Un domingo no es lo mismo sin fútbol. Y no es lo mismo sin una Premier League con partidos como un North London Derby disputado en la jornada sabatina que dejaba el listón muy alto en este derbi de Manchester. Aunque con hombres como Erling Braut Haaland, todo es más fácil.

Los locales llegaban a casa con la baja de Rodri por molestias, por lo que Gündoğan se encargó de sustituirle como '5'. Aké y Akanji en la zaga debían contestar a la suplencia de Dias y Laporte, que entraba por primera vez en una convocatoria en este curso. Arriba, Jack Grealish acompañó a Foden y Haaland.

El conjunto dirigido por Erik ten Hag volvió a dejar fuera a Cristiano Ronaldo y Harry Maguire, una fórmula que está brindando buenos resultados. Casemiro también se quedó en el banquillo, siendo McTominay y Eriksen los que poblaron el doble pivote junto a un Bruno Fernandes más adelantado. Rashford ocupó el puesto de '9' con Antony y Sancho en los costados.

  • Primer tramo y partido infernal

El Manchester City comenzó el choque con el esférico en su haber. Los ojos estaban puestos sobre Haaland, donde Lisandro Martínez se colocó encima del noruego con el fin de desconectarlo en cualquier jugada. La intensidad propia de este derbi llegó en forma de una primera amonestación por parte de Michael Oliver a Diogo Dalot por una dura entrada a Jack Grealish en los tres primeros minutos. Esto era solo el principio de la hecatombe.

Los chicos de Guardiola ya comenzaron a mostrar los dientes por esa misma banda, entre De Gea, McTominay y un cúmulo de defensas visitantes consiguieron repeler la primera embestida de los sky blues. Sin embargo, el gol no tardó en sonreír para un City que se estaba engullendo a los Diablos Rojos. Como si de fútbol sala se tratase, desde la recuperación de Akanji hasta la combinación de banda a banda, Bernardo Silva volvió a incidir desde el flanco izquierdo para brindar el primer tanto en bandeja a Phil Foden.

El primer gol de Foden vino con celebración incluida / Fuente: Twitter @premierleague
El primer gol de Foden vino con celebración incluida / Fuente: Twitter @premierleague
  • Hoy sí, Foden

El Manchester United no tenía otra opción que andar replegado ante el torbellino de ocasiones de los citizens. Los primeros 10' volaron traducidos en un nudo en la garganta para Erik ten Hag y los suyos. Lo cierto es que, pese a la dificultad a la hora de defender, las ideas arriba estaban claras, aunque no terminaban de carburar las jugadas porque la pieza diferencial que conecta el engranaje, Christian Eriksen, era incapaz de aparecer en un centro del campo poblado de camisetas azules.

En el 18' volvió a avisar el City en un saque de falta en la frontal que Gündoğan estrelló en la madera. Cuando parecía que sería De Bruyne el encargado de hacer gala de su precisión en el golpeo, el germano acabó engañando a todos. Y es que esto es el Manchester City: te saca de la chistera un repertorio de trucos de magia y tú, como espectador, no puedes hacer otra cosa que sorprenderte con cada nueva actuación.

Los Red Devils no comenzaron mal, pero parecían frustrados ante la soberbia que presentaba su vecino. A diferencia de Inglaterra, Phil Foden estaba siendo de lo más destacado. El hombre menos cubierto, el comodín que aparece de repente ya hizo daño con el gol, pero tenía claro que en este equipo sí le dan la libertad que él quiere. Estuvo cerca de poner el 2-0 en una jugada similar al primer tanto, aunque luego terminó de arreglar sus asuntos al borde del descanso.

  • Haaland, ocho de ocho

En una primera media hora infernal para los visitantes, limitados a despejar de la mejor manera las acometidas del conjunto celeste, Erik ten Hag se encontró con sus dos laterales amonestados, primero Dalot y después Tyrell Malacia. Seguían los citizens avasallando la portería de David De Gea y en el 33', con Varane siendo atendido, llegó Erling Haaland para prolongar su racha goleadora. El noruego desborda lo sobrenatural, y es que hizo el 2-0 con un remate de cabeza que no pudo detener el cancerbero español.

