La jornada 22 se cerraba en el Tottenham Hotspur Stadium con un choque de extrema importancia para ambos lados. El Manchester City llegaba con la obligación de ganar tras la derrota del líder, el Arsenal de Mikel Arteta, frente al nuevo Everton de Sean Dyche. Delante, unos Spurs que ya saben lo que es ganarle a Guardiola y los suyos.

Con Conte en la grada, el Tottenham reservó a Richarlison y Arnaut Danjuma, además del recién fichado Pedro Porro. Apostó por Emerson Royal y Dejan Kulusevski como tercer integrante de esa dupla compuesta por Kane y Son, formando el conjunto londinense con Lloris en portería; Cristian Romero, Eric Dier y Ben Davies en la zaga; con Emerson y Perisic escoltando por las bandas a Bentancur y Højbjerg; y dejando la responsabilidad ofensiva a los tres mencionados: Kulusevski, Kane y Heung-min Son.

Y como los Spurs tienen a Kane, el City tiene a Haaland. Sin Kevin De Bruyne, pero con Bernardo y Julián en el once, Guardiola alineó un 4-2-3-1 con Ederson en la meta, habitual en liga; Rico Lewis, Walker, Akanji y Aké atrás; con Rodri Bernardo Silva en la medular, cerca de Mahrez y Grealish por bandas; con Haaland arriba y Julián Álvarez por detrás del noruego.

  • Harry Kane, aún más leyenda

Comenzó Rico Lewis por izquierda, pero mutando en fase ofensiva al medio del campo para liberar a Bernardo y apoyar a Rodri. Un Bernardo que precisamente provocó la primera falta del encuentro apenas llegó el tercer minuto.

El City tenía claro que desactivar la jugada tras pérdida era fundamental. Ya pecaron en otros duelos en forma de derrota en este aspecto y Guardiola se lo trasladó a sus pupilos. Sabían que la pelota era suya, el control de la acción pasaría por sus botas.

Los Spurs no se intimidaron: 5-4-1 para defender y a volar cuando el balón volvía. Pero el primer gol llegó por una vía totalmente distinta. Un error en la salida de Rodri lo aprovechó el todopoderoso Højbjerg para servirle un récord en bandeja a Kane que llevaba lamiendo un par de semanas. Con esta diana, el inglés se convirtió en el máximo goleador de la historia del Tottenham (267) tras superar a Jimmy Greaves.

  • Falso descontrol

El gol cayó como una jarra de agua fría. Bernardo Silva intentó poner las tablas con un remate desde la frontal que atrapó Lloris con facilidad. A partir de ahí empezó el asedio del Manchester City, que obligó a replegar a los locales. Rodrigo Bentancur recibió la primera cartulina amarilla del encuentro en el 23' tras una dura entrada a Rico Lewis. Tres minutos después fue el Cuti Romero el que se llevó la amonestación por una acción similar, aunque Haaland acabó siendo la víctima.

Los Spurs se estaban viendo ahogados. Pero fue una simple ilusión porque ya sabían que el guion del partido era ese y no iba a cambiar. Cumplida la primera media hora de juego, el cuadro londinense se gustaba: Hojbjerg era un cortacésped, estaba anulando totalmente a Rodri y la picardía de los tres de arriba no hacía otra cosa que marear al City. 

Ambos bandos tuvieron ocasiones antes de finalizar los 45 minutos iniciales. Tanto Rodri como Grealish remataban sin suerte, pero el orden defensivo del Tottenham, potenciado por la falta de ideas en el medio sin De Bruyne, lo llevó al descanso con el marcador a favor. Incluso Mahrez, en una de las pocas claras, fue golpeado por el travesaño para confirmar que los citizens carecían de acierto.

El City jugó con su equipación alternativa / Fuente: Getty Images
El City jugó con su equipación alternativa / Fuente: Getty Images
  • De Bruyne, al rescate

Tan rápido como acabó la primera parte arrancó la segunda. Y así continuaron los visitantes su intento por encontrar el empate. Con el mismo protagonismo con balón, pero sin soluciones cuando reciben porque ya tienen encima a sus rivales. Si lo hacen es de espaldas, sin embargo, cuando tienen la posibilidad de conducir en zona de 3/4 son frenados en seco.

Tuvo Ben Davies una ocasión en el 56' que sirvió como recordatorio. El cabezazo del galés rozó la portería defendida por Ederson, pero la siguiente escena apareció como ese cosquilleo que pone nervioso a cualquiera: Kevin De Bruyne entró en el 58' como primer cambio del partido en lugar de Mahrez.

Fuente: Getty Images
Fuente: Getty Images

Se dice que en esta vida uno tiene que ser astuto y Kevin De Bruyne ha demostrado que esta lección la tiene grabada a fuego. Sorprendió a todos y le masticó una casi asistencia a Julián, solitario en el borde del área, y cuyo disparo repelió Dier. Cuando todos esperaban el centro, el belga ya ha creado un sinfín de escenarios con los que buscar el gol.

Su entrada fue un lavado de cara para los Sky Blues. Aún así, las oportunidades iban y venían de un lado a otro, pero ninguna provocó la euforia de la grada. Estuvo cerca de poner el segundo Harry Kane en el 70' tras reducir su tamaño e introducirse entre dos rivales, aunque Ederson sí se hizo grande y se lo negó.

  • Incapaz de revertir el caos

Ivan Perisic se llevó la tercera amarilla del choque en el 75', mientras que Ederson protagonizó la primera del City por protestar una falta no pitada sobre Lewis. El croata acabó saliendo cuatro minutos después para dejar su lugar a Ryan Sessegnon. Cambio habitual de un Tottenham que tenía cogido del cuello al City y que aprovechaba el desgaste físico visitante para maximizar sus opciones al contraataque. En el 85' entraron Bissouma por Son y Gündogan por Bernardo.

Los Spurs se quedaron con diez tras la expulsión del Cuti Romero por segunda cartulina, por lo que Davinson entró en el campo por Kulusevski para aguantar el arreón final. Y si algo confirmó este último tramo es que, al igual que el Arsenal tiene pesadillas con el Everton, el City las tiene con el Tottenham. La fórmula anuló a Haaland, que no remató a puerta en todo el partido, y a los citizens. Otra vez.

El conjunto dirigido por Pep desaprovecha así una ocasión de oro para recortar la ventaja de los gunners. Paradójico o no, el máximo rival del líder ayudó a su vecino. Conte y los suyos se colocan quintos, a un punto de UEFA Champions League, mientras que el Manchester City se ubica segundo en la tabla, a cinco del cuadro de Arteta y con un partido más, lo que puede aumentar a ocho.

La impotencia de Guardiola / Fuente: Getty Images
La impotencia de Guardiola / Fuente: Getty Images
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