El encuentro comenzó con dominio del conjunto local, que empezó llevando la iniciativa en el juego desde el primer minuto teniendo el balón, atacando por las bandas y presionando arriba a su rival tras una pérdida de balón. Mientras tanto, el Hoffenheim abogó por mantenerse replegado en campo propio con las líneas muy juntas ante el altísimo ritmo de intensidad al que estaba jugando el Mainz, que, cada vez que llegaba a la frontal del área, estaba creando una ocasión clara de gol. El 1-0 llegó por medio de Pablo de Blassis, que marcó rematando de cabeza en el segundo palo, un centro desde la banda izquierda. Tras el gol, el conjunto de Martin Schmidt siguió llevando la iniciativa en el juego a pesar de que optó por replegarse más en su campo y por buscar a Córdoba, que estaba cayendo constantemente en banda izquierda, al espacio, pues el conjunto visitante estaba despoblando la defensa, y se estaba replegando con mucha lentitud tras perder la redonda, por lo que el sudamericano estaba encontrando muchísimo espacio para correr por ese costado.

Dominio del equipo de Maguncia que fue letal en las transiciones defensa-ataque

Después de los primeros minutos de juego, el Mainz perdió protagonismo en ataque, tanto en posicional como al contraataque, y fue el conjunto visitante el que se empezó a adueñar del partido, instalándose con el balón en terreno de juego contrario, e intentó profundizar por el centro a base de tocar y de intentar sacar de su sitio a la defensa de un conjunto local muy bien posicionada, para que un llegador desde segunda línea pueda aprovechar el espacio, y consiga llegar con peligro a la portería local. Pese a ello, el conjunto rojiblanco no estaba siendo dominado, únicamente se estaba camuflando bajo la piel del repliegue y del cierre de espacios para atrapar a su presa, pues se encontró con el 2-0 por medio de Pablo De Blassis, que remató con la pierna derecha en el punto de penalti un centro atrás desde la banda derecha. Después del segundo tanto, el Hoffenheim siguió teniendo la posesión del balón y el conjunto dirigido por Martin Schmidt prosiguió con su estratagema de buscar a Córdoba con balones en largo y, con esa táctica, el futbolista sudamericano logró marcar el 3-0 después de trazar una diagonal desde la banda izquierda hasta el balcón del área y batir a Baumann con un disparo que el guardameta alemán no consiguió atrapar.

Después del tercer tanto, el encuentro decayó mucho en intensidad,y el Hoffenheim tuvo la oportunidad de dominar la pelota ante un contrincante que se mantenía replegado en su campo y que por momentos parecía ver saciado su apetito goleador y ganador, pues además había retirado a casi toda la tropa de la zona de ataque a la hora de desplegarse; únicamente salían Öztunalli y Córdoba que eran los más adelantados. Sin embargo, el conjunto visitante tuvo ocasión de recortar distancias por medio de Wagner, que batió Lössl tras recibir el balón de Kramaric en una relajación defensiva de los locales. Pese a todo, el gol únicamente sirvió para poner sobre aviso a los locales, que volvieron a distanciarse en el marcador de la mano de Öztunalli que marcó el cuarto gol con un gran disparo desde el balcón del área, tras una recepción de Pablo de Blassis de espaldas.

Superioridad de los visitantes que a raíz de la expulsión encerraron al Mainz en su campo

El segundo tiempo comenzó con un ritmo más bajo de intensidad y con el Hoffenheim dominando el esférico y llevando la iniciativa del juego en campo contrario, ante un Mainz que apostaba por mantenerse replegado con un 4-4-1-1 con Malli y Córdoba descolgados y con Öztunalli cerrando en banda derecha, y por aprovechar las recuperaciones de balón para salir al contraataque en velocidad. Aunque algo cambió en el encuentro, cuando Bussmann vió la roja directa por derribar a Wagner en la frontal del área, consiguió afianzar su dominio de balón, y además, logró encerrar a su contrincante en su propio área, mermando además su capacidad para salir al contraataque, que estaba siendo su mayor arma.

Después de los primeros minutos de juego, el conjunto auriazul siguió llevando la riendas del juego aunque no pudo evitar caer en la horizontalidad ante la falta de espacios en la defensa local que además de estar cerrando muy bien los espacios, estaba consiguiendo sacar la pelota jugada, y mantenerla alejada de su área, a pesar de que no estaba pudiendo rematar ninguna jugada y de que se estaba desplegando con menos hombres en ataque para trenzar fases de posesión larga para dormir el encuentro. El cambio definitivo en el encuentro llegó cuando Uth logró el 4-2 rematando de cabeza en el segundo palo ante Balogun, un centro de Kramaric desde la banda izquierda y cuando, un minuto después en la siguiente jugada, el mismo Mark Uth logró el 4-3 con un disparo desde fuera del área tras recibir el balón de Schwegler.

A raíz de los dos goles, que dejaban la diferencia en el marcador entre ambos equipos en un gol, el combinado dirigido por Julian Nagelsmann adquirió fuerzas sobrehumanas y se hizo definitivamente con el control del encuentro, pues por más que el conjunto local buscara constantemente con balones largos, los visitantes estaban ganando todas las batallas por los balones divididos, y todas las jugadas del encuentro estaban terminando en el área del cuadro rojiblanco, que estaba siendo incapaz de mantener la pelota controlada y alejada de su área. El temido por unos y soñado por otros empate a cuatro terminó llegando en el minuto 83, cuando Szalai recogió un balón rechazado de Kramaric tras un córner y batió al guardameta local con un remate que le pasó por debajo de las piernas. Tras el tanto del empate, el conjunto visitante decayó en intensidad y el Mainz tuvo oportunidad de asomar por el área rival con bastante peligro, creando peligro en alguna ocasión. Finalmente, los últimos instantes fueron toscos e igualados y ninguno de los dos equipos ha tenido oportunidades reales para marcar el gol de la victoria.