Y no solo uno, sino que hizo dos en dos instantes. En la jugada siguiente, esta vez con Varane en el campo, hizo el City el 3-0 en apenas 37'. Kevin De Bruyne condujo el balón para colgar el esférico al área, y cuando parecía imposible de alcanzar, volvió a aparecer ''La Bestia'' para superar la espalda del francés y colocar otra diana en su registro. Son ya ocho goles en sus últimas ocho intervenciones de cara a puerta, un dato que simplifica la anomalía que rodea a un jugador que ha nacido por y para este deporte, un dato que explica la confusión que envuelve a todo aficionado cuando pretende comprender si Erling ha salido de Noruega o de un proyecto fallido de un laboratorio en Transilvania.

Primer gol de Haaland de la tarde / Fuente: Twitter @ManUtd_Es
Primer gol de Haaland de la tarde / Fuente: Twitter @ManUtd_Es

Tras el gol, Walker y Varane abandonaron el terreno de juego por molestias, entrando en su lugar Sergio Gómez y Lindelöf. Para rematar la primera mitad de los locales, la asociación Foden-Haaland terminó de hacer estallar la desesperación en el campo con el 4-0. Esta vez fue el ex del Dortmund el que le sirvió el gol a su amigo, Phil Foden, para compartir un doblete que significaría su tanto nº50 como jugador sky blue. Algo que se traduce en el resultado, un arrollador primer tiempo que había dejado la mayor paliza nunca vista en un derbi de Mánchester al descanso. 

Erik ten Hag hizo cambios en la segunda mitad e introdujo a Luke Shaw por el amonestado Malacia. El mejor tramo de los Red Devils hasta el momento se veía rodeado de silbidos por parte de la grada, que ya abandonaba el campo antes de los 45' iniciales como respuesta a la decepción que los rodeaba. No obstante, los pupilos de Guardiola ''parecían'' querer tomarse esta segunda mitad con calma, parecían porque después del gol de Antony todo volvió a su cauce. El brasileño aprovechó para recortar distancias de la nada, desde su casa, con una posterior celebración traducida en rabia por la impotencia acumulada. Un latigazo imposible para Ederson, de esos que te hacen saltar del sofá.

Dos minutos después, las sustituciones siguieron rotando en los visitantes. Casemiro y Martial entraron por McTominay y Rashford, en especial para aprovechar la tranquilidad en el ritmo citizen y así maquillar el marcador. Sin embargo, la felicidad no duró apenas. Erling Haaland materializó el tercero en su cuenta para hacer historia en la Premier League y poner el 5-1. El noruego ha convertido tres hat-tricks consecutivos en casa, siendo así el que más ha registrado en 2022 con cuatro, tres de ellos en un Etihad Stadium que botaba mientras se abrazaba y que teñía de azul la grada al son de varios ''Olés'' en cada toque de los suyos.

Dos autores de dos 'hat-tricks' / Fuente: Getty Images
Dos autores de dos 'hat-tricks' / Fuente: Getty Images
  • La guinda de la humillación

Los citizens son expertos en devorar rivales. Y si algo han demostrado estos años es que cuando lo hacen, lo hacen bien. Y es que Haaland se encargó de sacar su faceta asistente y puso su segunda asistencia para su compañero, Phil Foden, que recibió casi de imprevisto para terminar de resaltar su participación con otro hat-trick. Tres goles para cada uno, para que su única pelea fuese ver cuál de los dos se llevaba el balón. Tras el 6-1, Guardiola realizó cuatro cambios: Foden, De Bruyne, Grealish y Gündoğan dejaron su puesto por Mahrez, Palmer, Julián Álvarez y Laporte, que volvió a jugar desde el agónico triunfo ante el Aston Villa en mayo.

Pese a la humillación, el Manchester United pudo maquillar el resultado gracias a la desconcentración y a los despistes en el bando local. Anthony Martial firmó un doblete, primero en el 84' tras aprovechar un disparo repelido por Ederson, y un segundo desde los once metros.

Con este resultado, el conjunto celeste anota su vigésimo noveno tanto del curso y se queda a un solo punto del Arsenal, vigente líder de la Premier League, mientras que los Red Devils se colocan sextos en la tabla con 12 puntos, pero siendo el quinto club con más goles encajados con 14. La impericia que todavía habita en Old Trafford se ha hecho más presente ante el bofetón de realidad de sus vecinos, unos hombres mecanizados y perfectos que escapan de lo estándar y que se dedican a arrasar por Inglaterra.

 

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