El encuentro comenzó con un gran dominio del Bayern de Múnich, que tuvo la posesión del balón en terreno de juego del contrario desde el primer minuto. Partiendo de esa base, trató de encontrar espacios en el entramado defensivo del cuadro visitante a base de circular el esférico en terreno de juego contrario pero se estaba chocando con una férrea defensa por parte del Colonia, que trataba de cerrar los espacios a una altura importante juntando mucho las líneas. El ritmo de intensidad estaba siendo muy bajo, y el cuadro local seguía moviendo la pelota de un lado al otro en ataque posicional aunque, por mucho que entraran en juego hombres desequilibrantes como Kingsley Coman o Arjen Robben, el equipo de Ancelotti seguía sin ser capaz de superar la línea de 3/4. Pasaban los minutos y la ofensiva de los locales no era más que un par de arranques en velocidad de Robben que terminaban en una diagonal con remate desviado. 

Dominio del Bayern sin profundidad

Después de los primeros minutos de juego, el cuadro rojiblanco siguió llevando la iniciativa en el juego y, a pesar de que estaba empezando a generar una cierta sensación de peligro, a raíz de la insistencia con la que llegaba al área contraria estaba empezando a sufrir en defensa por la lentitud con la que el equipo realizaba las transiciones defensivas ante las salidas al contraataque del conjunto visitante, que estaba buscando a Osako con balones en largo. A pesar del peligro que generó, el equipo de Peter Stöger no estaba siendo constante en ataque, y los locales estaban retomando el ataque posicional con la misma lentitud en la circulación del balón y siendo igual de previsible que en los primeros compases del encuentro.

En los últimos minutos de juego, el Bayern siguió dominando la pelota instalado en terreno de juego contrario aunque, a pesar de que estaba empezando a asomar por los costados, era incapaz de profundizar por mucho que combinara en los 30 últimos metros con todo el equipo volcado y con un Renato Sanches muy participativo por el centro entrelíneas, que había cogido el timón del equipo jugando de interior. El 1-0 llegó por medio de Kimmich, que apareció por sorpresa en el área tras un primer tiempo flojo por su parte para rematar de cabeza un centro de Bernat desde el banderín de córner en la banda izquierda. Tras el tanto, el equipo siguió llevando las riendas del encuentro aunque, cuando tenía el esférico controlado, hacía lo posible por ralentizar aún más el ritmo de juego, circulándolo en la esfera central y asegurando mucho la entrega.

Kimmich celebra el gol del Bayern | Foto: FC Bayern
Kimmich celebra el gol del Bayern | Foto: FC Bayern

Control del conjunto muniqués sin acierto en el remate

El segundo tiempo comenzó de forma similar al primer acto, con dominio de balón del Bayern de Múnich en campo contrario ante un equipo visitante que se mantenía replegado y que trataba de salir de su campo con el balón controlado para poder buscar Osako en largo. El ritmo de intensidad seguía siendo igual de bajo y el equipo de Ancelotti seguía siendo igual de plano con el esférico controlado, pues a pesar de que estaba profundizando por los costados, era incapaz de rematar las jugadas por el centro, ya que Lewandowski no estaba pasando en su mejor día y los interiores no se estaban infiltrando demasiado entre líneas.

El 1-1 de Anthony Modeste llegó en el minuto 63, después de que este estirara su pierna derecha para desviarle a Neuer un centro de Riise desde la banda derecha. Este tanto llegó en un tramo en el que el Bayern abandonó la presión alta y el Colonia empezó a tener más posesión de balón y más control del juego. A raíz de ese gol, el encuentro entró en un tramo de desconcierto por parte del cuadro muniqués, que perdió el dominio del esférico y empezó a dudar seriamente en defensa cuando el cuadro visitante se acercaba al área rival y buscaba a Modeste y a Osako con centros laterales. En esa fase, el ritmo de intensidad creció mucho y los de Ancelotti se veían incapaces de recuperar el cuero.

En los últimos minutos, el campeón alemán retomó las riendas del encuentro y asedió la portería de un equipo visitante que se mantenía replegado y que estaba desbordado con centros laterales y jugadas de combinación con una precisión milimétrica en el pase, aunque seguía estando falto de remate, pues estaba obsesionado con terminar todas las jugadas de ataque en el área pequeña. El ritmo de intensidad aumentó notablemente, aunque el Colonia estaba consiguiendo frenar el ritmo de los locales a base de ralentizar la circulación del esférico y de perder tiempo cuando tenía alguna jugada a balón parado. A causa de esa circunstancia, el equipo bávaro perdió la claridad y la cordura en ataque y empezó a atacar de forma muy atropellada, buscando el gol de cualquier forma y acumulando excesivos jugadores en el centro del ataque. Pese a su claro manejo del encuentro, el equipo visitante fue capaz de meterle el miedo en el cuerpo al conjunto del sur de Alemania en un par de ocasiones al contraataque.