El deporte está en constante evolución. La ciencia y el avance de las tecnologías han hecho evolucionar nuestra vida a paso agigantado. Las condiciones de vida han mejorado para las personas y las comodidades que se ofrece a la población hace que la sociedad pueda prolongar la realización de ciertas actividades. Sin ir más lejos, el deporte es una de las principales praxis de la sociedad y cada vez es más realizada por las personas.

Dentro del deporte hay varios tipos: la profesional, la lúdica, la terapéutica, la de práctica libre, etc. Y dentro de este mundo destaca sobre todas las modalidades un deporte en concreto, el fútbol, el cuál es el más seguido del mundo y que cada vez está más profesionalizado. El famoso deporte de élite engloba a todas las divisiones y categorías profesionales donde los futbolistas, a través de los clubes de fútbol, practican dicha modalidad deportiva.

El fútbol de élite es uno de los modelos de deporte más exigentes para competir. Las lesiones y la buena alimentación son dos elementos clave para poder rendir al nivel necesario. Sin embargo, con el paso de los años, la ciencia ha ayudado a que determinados apartados se vean como fundamentales para que el deportista prolongue su carrera deportiva, algo que ha abierto un debate sobre hasta qué punto un deportista puede rendir al máximo nivel.

Trayectoria de un futbolista

Le edad media de la trayectoria de un deportista suele variar en función del deporte que practique. Por diferentes praxis deportivas, la natación tiene una duración de 13 años (en caso de que empiece a los 17 años al máximo nivel). El tenis ronda unas cifras similares, con 16 años de media estando hasta los 34 años en los torneos internacionales de máximo nivel.

La trayectoria media de un jugador de primer nivel de fútbol es de 15 años, pues hasta hace poco un jugador con 34 años estaba en el ocaso de su carrera. A pesar de ello, el paradigma del deporte está cambiando y, en los últimos años, se está generando una tendencia a alargar la vida de un profesional que cambia por completo la concepción de la edad idónea para poder retirarse. Es un hecho que va a marcar el futuro del deporte, no solo en el deporte rey, sino en muchas más modalidades.

<b><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/data/cristiano-ronaldo' href='https://www.vavel.com/es/data/cristiano-ronaldo'>Cristiano Ronaldo</a></b> en un partido. Fuente: Manchester United.
Cristiano Ronaldo en un partido. Fuente: Manchester United.

 

Antes, a la edad de 33 años, un jugador estaba más cerca de su retiro futbolístico. Ahora, los 33 años son la segunda juventud de un jugador que puede prolongar su rendimiento el tiempo que pueda, siempre y cuando el físico y las lesiones le acompañen en un camino cada vez más prolongable. Joaquín Sánchez (40 años), Gianluigi Buffon (44 años), Dani Alves (39 años), Zlatan Ibrahimovic (40 años), Andrés Iniesta (38 años), Luka Modric (36 años), Cristiano Ronaldo (37 años) o Lionel Messi (35 años) son solo alguno ejemplos claros de que la edad ya no es un impedimento para que puedan seguir practicando aquello que tanto les gusta. Pero esto no se basa únicamente en la ciencia, sino que se tiene que combinar con el trabajo duro y más tiempo de dedicación al propio físico que en tiempos anteriores.

Economización de movimientos

A pesar de que el fútbol haya evolucionado a nivel físico, mantener controlados los esfuerzos son fundamentales para poder jugar durante los noventa minutos del encuentro. Medios especializados en la práctica deportiva hablan de la evolución con el paso de los años del aumento de los kilómetros recorridos durante el partido. Hace 40 años, lo normal era hacer entre cuatro y cinco kilómetros, que pasó en la siguiente década a hacer 7 kilómetros de media. Una cifra que ha ido en aumento y que ha hecho que los jugadores de campo tengan que recorrer una media de 11 kilómetros por encuentro, dividido en esfuerzos que se distribuyen sobre los noventa minutos jugados.

Según los datos de la UEFA publicado en el portal 90min, el promedio del jugador andando es del 72% del tiempo que permanece en un terreno de juego, el 18% lo dedica a hacer carreras y el 10% restante lo completa con sprints. En otras palabras, durante más de la mitad del tiempo, el jugador anda sin hacer esfuerzos, mientras que el resto del tiempo se dedica a trotar o hacer sprints.

