Llegó desde el banquillo y se transformó en la epifanía misma del gol. Robert Lewandowski ha firmado esta noche cinco goles en ocho minutos para rescatar al Bayern de Múnich y darle una contundente victoria de 5-1 sobre el Wolfsburgo. El resultado, ajeno al desarrollo del partido durante la primera mitad, se resolvió entre el minuto 50 y 58, donde Lewandowski se vistió de gloria y desató toda su ira divina ante unos Dante y Naldo que lucieron endebles y frágiles frente al polaco. Tras el vendaval, el Bayern controló las acciones y vio como la moral de los lobos quedó reducida a su mínima expresión donde, incluso, Lewandowski y Müller pudieron aumentar la cifra para colocar un resultado aún más escandaloso. Lewandowski escribe así su mejor sinfonía en la Bundesliga y firma su mejor actuación como profesional en toda su carrera.

La Caperucita Bávara y el Lobo Feroz

El partido arrancó con le regreso de Lahm, Xabi Alonso, Thiago, Müller y Boateng al primer equipo, más el regreso de Dieter Hecking a su doble pivot con Luiz Gustavo y Guilavogui en zona media. Kruse se botaba más sobre la izquierda, mientras Draxler se convertía en el amo y señor de la mediapunta de los lobos. Por su parte, Costa y Götze se abrían sobre las banadas para que fuera Müller el delantero de referencia para la llegada de los volantes sobre segunda línea, con la idea de Alaba como primer marcador para anticipar al contragolpe rival. El pizarrón se definía sin sorpresas desde el comienzo.

El Bayern dominaba pero el Wolfsburgo lo obligaba a cambiar su libreto, sin dejarle llegar con claridad al área.

Con los tabletos puestos, el partido se tornó un tanto meticuloso y calculador en los primeros minutos, dejando que fuera Costa, al 7', el que rompiera el hielo y creara la primera de peligro con un zurdazo desde fuera del área a manos de Benaglio. Al 11', tras una sucesión de pases buscando el espacio adecuado, Arturo Vidal decidía probar desde fuera del área, pero su zurdazo era bien contenido por Benaglio en el fondo. Cuatro minutos después, al 15', era Müller quien recogía una espléndida devolución de Götze y sacaba un misil de derecha que se iba apenas rozando la base del poste izquierdo del meta suizo. El Bayern dominaba pero el Wolfsburgo lo obligaba a cambiar su libreto, sin dejarle llegar con claridad al área.

Costa lo intentaba nuevamente al 18' tras una gran jugada sobre Rodríguez, pero, siempre fuera del área, el remate carecía de peligro real y era bien controlado en el fondo. En ese trámite de un Bayern chocando con la barrera de lobos en su zaga fue que, al 25', Draxler recogió un balón recuperado por Guilavogui en zona media y, sin pensarlo dos veces, levantó la vista y habilitó de zurda hacia la derecha para la llegada de Caligiuri, quien le ganó la espalda a Bernat, acomodó de derecha y, con esa misma pierna, sacó un potente remate que venció a Neuer y colocó la apertura en el marcador. Contragolpe mortal del lobo feroz que ponía a temblar a la caperucita roja en su propio bosque.

Primer remate apuerta del Wolfsburgo y gol. El miedo se apoderaba de todo Allianz Arena y la fiesta del Oktober Fest se veía amenazada por un equipo que empleaba la misma fórmula con la que les arrebató la Supercola Alemana y con la que los barrió por completo en el Wolkswagen Arena la temporada anterior. Sin embargo, contrario a ese partido, el golpe anímico no doblegó al Bayern que, al 30', veía a Costa penetrar a toda velocidad por la derecha y enviar un centro que Naldo alcanzaba a sacar antes del cierre de Müller. Luego, al 31', el propio Costa recogía un rechazo en el área y empalmaba una volea poderosa que Benaglio mandaba al córner con una gran estirada.

