El encuentro comenzó con un dominio claro de balón por parte del Eintracht de Frankfurt que en los primeros minutos movió el esférico en el segundo tercio de campo a una velocidad bastante lenta, intentando buscar alguna vía de pase segura con los dos centrales Vallejo y Abraham, y con Hasebe, que estaba jugando de único mediocentro. Aunque ante la adelantada posición en la que estaban jugando los laterales Chandler y Oczipka que no les permitía bajar a defender, el mediocentro asiático estaba retrocediendo su posición, y se estaba colocando como un tercer central, incrustado por el centro. Con el objetivo de sacar de su campo a un Hoffenheim, que se mantenía replegado en campo propio con una línea de cinco y otra de tres bastante juntas. Una circunstancia que le impedía progresar a los locales con el balón, y que por consiguiente, no le permitía generar situaciones de gol. 

Dominio del cuadro local que fue de más a menos

Pasaron los minutos, y el Eintracht de Frankfurt fue perdiendo posesión del cuero, a causa del avance de las líneas del equipo visitante, que había aumentado notablemente las líneas de presión, y que estaba empezando a recuperar muchos más balones en campo contrario. El encuentro aumentó sus niveles de intensidad, aunque decayó notablemente en ritmo de juego, pues la mayor participación ofensiva del equipo visitante sin balón, estaba propiciando que el juego se volviera más brusco, y que ninguno de los dos equipos fuera capaz de encadenar cinco pases consecutivos, sin una infracción de por medio, lo que trajo consigo, una gran pérdida de la fluidez para ambos conjuntos.

Con el cambio de dinámica en el juego se generó una gran expectación ante la nueva situación de juego mucho más igualada e intensa, que podría derivar en un intercambio de golpes. En el que el Hoffenheim estaba llevando la iniciativa, y el cuadro de las águilas se estaba dedicando a realizar transiciones rápidas cada vez que recuperaba la pelota, desplegándose con cuatro hombres en ataque, tras el cambio de formación al 5-3-2, que le concedía más libertad a uno de los dos carrileros, a participar en el juego en ataque. Finalmente, los dos equipos se dieron una tregua, y los aficionados asistieron a unos últimos minutos de menor intensidad, y sin excesivas pretensiones de adelnatarse en el marcador.

Control de las águilas que perdieron fuelle con la expulsión

El segundo tiempo comenzó con un ritmo más elevado de intensidad, y con un Eintracht de Frankfurt mucho más agresivo, que ejerció una gran presión sin balón sobre la defensa rival, gracias a la cual recuperó muchos balones, creó multitud de ocasiones de gol, y consiguió encerrar a su contrincante que se dedicaba a defender, y a intentar sacar la pelota jugada, para poder buscar a Sandro Wagner en largo, y poder así crear ocasiones peligrosas de gol. Pero todo intento era inútil, pues en estático, todas las opciones de pase estaban cortadas por el equipo local, al que solo le estaba faltando el acierto de cara a la portería contraria, pues tanto en las transiciones rápidas, como en las jugadas a balón parado, Alexander Meier, que estaba siendo el principal rematador del equipo local, estaba errando en el golpeo.

Después de los primeros minutos de juego, el equipo local siguió llevando la iniciativa en el juego, y siguió siendo superior a su contrincante, aunque a base de asegurar el pase, y de intentar profundizar por las bandas, el equipo blanquiazul consiguió equilibrar algo más la balanza, y a raíz de ello, el encuentro se igualó algo más, y se abrió, adentrándose así, en una dinámica de ida y vuelta, en la que el conjunto local siguió llevando la voz cantante a la hora de crear las ocasiones de gol, hasta que en un choque, Chandler fue expulsado por un pisotón a un jugador rival.

A partir de allí, el encuentro cambió, pues la intensidad disminuyó mucho, pero aún así, el Eintracht siguió dominando la pelota, y siguió buscando el ataque, con menos intensidad, y con bastantes menos recursos al contar con un jugador menos, y cuando además se trataba de un jugador muy participativo en ataque, tanto cuando ha jugado de carrilero, como cuando ha jugado de lateral en el segundo tiempo, en el que su equipo volvió a la defensa de cuatro, y se dispuso con un 4-4-2 sobre el césped, con Huszti y Fabián por la derecha y la izquierda respectvamente, aunque ambos jugadores han seguido teniendo un gran protagonismo por dentro, con más ímpetu que el equipo visitante, que había mostrado un claro conformismo con el empate, y una enorme falta de ambición en ataque, al replegarse en su campo, incluso cuando tenía superioridad numérica.

Tras este empate, el Hoffenheim permanece como cuarto clasificado con 26 puntos, y con seis victorias, y ocho empates. Mientras tanto, el Eintracht de Frankfurt dormirá quinto, con los mismos puntos, aunque con siete victorias, cinco empates y dos derrotas.