Pipi Romagnoli recuerda los pasos que dibujaron el camino que ha seguido el club de Boedo hasta llegar a Marruecos para disputar el título de campeón del mundo: "Me acuerdo de todo. Volví en 2009, el club no estaba de la mejor manera, venía de hacer algunos campeonatos malos. Y después siguió igual, por eso esas situaciones nos llevaron a jugar una Promoción. Estaba desgastado todo, había muchos problemas en todos lados: dirigenciales, económicos. En lo futbolístico tampoco estábamos muy bien. Y eso es una realidad, porque vos podés tener bastantes problemas, pero si dentro del campo el equipo está bien, lo otro se deja a un costado; pero no, todo mal. No nos salía una. En lo futbolístico estábamos mal, no encontrábamos el equipo, no hacíamos buenos campeonatos. Era complicado. Pasó lo que pasó y nos salvamos. Ahí llegaron Tinelli y Lammens, y el club hizo un cambio importante. Mejoró en todos los sentidos".

El causante de que San Lorenzo no descendiera es Ortigoza, centrocampista internacional con la selección de Paraguay del Tata Martino. Un jugador que no se fía del rival en semifinales: "El Auckland es un equipo que intenta siempre salir jugando desde el fondo. Tenemos que tratar de presionarlos lo más arriba posible para que tiren un pelotazo. Desde que viajamos para acá lo dije bien claro: no vinimos a pasear". El Ciclón está también entrenado por un Bauza que ya sabe lo que es participar en el torneo de la FIFA. Fue dirigiendo a Liga de Quito en 2008, perdiendo la final por 1-0 y ante el Manchester United inglés: "Tenemos jugadores de jerarquía y un cuerpo técnico que ya sabe jugar este torneo, es muy inteligente. Tenemos que confiar en nosotros, porque así ganamos la Libertadores".

Y es que los jugadores del conjunto azulgrana han recorrido un camino difícil hasta llegar al presente, y no se esconden cuando el futuro les brinda la opción de ser campeones. Pero, como si fuera Simeone el que está en el banquillo, los jugadores asumen la idea del partido a partido: "Tenemos que estar a la altura el día 17 para cumplir el sueño que todos tenemos, que es jugar la final. Sería un error pensar más allá de ese primer partido. Y después, sí: seguir peleando y ganando cosas. Hay que intentar mantener a San Lorenzo en lo más alto. Lo más difícil", dice Romagnoli. "Estamos en una situación en la que no podemos cometer errores porque nos puede costar caro. Simplemente tenemos que hacer bien las cosas. No vamos a jugar este partido como una final: es una final", sentencia Ortigoza.

El presente del Ciclón pasa por afrontar con garantías la semifinal ante Auckland para volver a retomar las sensaciones futbolísticas que les hicieron campeones. La participación de San Lorenzo de Almagro en el Torneo Transición argentino, posterior a la Libertadores, ha sido muy irregular. Una octava posición y nueve derrotas. Sin embargo, en los dos últimos partidos se cosecharon dos victorias y se dejó la portería a cero, algo muy valorado por Néstor: "Es cierto, hicimos dos buenos partidos. Por eso creo que llegamos bien, pero no 'tiramos manteca al techo'. Estamos con orden, mentalizados en lo que pide el técnico, tratando de encontrar nuestra identidad".

La reconstrucción del club ante la mala racha pudo ser la causante de la actual situación. Los nuevos dirigentes trajeron estabilidad al club, así como el proyecto de construcción de un estadio en Boedo: "Cuando tocás fondo empezás a pensar y a ver cosas que antes no veías. Vino gente fanática de San Lorenzo que se brindó por el club, de arriba hacia abajo. Entre todos sacamos a la institución adelante. La idea es seguir así, porque si repetís los viejos errores no aprendiste nada. Si las cosas no se hacen bien, vas a volver a pensar en cómo salvarte del descenso. No queremos eso. Ahora estamos bien. Los dirigentes están llevando todo de manera excelente. Y sobre todo algo más: volvió la paz. Antes no había tranquilidad.", recuerda Pipi.

El futuro utópico se vislumbra en las palabras de dos de los puntales de la plantilla: "El sueño completo sería ganar el Mundial" dice Romagnoli. "Si pasamos a la final también tenemos que ganar", afirma un siempre competitivo Ortigoza. Los jugadores son conscientes del camino, que está formado por un duro pasado, un orgulloso presente y un futuro que depende de sus capacidades. Porque, tal y como canta La Gloriosa: "Vengo del barrio de Boedo, barrio de murga y carnaval, te juro que en los malos momentos, siempre te voy a acompañar".