El encuentro comenzó con dominio de balón del Borussia Dortmund, que empezó circulando el esférico en el círculo central a un buen ritmo a pesar de la buena presión que estaba realizando el Hertha, que estaba taponando de gran manera las líneas de pase del equipo local que a duras penas conseguía mantener el cuero controlado en terreno de juego contrario. Sin embargo, el conjunto de Thomas Tuchel empezó a encontrar vías para llegar al arco rival con peligro, cuando buscaba a Pulisic con balones al espacio, pues con su velocidad estaba consiguiendo crear desequilibrio por el costado en alguna ocasión. Pese a ello, el ritmo de juego en el partido no terminaba de ser elevado, pues el equipo local no terminaba de ser regular en ataque, más allá del norteamericano Pulisic, que era el único que marcaba la diferencia con sus arranques en velocidad.

Dominio borusser sin porterías ni ritmo en la circulación

A raíz de esos avances, el equipo aurinegro empezó a tocar en terreno de juego visitante mucho más cómodamente, llegando a rondar el área tímidamente con mayor frecuencia ante un conjunto berlinés que se mantenía replegado en su campo con las líneas muy juntas y que estaba realizando una presión más aleatoria sin balón. El conjunto dirigido por Thomas Tuchel estaba consiguiendo superar las primeras líneas de presión del contrincante, aunque cuando llegaba al último tercio de campo volvía a ralentizar la circulación del balón y era incapaz de crear desequilibrio en la dinámica del ataque posicional, en la que se estaba volcando con todo el conjunto y en la que hombres como Julian Weigl, Rode y Mikel Merino estaban teniendo un gran protagonismo. Pasaban los minutos y el cuadro local seguía realizando posesiones largas muy estériles ante un rival que se mantenía replegado en su campo con un 4-4-1-1, aunque en alguna ocasión variaba cuando un interior se descolgaba para presionar y el combinado dirigido por Pal Dardai pasaba a formar con un 4-3-2-1.

En los últimos minutos de la primera parte, el Dortmund siguió controlando el juego, aunque seguía teniendo inmensas dificultades para profundizar con el cuero controlado en terreno de juego del contrincante. Únicamente Christian Pulisic y Emre Mor eran capaces de aportar algo diferente al encuentro cuando entraban en contacto con el esférico, pues en el caso del turco, que era el que más estaba participando en el juego en esa fase, conseguía darle otra velocidad al juego, tanto en la velocidad de movimientos como en la circulación del balón.

Dominio local con Dembélé como actor protagonista

El segundo tiempo comenzó de la misma forma que el primero, con dominio de la pelota del Borussia Dortmund, que, al contrario que en el primer tiempo, había salido con un buen ritmo de intensidad y que estaba empezando a acercarse al arco contrario con mucho peligro, y estaba siendo más regular a la hora de crear ocasiones. Por sorpresa, después de que no hubiera salido de su área en cinco minutos de segundo tiempo, Stocker marcó el 0-1 en el mano a mano con Bürki tras un taconazo antológico de Ibisevic. Tras el tanto, el Dortmund tuvo un tramo de desconcierto en el que no fue capaz de mantener la posesión del balón ante un Hertha que tocaba sin timidez y que esperaba el espacio para buscar a Stocker o a Ibisevic con balones largos. Pasaban los minutos y el conjunto dirgido por Thomas Tuchel seguía sin ser capaz de profundizar con el cuero en las fases de posesión larga en campo contrario.

Después de los primeros minutos de juego, el conjunto aurinegro empezó a llegar con peligro al arco rival a base de llegar a la portería contraria con arranques en transición rápida de un Ousmanne Dembélé que asumió todos los galones de organizador de juego, y del hombre encargado de dar el último pase, pues estaba teniendo todo el protagonismo del juego, tanto entre líneas como por detrás de Aubameyang. Por su parte, el equipo berlinés estaba empezando a mostrarse algo desbordado en defensa y, ante la mayor presión que estaba realizando su contrincante, estaba teniendo muchas más dificultades para mantener la redonda controlada. El duelo pasó por un tramo de parón y el cuadro aurinegro perdió algo del ritmo de dominio mientras que el conjunto visitante aprovechó la situación para buscar a sus atacantes en largo.

En los últimos minutos de partido, el equipo local perdió algo de continuidad en el dominio aunque aun así siguió creando un gran peligro en las fases de ataque posicional gracias a la entrada en escena de Mikel Merino, que asumió los galones de hombre de primer pase. Gracias a un primer pase del ex de Osasuna, Dembélé pudo asistir a Aubameyang para que marcara a portería vacía. Tras el tanto, el partido entró en una espiral de faltas que derivó en la expulsión de Emre Mor por un empujón sobre Langkampo, la de Stocker por una entrada sobre Matthias Ginter y en una gran cantidad de parones. El juego prosiguió y el equipo de Thomas Tuchel tuvo más dificultades para llegar al área contraria a raíz del marcaje individual que Pal Dardai puso sobre Dembélé con Allan, que, persiguiendo al ex del Rennes, consiguió desactivar a todo un conjunto local que no creó más ocasiones, y que no había tenido su mejor día.