La Copa Confederaciones es un torneo peculiar. De hecho, es tan peculiar que el anfitrión es el único, por norma general, que no ha accedido al torneo tras ganar uno de los campeonatos continentales o el campeonato del mundo. Es por eso que, sobre el papel, se hace vuelve difícil que salga campeón el propio organizador, puesto que no viene de salir campeón. Por otro lado, la breve duración del torneo invita a las sorpresas y a que se reduzcan las diferencias, e incluso que el hecho de jugar en casa permita una rápida adaptación a la temperatura, el ambiente o los estadios. Es por eso que, de nueve ediciones, tres tienen como campeón al organizador. Son el espejo en el que debe mirarse la selección rusa.

Tres equipos encontraron la gloria

El primer equipo en lograr vencer en una Copa Confederaciones disputada en su propio país fue México. El ‘Tri’ venció además en la cuarta edición del torneo (1999), la primera que no fue disputada en Arabia Saudí. Sin embargo, México fue elegida como sede por última vez antes de dictar la norma que establecía como anfitrión al próximo organizador del Mundial (con excepción de Francia 2003). En aquel torneo, México venció a Arabia Saudí (5-1), empató con Egipto (2-2) y venció a Bolivia en la fase de grupos. En semifinales el escollo fue Estados Unidos, al que doblegó con un gol de Cuauhtémoc Blanco en la prórroga. La final fue un partido loco ante Brasil, en el Azteca, que acabó con victoria mexicana por 4-3.

Francia también lograría ser profeta en su tierra. Fue en 2003, en una edición de la Copa Confederaciones algo extraña, justo después del Mundial de 2002. El combinado galo, campeón de la Eurocopa del 2000 y de la Confederaciones del 2001, buscaba repetir título de la mano de los Henry, Barthez, Lizarazu, Gallas, Giuly o Cissé. Nuevamente sería en la prórroga donde se dirimiría un campeón, tras el gol de Thierry Henry ante Camerún. El camino de los franceses al título fue inmaculado: 0-1 a Colombia, 2-1 a Japón y 5-0 a Nueva Zelanda en la primera fase, y 3-2 a Turquía en ‘semis’. El torneo, sin embargo, quedaría entristecido por la muerte súbita del camerunés Marc-Vivien Foé en la semifinal disputada entre Colombia y Camerún.

Imagen del emotivo homenaje a Foé | Foto: FIFA
Imagen del emotivo homenaje a Foé | Foto: FIFA

El último triunfo en casa fue para Brasil, en un partido de amargo recuerdo para España. El combinado de Vicente del Bosque buscaba la triple corona tras fracasar en Sudáfrica 2009, pero en su camino se cruzó un excelso combinado brasileño, con Neymar como estandarte. El ariete brasileño destrozó a la defensa española con un gol, que sumado al doblete de Fred, otorgaron a Brasil su cuarto título, el primero en casa, en Maracaná. Por el camino, Uruguay, Japón, Italia y México fueron los rivales con los que se encontró la ‘Canarinha’, los cuales los solventó uno detrás de otro.

Dos se quedaron a un paso de la gloria

Hubo dos selecciones que rozaron la gesta en su propia casa. Además, hablar de gesta es lo adecuado, ya que son dos países cuyo nivel futbolístico no es de primer orden. El primero es Arabia Saudí, organizador de las tres primeras ediciones (de la antiguamente llamada Copa del Rey Fahd), que a punto estuvo de anotarse el título en la primera edición. Argentina fue, por el contrario, el primer galardonado en la historia de esta competición. Es cierto que en aquel momento, con solo cuatro participantes, Arabia Saudí solo tuvo que vencer a Estados Unidos (0-3) para acceder a la final. En ella, los goles de Rodríguez, Caniggia y Simeone bastaron para coronar a la albiceleste.

En 2001, el anfitrión estuvo cerca de llevarse el título. O mejor dicho, uno de los anfitriones. Al igual que la Copa del Mundo de 2002 fue organizada por Corea del Sur y Japón, en la Copa Confederaciones de 2001 sucedió exactamente lo mismo. Japón llegó a la final de dicho torneo, donde Francia y un gol de Patrick Vieira impidieron a los japoneses dejar el título en el Estadio Internacional de Yokohama.

El resto, decepción en su propia casa

Del resto de equipos, solo Alemania en 2005 logró entrar en el podio. Brasil, a la postre campeón, fue quien se cruzó en el camino de la ‘Mannschaft’. En el partido por el bronce, Alemania venció 4-3 a México. Menos suerte tuvo Sudáfrica, puesto que España quiso resarcirse en 2009 del batacazo sufrido ante Estados Unidos en uno de los partidos más extraños que se recuerdan en la historia de la selección española: 0-0 hasta el minuto 73, cuando Mphela marcó para los locales. Un doblete de Güiza en los minutos 88 y 89 parecía sentenciar el partido por el bronce, pero el propio Mphela empataría en el descuento y forzaría la prórroga. En ella, Xabi Alonso hizo el definitivo 3-2 que valía un bronce.

Por otra parte, ni Corea del Sur en 2001 logró seguir la estela de Japón, ni Arabia Saudí logró en 1995 y 1997 igualar lo logrado en la primera edición del torneo. Estos dos países no pasaron de la primera fase, por lo que Rusia ya sabe en qué espejo no debería mirarse si quiere afrontar la competición con garantías de éxito.