La tercera edición de la Finalissima, recuperada con fecha del 28 de septiembre de 2021, nos dejó un buen partido de fútbol donde Argentina venció con holgura a Italia por 0-3 y se convirtió en el ganador de este trofeo. Un encuentro donde los argentinos tuvieron todo bajo control y no dieron opción a su rival, que siguen sin levantar cabeza tras quedarse fuera del Mundial de Qatar.

Messi, inconmensurable

Tener a un siete veces Balón de Oro siempre mejora al equipo y, prácticamente, todo lo que toca. Leo Messi volvió a estar a un gran nivel y buena parte de las acometidas ofensivas que acabaron en la portería de Donnarumma llevaron su firma. Fue el que le dio la asistencia a Lautaro en el 0-1 y el que abrió el marcador para que lo ampliase más tarde Ángel Di María y que remató en el 90' Dybala.

Alternando su posición y jugando por la banda derecha y también por detrás del delantero en ocasiones, llevó todo el peso del juego en ataque, siempre apoyándose en sus compañeros, rodeado por Lo Celso, De Paul, Di María y Lautaro. Además, acabó llevándose el trofeo de mejor jugador de la final, reflejando el buen trabajo del astro argentino en el césped.

Presión intensa y robo

Si por algo ha hecho un mal partido Italia ha sido por no poder ser protagonista con el balón como está acostumbrada. La presión tan alta de los jugadores de Argentina obligó a Donnarumma y a los centrales a despejar en largo para no perder el cuero, algo que acabó pasando inevitablemente. Algo que hizo que Chiellini estuviera desacertado a la hora de sacar el balón, despidiéndose del combinado nacional italiano con una desafortunada actuación.

Este trabajo de todo el equipo provocó que no tuviera el control los jugadores de la Azzurra, hecho acentuado con el poco espacio que les dejaban a los de Mancini cada vez que tocaron el esférico. Un ritmo que no pudieron seguir para tratar de acercarse a la portería de Emiliano Martínez, que tuvo un encuentro muy cómodo.

Centro del campo poblado

Argentina eclipsó por completo a Italia, que no pudo por ninguna de las maneras. A pesar de ser fieles a su estilo de juego, intentando hacer triangulaciones, jugando en corto y filtrar el balón entre líneas, Argentina estuvo inconmensurable, no solo en el ámbito ofensivo, sino también en lo defensivo. La albiceleste preparó un centro del campo sin el balón que no dejó ningún espacio para dejar huecos.

Eso provocó que los campeones de la Eurocopa no tuvieran ideas de cómo solucionar un encuentro que se le puso cuesta arriba muy pronto. La parte mala de que Argentina tuviese tan poblado el centro del campo era que sacrificaron jugadores de banda. Eran, por tanto, los laterales los únicos jugadores de banda que estaban libres de marca y que no perdieron su posición natural para defender.

De esta forma, Argentina no dio opción en ningún momento del partido a Italia, perdida y sin ideas en el campo. El combinado nacional albiceleste venció en Wembley por 0-3 y es el ganador de la primera edición de la Finalissima. También es la tercera vez que el ganador de la Eurocopa y la Copa América se enfrentan. Se tiene como precedentes a Francia derrotó a Uruguay por 2-0 en París, y ocho años más tarde Argentina se impuso a Dinamarca en la tanda de penaltis en Mar del Plata.