El Mainz 05 sumó tres puntos en su visita al Augsburgo en un partido en el que empezó llevando la iniciativa a pesar de haber un ritmo muy bajo; el conjunto local abogó por replegarse en su terreno de juego y por salir jugando con la pelota desde atrás por las dos bandas, donde el cuadro local estaba imponiéndose a su rival. El atacante Córdoba que también logró marcar en la anterior jornada de liga, logró marcar el 0-1 de cabeza en el primer palo, tras rematar un córner botado por Yunus Malli desde la derecha. A partir de ahí, el conjunto rojiblanco cedió el control de la posesión, y empezó a salir al contraataque por el costado izquierdo con un Onisiwo muy participativo, que estaba siendo un apoyo constante para el centrocampista que tenía el esférico, y necesitaba desprenderse de él, para que no se estancara el juego.

Dominio inicial del Mainz, que al marcar, se replegó

Después de los primeros minutos de juego, el cuadro dirigido por Martin Schmidt empezó a tener un mayor control del juego y del esférico, y a base de trazar posesiones largas en terreno de juego de un contrario, que estaba teniendo mucha más dificultad para recuperar el cuero y para atacar a su oponente saliendo en velocidad al contraataque. Incluso cuando recuperaba el esférico era incapaz de dominar la posesión ante la falta de efectivos en el mediocentro y la distancia entre el único mediocentro y los interiores, una circunstancia que le estaba obligando constantemente a buscar a sus atacantes en largo. En esas batallas también estaba perdiendo pues los centrales visitantes se estaban imponiendo en todas las batallas por potencia y envergadura.

Pasaban los minutos y el conjunto visitante siguió controlando el encuentro a su antojo a base de trenzar posesiones largas en campo contrario, muy alejado de su portería, y asegurando muy bien la entrega para ir bajando el nivel de presión de un rival, que se veía incapaz de recuperar la posesión del esférico y que tenía dificultad para cerrar espacios en defensa por ambos costados, cuando su contrincante empezaba a combinar cerca de la frontal del área contraria, donde estaba probando mucho el disparo de media distancia para sorprender al arquero rival.

Despertar de los locales, y repliegue y salida a la contra de los visitantes

El segundo tiempo comenzó con dominio de balón del conjunto blanco, que trataba de establecer un dominio de balón a base de trenzar posesiones largas en el circulo central ante un rival que se mantenía agrupado en campo propio y que apenas presionaba a su rival cuando tocaba en el centro del campo; las pocas ocasiones en las que conseguía recuperar la posesión se dedicaba a jugar a la contra, desplegándose con el delantero centro Córdoba y con algunos de los mediapuntas. Sin embargo, muy poco le estaba durando el esférico ante un conjunto local incapaz de profundizar cuando se acercaba al primer tercio de campo, pues estaba abusando de los toques en horizontal, y apenas estaba terminando sus jugadas de ataque. 

Después de los primeros minutos de juego, el ritmo de intensidad empezó a subir en el encuentro cuando el conjunto bávaro empezó a encontrar a Bobadilla por la banda derecha, y el paraguayo se empezó a dar cuenta de que Brosinski no era un lateral izquierdo natural, y empezó a aprovechar esa debilidad para bombardear el área visitante. Con su constancia, el atacante del Augsburgo consiguió sembrar la duda y el titubeo, en la zaga de un Mainz, que a su vez también se iba reactivando, tanto en el centro del campo con Frei y Gbamin, como en ataque con el turco Yunus Malli, que llevaba bastantes minutos fuera de combate; en el proceso de hibernación en el que el conjunto dirigido por Martin Schmidt estaba inmerso desde que comenzó el segundo tiempo. Después de unos minutos en los que el ritmo de juego volvió a decaer, Stafylidis volvió a igualar el encuentro con un disparo de media distancia.

La reacción de los visitantes fue inmediata, pues Yunus Malli logró el 1-2 rematando de cabeza en el primer palo un centro de Brosinski desde la izquierda. Después del tanto, el conjunto rojiblanco siguió llevando la iniciativa en el juego y se siguió volcando en ataque desplegándose con muchos efectivos, y profundizando de gran manera por ambos costados, por los que estaba creando casi todo el peligro ofensivo de su equipo. El 1-3 llegó por medio de Muto, que remató en el área pequeña un balón que quedó rechazado, tras un centro desde línea de fondo en la banda derecha. Tras el gol, el ritmo de intensidad decayó mucho en el encuentro y el Mainz le cedió definitivamente el balón a su rival, dedicándose a defender con las líneas juntas en su campo y a dormir el enfrentamiento con posesiones largas cuando el Augsburgo cometía alguna imprecisión.