La selección portuguesa se enfrenta a su séptima Eurocopa y lo hace nuevamente como la eterna candidata que se queda a las puertas. Tiene un plantel para aspirar a alzar el título, el mayor problema es la "revolución" que ha introducido Fernando Santos, que se ha tenido que enfrentar a la renovación generacional que pedía paso desde hace tiempo para defender a su país.
La convocatoria
El estreno de Fernando Santos llega muy apoyado por sus paisanos gracias a la lista que ha ido confeccionando a lo largo de la fase de clasificación hasta la que es la definitiva. Aunque mantiene pesos pesados del vestuario que han podido tener menos protagonismo en su equipos o se encuentran en ligas de menos nivel como Quaresma, Bruno Alves o Ricardo Carvalho, lo cierto es que la cantidad de nuevas caras y sobre todo jóvenes respecto al mundial es más que notable.
Destaca la inclusión de grandes revelaciones de la temporada como Vierinha de Wolfsburgo, Renato Sanches del Benfica o Joao Mario del Sporting de Lisboa, que sin duda tienen una recompensa merecida a la sorpresivamente grata evolución ascendente que han llevado a cabo. Así mismo, no pueden faltar las grande estrellas consolidadas y que tienen que echarse el equipo a la espalda, como Moutinho, Ronaldo, Rui Patricio o Pepe.
Fernando Santos ha conseguido un buen equilibro en esta transición. Además ha convocado a jugadores que llevaban años mereciéndose un puesto como Eliseu, André Gomes o Éder. Este tipo de jugadores será más protagonista que nunca en el esquema del seleccionador. El rendimiento de Portugal dependerá de si los Danilo, Cédric Soares, etc., están al altísimo nivel que han mostrado en sus respectivos equipos cuando salten al campo.
Cristiano es la estrella... pero manda el juego colectivo
El estilo de juego también ha sufrido cambios. Cristiano es el hombre a seguir pero su posición se ha visto desplazada preferentemente a la figura de delantero centro. Goleador puro, es el hombre determinante en los últimos metros. Este cambio, a priori mínimo, es la mayor clave de la pizarra de Santos. Al colocar a Ronaldo como punta, el juego ya no tiene por que pasar pos sus botas en cada jugada o en la confección de estas. Esto contribuye a que el once no se apoye tanto en el de Madeira como antaño y se favorezca una mayor elaboración de la táctica.
Ejerciendo de su marca estará el segundo al mando, Nani, que hará las veces de Cristiano por la izquierda. A su otro extremo, Joao Mario promete dar mucho juego con su velocidad y su capacidad de asociación cerca de portería. La velocidad de toque y movilidad que tiene estos tres eléctricos será un auténtico quebradero de cabeza para la defensa rival. Sin embargo, Santos no quiere cometer errores de sus antecesores ni de selecciones como Argentina, volcando todo el peso en una delantera demoledora. El esquema 4-3-3 quiere favorecer el protagonismo de cada línea en el momento que se le necesite.
Con Danilo a la retaguardia y Moutinho y André como los creadores, Santos pretende tener una transición rápida ente defensa y ataque. Los tres saben tocar y sumarse al ataque, lo que supone que manejan el cotarro hasta que llega la transición con los tres de arriba y se produce la finalización de jugada. Es decir, se trata de un 4-3-3 cambiante que se trastoca a 4-1-2-3 a la hora de atacar. Eso sin contar las internadas por banda de los dos laterales. Eliseu y Vierinha se sumarán al ataque constantemente gracias a su velocidad y abrirán el campo cuando sea propicio sin necesidad que el tridente ofensivo se tenga que romper para encontrar los espacios. Pepe y Carvalho sigue siendo la pareja infalible y de confianza, al igual que Rui Patricio.
Los ases en el banco
A pesar de tener una gran once titular, los suplentes tienen características propias que vienen de perlas para la situación que pida el encuentro. Si Cristiano se encuentra muy fijado, puede volver a su posición natural dando paso a un tanque como Éder que dará paso al juego de espaldas. William Carvalho y Renato Sanches pueden aportar ese equilibrio destructor-constructor de juego y de músculo en partido trabados en los que Portugal no tenga la posesión y se base en las rápidas contras o en jugadas de pocas combinaciones.
No hay que olvidar a los pesos pesados como Quaresma, Bruno Alves o José Fonte, que sin haber perdido facultades, presentan ese plus de experiencia que marca la diferencia en momentos de nerviosismo. Por último, las nuevas caras y los porteros suplentes. Poco que añadir ya que su presencia está totalmente justificada. Eduardo y Lopes son sustitutos a la altura y los Guerreiro, Cedric Soares o Adrien Silva han cuajado una temporada espectacular cada uno en su posición para hacer más fácil al seleccionador elegir los cambios, ya que cualquiera será bueno para el equipo.
Posible once titular
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