Italia llegó a esta Eurocopa como una de las tapadas y acabó sorprendiendo a muchos. Nada más lejos de la realidad. 33 partidos invicta y más de 1000 minutos sin encajar un gol son cifras que reflejan el bloque revolucionario que ha sufrido Italia de la mano de Roberto Mancini, cuyo trabajo ha llevado a la Azzurra a lo alto de Europa.

Empezando por reconstruir un bloque desde la juventud pero sin olvidarse de un factor clave en un equipo como es la experiencia y veteranía. Una mezcla explosiva. Unos como Buffon le dejaron su puesto a jóvenes como Donnarumma y otros como Chiellini perduran para liderar desde la zaga a Italia. Es por ello por lo que esta selección ha dado un salto de nivel que los ha colocado en la final con muchos méritos. 

Y es que la efusividad reina en los italianos desde que suena el himno. Todo espectador espera a que suene Fratelli d'Italia para alucinar viendo a los jugadores romperse la garganta como si les fuera la vida en ello. Consiguen intimidar al rival ya sea en el campo o en casa. Pasión pura y dura

El espectacular arranque en fase de grupos

Italia comenzó su andadura frente a la selección revelación para todo el mundo: Turquía. Pero para sorpresa, el duelo inaugural de la Eurocopa se vistió en forma de un 0-3 para los azzurri con un recital de juego vertical de los de Mancini, llegando a rematar hasta en 24 ocasiones. Demiral (p.p.), Immobile e Insigne fueron los goleadores. 

Frente a Suiza, las cosas no cambiaron mucho. Otro 3-0 donde Locatelli fue la estrella gracias a un doblete. Immobile finalizaría la ventaja y dejaría a Italia como la primera clasificada matemáticamente. 

Gracias a este último dato, Mancini apostó por rotar en el último partido frente a Gales con ocho cambios, retirando a los otros tres intocables en la segunda mitad, incluido Donnarumma. Sin embargo, lograron el pleno de victorias con un solitario gol de Pessina tras un centro de Verratti, que se hizo un hueco en el once a partir de este duelo.

Italia cerró su participación en fase de grupos con siete goles a favor y ninguno en contra, dando minutos a toda la plantilla excepto a Meret y encontrando una estabilidad con una defensa rocosa, un centro del campo equilibrado y experimentado y una zona atacante más que enchufada. 

Italia demostró que son una piña / Foto: Gettyimages
Italia ha demostrado que son una piña / Foto: Gettyimages

Octavos de final: sufrimiento vs Austria (2-1)

Los de Roberto Mancini enseñaron que también saben sufrir. Un valioso gol de Pessina en la prórroga valió el pase a cuartos tras un gran partido de Austria

El guion establecido de Italia ganando plácidamente se rompió. Los austriacos le jugaron de tú a tú a los favoritos, deseando tener el balón y rompiendo el récord de imbatibilidad de Donnarumma. Llegada la prórroga con un 0-0, Chiesa emuló a su padre y anotó el primer gol para que Pessina doblegara diez minutos después. La gran labor de Austria tuvo su recompensa con un tanto de Kalajdzic, pero de poco sirvió. 

Cuartos de final: machada a Bélgica (1-2)

La primera prueba de fuego llegó en cuartos de final frente a Bélgica, una de las favoritas. Cierto es que esta generación liderada por Kevin De Bruyne no es la misma que deslumbró con Hazard en 2018, pero se topaban con el mejor Romelu Lukaku y un Jérémy Doku que causó más problemas de los esperados con su chispa y verticalidad. 

Los goles llegarían antes del descanso. Italia volvería a doblegar el resultado en los últimos quince minutos de la primera mitad gracias a Barella y a un misil de Insigne, pero el propio Lukaku recortó distancias desde los once metros justo antes del pitido de Slavko Vinčić. 

Sin embargo, no todo le sonreiría a los transalpinos debido a la lesión de Leonardo Spinazzola, uno de los mejores jugadores de este equipo y posible candidato a mejor jugador del torneo. Una lesión en el tendón de Aquiles provocó que el de la Roma dijese adiós a esta Eurocopa. 

Semifinales: lotería de los penaltis vs España (1-1)

Mucha gente afirma que los penaltis son una pura lotería. Pero se olvidan de muchos otros aspectos tanto tácticos como psicológicos. España superó a Italia en lo que se refiere al juego de la mano de Pedri. Y es que los pupilos de Mancini se pudieron salvar de varias ocasiones tras la iniciativa de jóvenes como Dani Olmo. Fue la primera vez en esta Euro que un equipo obligó a los azzurri a replegarse casi todo el partido.

La selección de Luis Enrique es la que más dispara en esta Eurocopa pero no posee ese finalizador al estilo David Villa que hubiese impedido el punto fatídico desde los once metros. Chiesa fue el autor del tanto inicial tras un gran despeje de Laporte en unos buenos minutos de Italia y Morata, que fue la gran novedad en el banquillo, cerró el marcador frente al país en el que juega. 

La suerte se decantaría por los italianos en la tanda de penaltis. Tras los fallos de Dani Olmo y del propio Álvaro Morata sería Jorginho el que remató el pase a la final de una escuadra que llevaba nueve años sin llegar tan alto en una competición continental. 

Jorginho es infalible desde los once metros / Foto: Gettyimages
Jorginho es infalible desde los once metros / Foto: Gettyimages

La gran final: Italia vs toda Inglaterra 

Si en algo le ha favorecido a Inglaterra la existencia de múltiples sedes es que Wembley sea su representante. Los Three Lions han disputado seis de sus siete partidos en casa, siendo un hecho criticado en especial tras la polémica victoria frente a Dinamarca.  

Italia busca su segunda Eurocopa puesto que a nivel continental no le ha sonreído la suerte en tantas ocasiones como a nivel mundial, donde ha conseguido levantar el trofeo en cuatro ocasiones. Sin embargo, tanto en el 2000 como en el 2012 llegó a la final, pero la Francia de Zidane y la generación dorada de España acabaron por desplomar la ilusión italiana como si de arena se tratara.

La primera y última vez fue en 1968 tras vencer a Yugoslavia en el partido de desempate por 2-0 (en la ida empataron a 1). ¿Conseguirá reinar en Europa 53 años después?