El encuentro comenzó con dominio de balón del Borussia Dortmund que estaba realizando una buena presión alta, persiguiendo con dos o tres efectivos al jugador que tenía la pelota. Pasaron los minutos, y los locales seguían monopolizando la redonda, pero no estaban encontrando espacios a pesar de que tocaban a un buen ritmo realizando unas buenas circulaciones, con Gündogan y Kagawa que estaban entrando mucho en juego, y con Reus que estaba realizando las funciones del delantero centro, bajando a recibir. Mientras que los visitantes se mantenían replegados en su campo, los de Tuchel estaban jugando con un 3-3-3-1 con Ginter, Hummels y Subotic en la zaga, Gündogan en el mediocentro acompañado por Schmelzer y Piszczek en los costados, y con Kagawa, Mkhitaryan y Castro por detrás de Reus, el sorprendente nueve con el que el ex técnico del Mainz quería distraer a la defensa rival, cuando tenía el cuero. 

Dominio amplio de los locales

Después del primer cuarto de hora, el conjunto que hoy iba de rojo empezó a salir de su campo, y a jugar a la contra saliendo por la banda derecha con Karaman, aunque cuando no tenía el balón estaba realizando una buena presión sobre los centrocampistas rivales, aunque principalmente presionaba a Gündogan. Después de unos minutos, el cuadro aurinegro cambió su planteamiento, y Gündogan y Ginter apoyaron a los centrales funcionando como ancla, y dando ese segundo pase en vertical que proseguía la jugada en el ataque posicional. Pese a su amplio dominio, el Dortmund no terminaba de encontrar la llave para deshacer a la defensa del 96.

En los últimos 15 minutos del primer tiempo, el Hannover que estaba defendiéndose con un 4-2-3-1 cuando no tenía el balón, con Edgar Prib jugando de extremo izquierdo, estaba consiguiendo alejar al combinado borusser de su área, que a pesar de que tenía un 70% de posesión, no conseguía acercarse a la frontal cómodo. Además, estaba consiguiendo frenar el ritmo de juego de los locales a base de recuperaciones a buena altura, fruto del adelantamiento de las lineas de presión, y de las salidas al contraataque. En los últimos instantes del primer acto, el duelo se abrió más, y los dos equipos tuvieron ocasiones de gol para adelantarse en el marcador.

De más a menos

El segundo tiempo empezó con un dominio territorial del Dortmund, que tenía la pelota, y la movía hasta la saciedad por todo el campo, pero no estaba encontrando los espacios, a pesar de que en alguna ocasión consiguiera superar la segunda línea de presión con algún pase interior, pero la solución parecía erradicar en los disparos desde fuera del área, pues ya había creado peligro en alguna ocasión de media distancia con Gündogan. Mientras tanto, los visitantes se mantenían agrupados en campo propio con las dos primeras líneas de presión muy juntas. El primer gol del cuadro aurinegro llegó por medio de Mkhitaryan que batió a Zieler con un gran disparo de media distancia, tras una buena conducción desde la izquierda. Tras el tanto, el Dortmund siguió controlando el encuentro, y trataba de dominar a su rival con posesiones largas en el centro del campo, pero el contrario no se estaba dejando hipnotizar por su péndulo.

Después de los primeros minutos, la cadencia de intensidad descendió bastante en el encuentro, y el conjunto local consiguió devolverle la tranquilidad al encuentro a base de más toque y control. El partido estaba teniendo muchos parones, y los visitantes no estaban consiguiendo alcanzar una regularidad suficiente en su juego, y además estaban defendiendo mal, pues a pesar de agrupar a mucha gente en los primeros metros, no estaba cubriendo bien los espacios, y estaba dejando descubierta la banda de Albornoz.

En el último cuarto de hora de juego, el Dortmund pasó a controlar el partido definitivamente con cambios como la entrada de Durm por Mkhitaryan. Tuchel no quería sobresaltos en los últimos minutos, y optó por introducir además de a Erik Durm, a Julian Weigl, la gran revelación del equipo en esta temporada, un jugador nacido para manejar un encuentro, y templar el juego, con la pausa que le aporta, y con su gran habilidad para recuperar el balón. En la faceta ofensiva, introdujo al veloz extremo Christian Pulisic, para que le diera posibilidades al conjunto del Ruhr en el contraataque. En los últimos segundos, el equipo consiguió mantener la pelota alejada de su portería, y los de Thomas Schaaf no tuvieron oportunidad de empatar.