futbolista del Liverpool Curtis Jones con un disparó al travesaño. Acomodó el esférico para su pierna más hábil y disparó con violencia, mas el poste superior repelió su intento de marcar.

  • Un penalti dudoso para abrir la lata

A los pocos minutos del pitido inicial, 10 en concreto, Nketiah cayó en el área rival por una supuesta zancadilla de un defensor rival. El colegiado alemán Harm Osmers no dudó en indicar la pena máxima, ante la incredulidad de los jugadores y cuerpo técnico croata. Los futbolistas balcánicos se abalanzaron sobre el trencilla para recriminarle su decisión, a lo que el árbitro respondió con una cartulina amarilla para Ivanušec. El mediocampista propiedad del Crystal Palace Eberechi Eze fue el encargado de lanzar la pena máxima. Con una carrerilla de pocos metros y una paradita a mitad de la carrera, resolvió con mucha calma y sutileza ante el guardameta crata Kotarski.

A partir del controvertido penalti que señaló el colegiado, los croatas comenzaron a desesperarse con el árbitro, viendo como una y otra vez las decisiones arbitrales favorecían a los ingleses durante la mayoría de la primera mitad. Llegó un momento en el que los croatas incluso llegaron a reclamar un penalti por mano de Wilmot que el alemán no señaló. Esto hizo que el lateral zurdo croata Bradarić se saliera de sus casillas en las protestas lo que encadenó una nueva tarjeta amarilla para el combinado de Croacia.

  • Inglaterra coqueteaba con el gol

Los segundos 45 minutos comenzaron igual que como había terminado la primera mitad, con el dominio de la selección inglesa. Sabiendo que Portugal se estaba imponiendo con autoridad ante Suiza, los británicos eran conocedores de que un solo gol les proporcionaba la clasificación para la siguiente fase. Con el objetivo del segundo gol y la esperanza de saber que el futuro estaba en sus manos, los ingleses se volcaron al ataque.

Una vez más, el palo escupió un disparo de un jugador inglés que evitaba el gol que les proporcionaba la clasificación. Esta vez fue McNeil quien estrelló una falta botada con mucha fuerza en el palo izquierdo de la portería defendida por el guardameta del Ajax Kotarski. Croacia se volvía a salvar por los pelos.

Pocos minutos después, llegó el tanto que tanto deseaban los británicos y que tanto temían los balcánicos. Una buena combinación fuera del área que culminó con determinación Curtis Jones le daba a Inglaterra una ventaja de dos goles que significaba su clasificación para la siguiente fase de la Eurocopa sub-21. El jugador del Liverpool alojó el cuero en el fondo de las mallas con un disparo raso y esquinado. Los croatas parecían derrotados, ya que no habían puesto en peligro la meta inglesa en todo el partido, aunque Bradarić  guardaba un as bajo la manga.

  • Un golazo que vale una clasificación

El cuarto árbitro levantó la tabla que reflejaba el tiempo de descuento, 5 minutos extra por disputar. A penas el cuarto colegiado terminaba de bajar la tablilla al suelo, Bradarić recibió una pelota en las inmediaciones del área rival. Sin pensárselo demasiado cargó la pierna y se sacó un cañonazo a la escuadra imposible para el arquero Ramsdale. Los croatas festejaron el tanto por todo lo alto, conscientes del poco tiempo del que disponían los ingleses para volver a revertir la situación. El técnico croata Igor Biscan pedía calma a sus jugadores mientras el goleador hacía lo mismo, pero en un tono irónico y vacilón.

No tuvo tiempo la escuadra inglesa para volver a darle la vuelta al marcador y cayeron eliminados en la fase de grupos. A pesar de su mal rendimiento en la fase de grupos acumulando dos derrotas y una victoria, Inglaterra estuvo a escasos cinco minutos de completar una hazaña que a priori parecía imposible y clasificarse para la siguiente fase. Finalmente, el sueño se esfumó debido a un golazo tardío de Croacia. Inglaterra nadó hasta el final y aunque parecía que en un par de brazadas más alcanzarían su objetivo, finalmente se ahogaron en la orilla.