Primer remate apuerta del Wolfsburgo y gol. El miedo se apoderaba de todo Allianz Arena y la fiesta del Oktober Fest se veía amenazada

Götze proponía una tremenda jugada individual al 36' que era bien frenada por Naldo, pero, al 38', un despeje era pescado por Draxler, quien enviaba de primera para la corrida de Kruse y obligaba a Neuer a salir de su área. El rechazo del meta bávaro quedaba largo para su control y Caligiuri se anticipaba a la barrida desesperada de Neuer sobre mediocampo y tocaba para Guilavogui, quien remató desde la tómbola central a puerta vacía, pero su remate chocaba con el poste derecho y se iba por línea final. Susto y corazón paralizado para todo Allianz Arena y para el propio Guardiola, quien veía como esa jugada pudo haber hundido por completo al Bayern en su propio feudo. La suerte estaba del lado local.

El primer tiempo cerraba sus acciones con un Bayern dominando y controlando el esférico, generando movilidad y buscando espacios. Sin embargo, Naldo y Dante, más el regreso de Guilavogui y Luiz Gustavo, se erguían como un estandarte firme en el fondo, además de las intervenciones de Benaglio cuando los bávaros alteraban su forma y buscaban puerta de larga distancia. El Wolfsburgo, por su parte, seguía siendo peligroso a pesar de solo haber probado a porteríua una tan sola vez. Sin embargo, Bernat dejaba lagunas tras de sí que eran bien aprovechadas por Draxler, como plataforma de lanzamiento, y por Caliguiri penetrando por esa banda para generar peligro al contragolpe. El panorama no pintaba nada bien en favor de los locales.

Lewandowski, el conejo que salió de la chistera

Con todo el panorama en contra y la percepción general de que el Bayern se encaminaba a su primera derrota de la temporada, Pep Guardiola sacó su mejor repertorio táctico y, sin pensarlo tanto, modificó su pizarrón de entrada al complemento. Javi Martínez llegaba para reposicionar a Alaba sobre la izquierda y Lewandowski entraba por Thiago para aprovechar el buen ánimo de Götze, quedando solo con Vidal y Xabi Alonso como mediocentros, pero con la garantía defensiva de Javi Martínez y Boateng, la cual permitió loa subida permanente de Lahm y Alaba para combinarse con Costa y Götze sobre los costados.

Pep Guardiola sacó su mejor repertorio táctico y, sin pensarlo tanto, modificó su pizarrón de entrada al complemento

Rápidamente, al 48', Müller buscaba a Lewandowski con un fino taconazo en el área, pero Naldo llegaba oportuno al relevo. Sin embargo, al 50', el show de Lewandowski comenzaba. La jugada se originó con un anticipo de Javi Martínez sobre Draxler, que rápidamente provocó el desdoble del Bayern por derecha. Con Lahm comandando la salida, el capitán tocó para la diagonal de Müller, quien vio el rápido movimiento de Vidal hacia el área y le cedió el balón, para que el chileno devolviera la pared de taco. Dante, retrocediendo a toda velocidad y nula ubicación se barrió de forma desesperada para impedir el control de Müller, pero el rebote le quedaba a Lewandowski quien se barría y de zurda hundía el esférico en la red. El empate llegaba y la pesadilla de los lobos apenas comenzaba.

El Allianz Arena explotaba de alegría y la euforia se hacía presente. Sin embargo, al 51', cuando los aficionados se abrazaban y entrechocaban cervezas y festejos, la mediacancha del Wolfsburgo terminaba de desmoronarse y, con un pase largo, Müller entraba para hacer sombra a la salida de Naldo y descolocaba a Dante, quien se quedaba petrificado para ver como Lewandowski acomodaba fuera del área y sacaba un misilazo de derecha que fusilaba a Benaglio a ras de piso y lo batía a pesar de su estirada a primer poste. El segundo gol se hacía presente y la barrera de los lobos se convertía en una puerta abierta para la gloria de Lewandowski. La respuesta estaba en el banquillo. El triunfo se construía desde las variantes de Guardiola y su osadía ofensiva de romper sus líneas.