<strong><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/05/10/fc-barcelona/1111262-analisis-post-fc-barcelona-vs-celta-de-vigo-un-efectivo-barcelona-vence-al-celta-en-el-camp-nou.html' href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/05/10/fc-barcelona/1111262-analisis-post-fc-barcelona-vs-celta-de-vigo-un-efectivo-barcelona-vence-al-celta-en-el-camp-nou.html'>Dani Alves</a></strong> posando con la camiseta del Barcelona. Fuente: FCBarcelona.
Dani Alves posando con la camiseta del Barcelona. Fuente: FCBarcelona.

 

Cuando un jugador tiene más edad, no puede tener siempre el mismo porcentaje aplicado a cada uno de los ámbitos mencionados anteriormente. Tal y como explica Marc Roig, de la Universidad McGill de Montreal, explica que los movimientos de intensidad constantes hacen que las fibras musculares de contracción rápida son las que antes se pierden: “Se produce un deterioro de la capacidad del sistema nervioso para contraer los músculos de manera rápida y bien coordinada”. Una variación en los porcentajes aplicados hará que las fibras musculares se conserven mejor a lo largo del tiempo.

Velocidad punta y coordinación

La verticalidad, el juego moderno, las transiciones o mayor velocidad en el juego son solo algunos de los componentes de un estilo de juego en el fútbol que implica una mayor preparación física, pues el fútbol de más alto nivel exige que los deportistas estén más y mejor preparados. La capacidad para llegar a una mayor velocidad punta está entre los 20 y los 25 años y jugadores de campo como pueden ser los carrileros, laterales o los extremos son los que más sufren cuando llegan a la edad de los 30 años, por lo que deben de dedicarle más tiempo a algunos ejercicios para mantener su punto fuerte el máximo tiempo posible.

Antonio Sinha, ex jugador de la selección de Mexico, afirma que la principal cualidad hoy para jugar al fútbol es la velocidad: “Las cualidades de un futbolista deben de ser muchas, pero si se tiene que escoger una, yo diría que es la velocidad. Hoy, si no corres, no juegas”. Además, también hay que tener en cuenta la fuerza muscular, cuyo máximo potencial alcanza entre los 25 y 30 años, a partir de esa edad hay que vigilar que esos niveles no bajen más de lo debido.

Messi celebrando un gol con el PSG. Fuente: Olé.
Messi celebrando un gol con el PSG. Fuente: Olé.

Eso incluye la ejercitación y la ralentización de la degeneración de los reflejos. Un buen tratamiento para el sistema nervioso puede favorecer la activación de los músculos a una velocidad adecuada. Los reflejos son una capacidad más habitual de ver entrenar en los porteros, pero los jugadores también tienen la tarea de entrenar para seguir reaccionando a los estímulos de forma correcta.

Buena alimentación, cabeza y entorno

La famosa frase de ‘somos lo que comemos’ se puede aplicar también al ámbito profesional. Es fundamental durante toda la trayectoria deportiva comer de manera saludable, principalmente para mantener un peso idóneo para la práctica deportiva, un elemento que no se toman enserio algunos jugadores durante su periodo vacacional. Pero ya no es un elemento de salud, sino también profesional, porque la alimentación es otro elemento básico para la práctica correcta del deporte.

Las dietas ajustan día a día a medidas biológicas, determinado así cuáles son los mejores complementos para cada persona. Bárbara Sánchez Márquez, nutricionista y dietética profesional, habla de la concienciación de la alimentación en los jugadores: “Se cuidan bastante, por un lado porque saben que tiene un efecto directo en el rendimiento deportivo diario y por otro porque también son conscientes que una buena alimentación puede alargar su carrera deportiva, entonces saben que pueden marcar diferencias”.

Joaquín Sánchez. Fuente: Vavel.
Joaquín Sánchez. Fuente: Vavel.

La alimentación previene las lesiones junto con otros aspectos que son igual de importantes que éste. El avance de la tecnología ha hecho conocer más detalladamente el desgaste y la fatiga que se van generando en el cuerpo del jugador, la mayor profesionalización de los cuerpos técnicos de los equipos consigue prevenir las lesiones y los daños a corto plazo.

