Hay partidos que definen puestos, rivalidades o permanencias. El que Etihad Stadium albergaba el día sábado podía definir medio campeonato. El Manchester City, amo y señor del primer lugar de la clasificación, quería noquear al rival directo y seguir ampliando distancias con el segundo lugar. Desde mediados de octubre no saben hacer otra cosa que ganar. Ante el Chelsea, no tenían porqué dejar de hacerlo.

Por su parte, el Chelsea FC venía con el ánimo a tope. Compró su boleto a Wembley para la final de la EFL cup a mitad de semana y quería completar una semana de ensueño derrotando al puntero del campeonato. Tarea difícil, pero no imposible.

  • Cada quién a lo suyo

El primer tiempo en Manchester fue de guión. El City, con su mentalidad: construir desde el fondo, pase a la espalda de los centrales y facturar. Y si la pierde, presiona fuerte. Así forzó al error a Kovacic para tener la más clara de la primera parte en el mano a mano de Grealish con Kepa, duelo que ganó el español.

Los de Tuchel no pestañeaban. Muy concentrados en trabar, en cortar, en despejar y todo lo que implica defender. Lo suyo no fue ir al ataque, porque cuando lo intentó, Lukaku no decidió bien y Ziyech fue impreciso. Así que le dejó al líder hacer su fútbol, que distribuya el balón a su antojo, mientras ellos construían una barrera infranqueable.

Foto: City FC
Foto: City FC
  • El muro decía que no

El segundo tiempo pedía goles y una cara diferente del partido. La visita quiso satisfacer esa petición y salió a arriesgar. Así fue como a los dos minutos de la reanudación, Kovacic encontró un espacio en la mitad del campo y metió el pase entre líneas para Lukaku, que le pegó en primera. Ederson se encargó de sacarla.

El equipo de Guardiola perdió un par de balones en la centro del terreno, dándole libertad a los carrileros blues de llegar casi hasta la línea de fondo. Azpilicueta pedía balón y Marcos Alonso probaba de media distancia. Pero rápidamente los papeles volvieron a ser los mismos. Los de celeste a la posesión, los de azul a defender.

Y es en eso último, en lo que destacó la figura de Kepa. El portero español estuvo atento en los saques de esquina, mostrando los puños para despejar. En la primera parte ya había mostrado seguridad; y en la segunda mitad, le dijo que no a Kevin De Bruyne en dos tiros libres: uno lo embolsó, en otro le puso la mano y al córner. Hasta el minuto 70, era el mejor del Chelsea.

  • El blondo dijo que si

Sin embargo, cuando un jugador es diferente al resto, se nota. De Bruyne había hecho un partido por encima del promedio, acertando en los pases y aprovechando los espacios que daba el rival en el medio del campo para jugar. Pero de ahí, no más.

Foden apuraba a Kepa, el City recuperaba en el fondo y Cancelo vio a Kevin. El belga controló mientras corría al espacio y le ganaba la posición a Kante. El francés quiso darle caza y lo trabó barriendose. Pero el belga, en lugar de caer, pedir la falta y patear un tiro libre peligroso, decidió seguir. Medio gol asegurado.

No le importó que Kanté le haya pegado una de aquellas al tobillo, no le importó que tenía cuatro jugadores rodeándolo, no le importó mirar al arco. Metió el disparo y salió disparado al banderín del córner, con los brazos abiertos. 1-0.

Manchester City
Manchester City

Ya con el triunfo en el bolsillo, los citizens decidieron poner freno y llevar el partido a un ritmo más abajo. Dejaron que el Chelsea atacara, pero la zaga defensiva no pasó problemas. Los 3 puntos se quedaban en casa.

  • Esto no termina

La siguiente fecha tiene al Manchester City (1º con 56 puntos) haciendo de forastero frente al Southampton, que quiere olvidarse de los puestos de descenso. El Chelsea FC (2º con 43 puntos) por su lado, debe visitar a un Brighton que se mantiene en mitad de tabla.

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