Los lobos retrocedían en la escala evolutiva hacia su forma menos salvaje y se enratonaban para evitar un debacle más profunda

Dos golpes profundos y dolorosos. Los lobos retrocedían en la escala evolutiva hacia su forma menos salvaje y se enratonaban para evitar un debacle más profunda. Sin embargo, sin respuestas y viendo como el empuje bávaro, arropados por la euforia de las gradas, los envolvía an un torbellino de goles, al 54', otra jugada en velocidad tras una recuperación de balón en zona media, provocaba que Vidal habilitara a Müller a la espalda de Dante. El alemán corrió a toda velocidad para ubicarse frente a Benaglio, pero el regreso oportuno de Naldo lo obligó a frenar, recortar y abrir a la derecha para Götze, quien, inspirado y sublime como en sus mejores días, tocó entre Naldo y Dante para Lewandowski, quien definió al tercer rebote tras conectar con el poste, con Dante y terminar por hundir el esférico.

Tres goles y la pesadilla estaba confirmada. El Wolfsburgo bajaba los brazos y alzaba bandera blanca para pedir tregua, pero, tras el susto del primer tiempo, Lewandowski y el Bayern no sabían de treguas ni descansos y querían dar el golpe de autoridad ante uno de sus máximos némesis en esta temporada. Es así como, al 56', era el turno de Douglas Costa para romper a Träsch, Naldo y Guilavogui en velocidad, con un autopase que dejó lentos como tortugas a los tres marcadores lobos y le permitió conectar un centro al área que, gracias al rebote en la barrida de Naldo, le quedaba flotando en el punto penal a Lewandowski, para que el polaco lo definiera con una volea poderosa que rompía el arco y colocaba el cuarto en el marcador. La voracidad felina era de Caperucita. El Lobo era la víctima en un bosque hostil.

Pero el milagro no estaba perfecto y la divinidad polaca tenía guardada su mejor obra para el final de la pesadilla de los lobos. Al 59', Götze tomó un balón sobre la banda derecha, levantó la vista y colocó un quirúrgico centro al área para que Lewandowski lo tomara con una volea celestial y clavara el esférico con toda la potencia del mundo en la orquilla derecha de Benaglio, quien simplemente presenció petrificado la obra de arte del polaco renacentista. Consumado es. Lewandowski había traspado su aura a planos astrales. Habitaba entre dioses y bajaba a la tierra para dejar el éxtasis de su presencia a los terrícolas presentes en Múnich. El sacrificio del lobo era olor fragante a todo el coliseo del Allianz Arena que coreaba su nombre. El polaco era de otra galaxia.

Consumado es. Lewandowski había traspado su aura a planos astrales. Habitaba entre dioses y bajaba a la tierra para dejar el éxtasis de su presencia a los terrícolas presentes en Múnich

Con el resultado definido, el resto del partido fue un monólogo del Bayern de toques, rondos, deleites para la grada y una humillación total hacia los lobos. Müller tuvo dos claras chances de gol y Lewandowski, al 72', tuvo una más para volverse todavía más histórico, pero Ricardo Rodríguez alcanzó a rechazar el balón sobre la línea antes de que el polaco firmara su sexto gol de la noche. Neuer pasó sin apuros y se transformó en el espectador que suele ser. El Wolfsburgo dejaba pasar los minutos y simplemente se replegaba. El fantasma de otras goleadas, como las recibidas por el Hamburgo, se hacía presente en la cabeza de Dieter Hecking, pero Benaglio alcanzaba a ser figura al contener dos llegadas más de Costa y Müller. El partido cerraba con el 5-1 en el marcador y un solo nombre para resumirlo todo: Robert Lewandowski.

Con este resultado, el Bayern de Múnich asalta el liderato de la tabla general, a la espera de lo que haga el Borussia Dortmund frente al Hoffenheim de visita. La diferencia de gol ha vuelto a favorecer a los bávaros, pero un 3-0, o victoria por diferencia de tres, devolvería la punta a los dorados y pondría, desde ya, un escenario memorable para un partido que pinta como la batalla de los dioses germanos del fútbol moderno. Partidazo en Allianz Arena y obra de arte de Lewandowski, quien recordará este partido como la noche en que escribió su nombre en el Olimpo Futbolístico.