El encuentro comenzó con dominio de balón del Bayern de Múnich bajo un ritmo muy lento de intensidad que no le estaba permitiendo desequilibrar por los costados a pesar de la participación de Ribery, que estaba bajando mucho a recibir, en el juego de creación. Por su parte, el conjunto berlinés estaba abogando por mantenerse replegado en su terreno de juego, y por buscar Weiser por el costado derecho y a Haraguchi y Essweinn por el costado izquierdo con balones largos, pero estaba teniendo muchas dificultades para recuperar el esférico, a causa de las fases de ataque posicional del cuadro local, en los alrededores del área contraria. El 1-0 llegó por medio de Franck Ribery, que recibió de Alaba desde línea de fondo, quebró a dos defensores en el interior del área, y batió a Kraft con un disparo cruzado.

Dominio del balón de los de Ancelotti

Después del tanto, el equipo rojiblanco siguió llevando la iniciativa circulando la redonda cubriendo toda la zona del terreno de juego contrario, profundizando únicamente con los pases entrelíneas, con los que Thiago estaba buscando a los atacantes de su equipo. Mientras tanto, el cuadro visitante se siguió manteniendo replegado en su terreno de juego, y pasó un tramo en el que fue totalmente asediado por el equipo de Ancelotti que encontró en los balones al espacio para Lewandowski, una auténtica mina para llegar con peligro al área rival, ante las alarmantes fisuras en la defensa del Hertha que estaba descubriendo por completo su flanco derecho. Tras unos minutos, el cuadro de la capital adelantó las líneas de presión, y los locales se vieron obligados a trenzar sus posesiones largas en zonas más atrasadas en el campo.

En los últimos minutos del primer tiempo, el Bayern de Múnich perdió la continuidad que tuvo con el balón en los primeros minutos de juego, y el equipo dirigido por Pal Dardai, empezó a tener más posesión, a raíz de la buena presión alta que estaba realizando en zonas avanzadas en el terreno de juego contrario. A causa de esa igualdad en la posesión del cuero, el equipo local perdió además mucha presencia en ataque, pues sufrió una ligera división en dos, que apenas contribuyó a que los llegadores de segunda línea se desplegaran en oleadas.

Superioridad bávara por intensidad

El segundo tiempo comenzó con un ritmo bastante bajo de intensidad, y sin un dominador claro, pues a pesar de los intentos del conjunto dirigido por Carlo Ancelotti de controlar el duelo, las continuas imprecisiones le estaban impidiendo establecer un dominio regular de la posesión del balón. Mientras tanto, los visitantes se estaban encontrando, cada vez más cómodos en el encuentro, pues estaban teniendo amplios tramos de posesión en el círculo central, circunstancia que ralentizaba a un más el ritmo de intensidad de un Bayern con cierta dificultad para recuperar la pelota. Después de unos minutos, empezó a controlar mejor la posesión, gracias a la entrada en acción de hombres como Thiago y Lahm que estaban siendo muy intermitentes, aunque eso no neutralizó los avances ofensivos de los visitantes que estaban empezando a buscar a sus arietes por arriba, profundizando por las bandas.

Después de un primer cuarto de hora titubeante, el Bayern recuperó el control del juego, y volvió a asediar a su contrincante en los 30 últimos metros del campo, a base de un buen tramo de posesión, en el que agilizó la circulación y centró el juego por dentro mucho más cuando se acercó a la frontal del área. El equipo de Ancelotti empezó a profundizar, y el conjunto de la capital se empezó a replegar en su área, cediendo ante el asedio de un conjunto local, que cada vez llevaba más peligro en sus acciones, gracias a la estratosférica visión de juego de Thiago Alcántara, que estaba leyendo los espacios a la perfección. El 2-0 llegó por medio del interior hispano-italo-brasileño. Poco tiempo después, Robben logró marcar el tercer tanto, gracias a una de sus clásicas diagonales, que derivó en un disparo, que entró tras golpear en un defensor.

Los últimos minutos de juego en el encuentro fueron de absoluto control del equipo local, que siguió llegando con peligro al área contraria profundizando por ambos costados, a pesar de que se estaba desplegando con muchos menos hombres al área rival. Por su parte, el conjunto visitante se dedicaba a aguantar replegado en su terreno de juego en los últimos minutos, con el claro objetivo de dejar pasar el tiempo, y de no encajar más goles, en el tiempo restante.