Arrebatar una victoria en el último momento duele. Y es que le duró poco la alegría a los pupilos de Graham Potter, que vieron cómo los tres puntos se los arrebató Casemiro como si hubiera completado uno de sus tackles. Ni la estirada de Kepa pudo mantener el triunfo en casa.

El conjunto local no hizo muchos cambios. Kepa repitió su titularidad, asegurando su permanencia bajo los palos sobre Mendy. La defensa de tres estuvo compuesta por Chalobah, Thiago Silva y Cucurella, con Azpilicueta y Chilwell en los carriles. En el medio, el omnipresente Loftus-Cheek y Jorginho se encargarían de conducir a sus compañeros, dejando la mediapunta para Mason Mount y Raheem Sterling. Por su parte, Pierre-Emerick Aubameyang se colocó como única referencia arriba.

Los Diablos Rojos tampoco desvariaron su once tipo. Sabedores de la ausencia de Cristiano Ronaldo, Erik ten Hag solo realizó el único cambio de Eriksen por Fred en el doble pivote. El resto, lo mismo que frente al Tottenham con De Gea en el arco. Defensa de cuatro con Dalot, Varane, Lisandro y Shaw. El ya mencionado Eriksen junto a Casemiro en el centro del campo, por delante, un Bruno desatado y escoltado por Sancho y Antony en las bandas, dejando en la punta del ataque a Marcus Rashford.

Saltaban las chispas al comenzar el encuentro. Parecía que ambos clubes tenían prisa por llegar al área rival y el esférico rodaba de campo a campo sin mucha claridad de ideas. Los primeros minutos se midieron por choques individuales de alto voltaje. Antony lo intentaba ante Chilwell, ambos '21' en el campo, pero detrás del inglés estaba Cucurella, hoy como central, con el ojo puesto a cualquier desajuste por esa banda. 

Luke Shaw tuvo la primera ocasión en el 9' con un potente remate desde la frontal que se desvió cerca del segundo palo de Kepa. El guardameta español se convirtió en protagonista nuevamente cuatro minutos después con un disparo del propio Antony que se fue envenenando conforme se iba acercando a su portería. Marcus Rashford también lo intentó en el 28' mediante una vaselina que no consiguió batir a Kepa.

El guion era previsible, pero se gustaba el Manchester United. Su mejoría se hacía efectiva con la facilidad con la que escapaban de la presión del Chelsea, con una posesión superior al 60% en los primeros 15'. El control del juego pasaba por los visitantes, cuyos patrones asociativos y rigor táctico provocaban el nerviosismo en Stamford Bridge. 

Mount y Varane disputan un balón / Fuente: Getty Images
Mount y Varane disputan un balón / Fuente: Getty Images
  • Se mueve el banquillo en la primera parte

Los Blues eran incapaces de superar el bloque rival. Jorginho andaba desesperado, sin apoyos en corto y con balones en largo por Kepa como una opción más recurrente de lo que querría Potter. Por ello, el técnico inglés decidió mover ficha y no esperar más con el lógico cambio de Kovacic por Cucurella. Lógico no por la entrada del croata, que era necesaria, sino por la sustitución del español y el posterior cambio de esquema a un 4-3-3, en especial porque el ex del Brighton se estaba viendo superado constantemente por Antony. 

Los Diablos Rojos seguían a lo suyo, presionando al máximo a un Kepa que denegó otro disparo de Rashford y Sancho allá por el 33' y cuyo ataque en estático podía variar gracias a la versatilidad de sus hombres. Minutos después, una potente conducción de Dalot acabó con un directo remate de Eriksen que rozó la red del Chelsea, además de un atrevido Antony que con su pierna derecha estuvo cerca de romper el marcador al borde del descanso. No obstante, la presión local aumentó su intensidad y esto llegó en forma de imprecisiones de este estilo. La primera mitad cerraba su telón con tímidas llegadas del conjunto de Graham Potter, pero con una mejoría obligatoria con el fin de recortar la libertad que estaba gozando su rival.

Encontronazo de Lisandro y Mount / Fuente: Getty Images
Encontronazo de Lisandro y Mount / Fuente: Getty Images
  • Vuelta a la tortilla

El inicio de la segunda mitad fue similar a la primera. Algo de descontrol, pero con la principal diferencia de que era el Chelsea el que mostraba mayor iniciativa por quedarse con el esférico. Las ocasiones en la balanza se habían dado la vuelta por completo. Erik ten Hag presentó la réplica con la entrada de Fred, protagonista días atrás ante el Tottenham, por Sancho. El mismo guion. Cambio de un jugador fuera de posición por un centrocampista, esta vez con Bruno más escorado a banda izquierda y con Eriksen como mediapunta.

Para agravar la crisis de los Red DevilsRaphaël Varane tuvo que retirarse del campo entre lágrimas debido a una molestia en la rodilla. Pudo salir por su propio pie, pero la imagen que dejó era sinónimo de preocupación. Entró en su lugar Victor Lindelöf.

La imprecisión y el desconcierto se hacían cada vez más grandes en el Manchester United. Con el paso de los minutos iban retrocediendo, tanto física como mentalmente, y el Chelsea le intercambió el rol como creador de peligro. Lo intentaban los londinenses por mediación de un Sterling errático, un Mount sin ideas y un Aubameyang solitario. Por tanto, Potter fue racional e introdujo a Pulisic por el gabonés, dejando al estadounidense junto a Sterling en punta.

Trevoh Chalobah, uno de los mayores recompensados por el mismo Potter, pudo abrir la lata en el 73' tras conectar con su cabeza el saque de esquina de Mason Mount, pero la finalización del central tocó el travesaño. Bruno reventó el esférico dos minutos después para contraatacar y mantener viva la esperanza de sus compañeros.

Varane rompió en llanto tras sufrir una lesión / Fuente: Getty Images
Varane rompió en llanto tras sufrir una lesión / Fuente: Getty Images
  • Casemiro al rescate

Parece que ambos clubes se tiran indirectas a la hora de realizar las mismas decisiones. Eso o que el modus operandi de Potter y ten Hag es el mismo. Y es que los Blues introdujeron más sangre nueva con los cambios de Chukwuemeka y Broja por Loftus-Cheek y Sterling, a lo que el neerlandés contestó con la entrada de McTominay Elanga por Eriksen y Rashford, dejando la punta de la lanza a Bruno Fernandes.

La entrada del escocés supuso un antes y un después. En el 85', el propio McTominay cometió un penalti innecesario sobre Armando Broja en un córner. Y Jorginho, uno de los hombres más fiables desde los once metros, no falló a su cita y puso el 1-0 en una meritocrática segunda mitad del conjunto local. Stamford Bridge estalló de euforia tras sufrir de más a menos en los primeros 45'.

El tiempo de descuento estuvo más lejos del beneplácito por la momentánea victoria londinense. Con cuatro de los seis minutos del tiempo de descuento cumplidos, Casemiro voló en el área para asestar un cabezazo que parecía haber detenido Kepa. El cancerbero español deslumbró su confianza y se estiró como si fuera un chicle, pero Stuart Attwell validó el empate porque el esférico había sobrepasado la línea de gol por milímetros. Con un grito sumido en desahogo, el brasileño le arrebató el triunfo al Chelsea in extremis.