También influye el refuerzo psicológico, que puede influir en edades tempranas. Tal y como apunta Manuel Pombo Fernández, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja, la psicología es otro factor que puede ayudar a, no solo estar bien físicamente, sino a no descentrarte de la carrera profesional: “Cuando un chaval con 20 años gana mucho dinero, porque es un buen jugador, hay que tratar de que no tenga una vida desordenada”.

Pasando a un ámbito más personal, las familias juegan un papel importante. Son las que ayudan al jugador a apoyarse cuando las cosas no van por buen puerto y puede llegar incluso a perjudicar mentalmente al jugador. Un ambiente estable lo es todo para cualquier deportista de élite, pero no es solo la familia, también está el ambiente en cada lugar donde entrena, juega o se mueve.

Andrés Iniesta. Fuente: El Diario de Navarra.
Andrés Iniesta. Fuente: El Diario de Navarra.

Andrés Iniesta es uno de los jugadores que está alargando su trayectoria todo lo que puede. Desde su marcha del FC Barcelona, comenzó una travesía en Japón, donde el Vissel Kobe japonés es su club desde 2018. Allí ha encontrado el ambiente idóneo para que el de Fuentealbilla siga disfrutando del fútbol en tierras orientales: "Tengo una atmósfera que me rodea que me hace las cosas más fáciles: el club, los aficionados, la ciudad... Todo es muy positivo y eso hace que esté muy feliz para practicar mi deporte e intentar alargarlo lo máximo posible. Es evidente que cada año cuesta más, pero con muchas ganas y muy feliz de poder seguir jugando".

Generación precoz

Si antes se ha mencionado el alargue de la carrera de los futbolistas de primer nivel, en el otro lado de la balanza se encuentran la generación que debería de dar relevo a la actual promoción de futbolistas. Es una política que están tomando los clubes para darle una oportunidad a los jóvenes jugadores que están tirando la puerta del primer equipo. Cada vez es más común ver a jugadores con poca edad debutando en el primer equipo, incluso teniendo un lugar en la alineación titular.

Lo que antes era algo muy complicado de ver ahora se ha convertido en algo más que habitual en todos los equipos de fútbol. Jugadores que apenas llegan a tener dieciocho años juegan minutos con su club sin apenas tener experiencia. Esta confluencia en el mundo de fútbol de, por un lado, jugadores que alargan su carrera a modo de segunda juventud, y por otro la incorporación de forma prematura de jugadores muy jóvenes tiene su justificación en la ciencia.

Gavi con la camiseta del Barcelona. Fuente: FCBarcelona.
Gavi con la camiseta del Barcelona. Fuente: FCBarcelona.

 

Los avances tecnológicos que se han ido incorporando a este mundo han permitido que generaciones diferentes confluyan en un mismo lugar. Gracias a la multitud de dispositivos que existen, se monitorizan a la perfección cada acción de los jugadores. Se miden todos los movimientos que realiza un jugador en concreto durante su actividad, permitiendo mostrar resultados más eficientes y profundos para su posterior análisis.

No solo eso, también se mejora el estado físico del futbolista, mejorando atributos como la rapidez, agilidad o fortaleza. Todo ello permite mejorar en cada movimiento al futbolista, corrigiendo los fallos y prepararlo con las capacidades necesarias para dar el gran salto. Esto, no sería posible sin la obvia calidad del jugador en cuestión, pues no cualquier jugador puede llegar a la élite tan pronto. Pedri, Gavi, Camavinga, Tchouameni, son algunos nombres del plantel de jugadores que han debutado a una edad temprana en el Real Madrid o en el Barcelona, que tienen la calidad y la clase mundial necesaria para poder triunfar.

Es una apuesta arriesgada, pero también es una oportunidad para que los más jóvenes compartan vestuario con jugadores experimentados y aprendan de la veteranía de estos. La ciencia en la principal responsable de este tipo de fenómenos en el fútbol donde los límites de los jugadores se van ampliando y disfrutan de una mayor vida dentro de los terrenos de juego, compartiendo vestuario con sus futuros sucesores que, por el momento, se limitan a aprender y a hacerse hombres de cara al futuro.