El encuentro comenzó con un elevado ritmo de intensidad por parte del conjunto local, que presionó arriba a su contrincante desde el primer instante de juego gracias a la gran labor de Gondorf que ha cuajado una gran actuación, funcionando como el pulmón del equipo, ejerciendo en muchos momentos del encuentro como único mediocentro cuando Altintop se descolgaba en banda izquierda, recuperando y repartiendo, y con ello, consiguió bloquear por completo su salida de balón y su circulación, pues Weigl ha estado excesivamente asfixiado por los dos centrocampistas rivales, y cuando ha recibido no ha tenido la suficiente rapidez para darle fluidez al Dortmund. 

Sorpresa inicial contrarrestada con profundidad en el segundo tercio de campo

Aunque cuando lo recuperaba, hacía lo posible por ser vertical, para llegar con mayor peligro al área contraria, pero en cada una de sus continuas llegadas gracias a la excepcional labor de Jan Rosenthal que en el día de hoy ha sido una fábrica de ocasiones cada vez que entraba en contacto con la redonda en la zona de la mediapunta, o incluso por alguna de las dos bandas, estaba fallando en la definición. Por su parte, el Borussia Dortmund que se vió muy apurado en los primeros minutos ante el entusiasmo de su contrincante, empezó a consolidar su dominio del balón con fases de posesión en las que aseguraba mucho el pase por la banda gracias a la presencia de sus dos laterales, y de jugadores como Mor, Guerreiro y Pulisic que más allá de esa fase del enfrentamiento ha cuajado una actuación muy mediocre, que se estaban ofreciendo constantemente en el tercer cuarto de campo, gracias a ello, empezó a profundizar gracias a la verticalidad de sus pases que le permitían llegar lejos sin realizar mucho esfuerzo. Así fue, como poco a poco se fue instalando en terreno de juego contrario, sin terminar las jugadas.

Pulisic se marcha en banda de un jugador del Darmstadt | Foto: Borussia Dortmund
Pulisic se marcha en banda de un jugador del Darmstadt | Foto: Borussia Dortmund

Mejoría visitante con temblores defensivos

Pese a su claro control del juego, el equipo dirigido por Thomas Tuchel estaba padeciendo serias dificultades para recuperar el balón tras una pérdida, pues no estaba presionando con los mínimos efectivos y en algunas ocasiones con ninguno de ellos, y eso le estaba ocasionando muchos problemas cada vez que el conjunto local salía al contraataque, ya que al equipo local le servían ambas bandas para llegar con peligro profundizando; tanto Sidney Sam en la derecha como Haller en la izquierda, que posteriormente realizaron un gran trabajo defensivo ayudando a Fedetskyy y a Holland. Después de unos minutos, el rival del Benfica en la Liga de Campeones siguió llevando el timón del encuentro, pero siguió sin ser capaz de crear ocasiones claras de gol, ya que Emre Mor no estaba encontrando a ningún jugador que se desmarcase al espacio. Aunque en ese tramo, consiguió controlar mucho más la situación, pues empezó a ser mucho más directo y regular con el balón, lo que le permitió jugar en el último cuarto de campo durante muchos minutos, además, empezó a presionar con mucha más continuidad tras una pérdida, lo cual unido a los espacios que estaba concediendo el equipo local en defensa, estaba planteando un escenario propicio para el empate, debido a que el Borussia Dortmund estaba contando con mucha presencia entrelíneas, que conducía y desequilibraba, esperando a que alguno de los atacantes se desmarcase. 

Asentamiento en campo del Darmstadt y gol del empate

Los últimos instantes del primer tiempo fueron de dominio del Borussia Dortmund que practicó un fútbol más tosco y manual que a lo largo del primer acto, a causa de las urgencias que le producían la llegada del descanso, buscando el buen aprovechamiento de las jugadas a balón parado. Sin embargo, logró igualar la contienda con un tanto que combinó elaboración y velocidad en una triangulación entre Durm, Emre Mor y Guerreiro que el portugués envió al fondo de la red, en una demostración de la importancia que tienen los llegadores de segunda línea en el Dortmund ante la falta de acierto de los delanteros.

Guerreiro celebra el gol del Dortmund | Foto: Borussia Dortmund
Guerreiro celebra el gol del Dortmund | Foto: Borussia Dortmund

Control inicial del cuadro borusser, neutralizado al contraataque 

El segundo tiempo comenzó con un escenario parecido al final de la primera parte, con el Borussia Dortmund dominando la posesión del balón y llevando la iniciativa en el juego, ejerciendo un dominio estéril sin llegadas a la portería contraria, pues el equipo estaba siendo vertical hasta la zona en la que lo debía de ser verdaderamente, pues ninguno de los dos interiores que conformaban el 4-1-4-1 estaban teniendo la lúcidez suficiente para dar un buen pase en profundidad, aunque siguió sufriendo para recuperar el esférico, mientras que a su vez, el equipo rival se mantenía replegado en campo propio, y buscaba la menor posibilidad para salir al contraataque. El ritmo de intensidad estaba siendo elevado gracias al conjunto local, que estaba siendo muy agresivo tanto en defensa como en ataque, y a que con el cuero estaba siendo muy directo buscando a sus atacantes por ambas bandas.

Gol local, y momento para la desesperación

Colak volvió a adelantar a los locales en el marcador, y tras ello, el Dortmund siguió llevando las riendas del partido, aunque empezó a dar síntomas de frustración y desesperación con el balón, como la elevada cantidad de balones largos que enviaba en dirección al área contraria, la excesiva agresividad que empleaba en los balones divididos en la frontal del área que a menudo derivaban en faltas en ataque, o la horizontalidad en sus pases. Por su parte, el Darmstadt abogaba por mantenerse agrupado cerca de su propio área con las líneas muy juntas, para sofocar cualquier intento del contrincante de jugar entrelíneas. Al mismo tiempo, intentaba aprovechar las recuperaciones de balón para salir al contraataque, aunque cada vez lo buscaba con menos insistencia. La intensidad siguió siendo bastante elevada, aunque los de Thomas Tuchel seguían chocándose contra un muro, pues estaban empezando a notar un desgaste psicológico que resumía la mala temporada que estaba realizando en el campeonato doméstico.

Tuchel dando órdenes durante el encuentro | Foto: Borussia Dortmund
Tuchel dando órdenes durante el encuentro | Foto: Borussia Dortmund

Con el paso de los minutos, el conjunto dirigido por Torsten Frings consiguió disminuir el ritmo de intensidad en el encuentro, llegando incluso a dominarlo con el cuero controlado en muchas de sus fases, pues fue afianzando sus fases de posesión a base de enlazar pases, en terrenos reducidos. Avanzando así de manera sigilosa, mientras que su rival empezaba a deambular por el terreno de juego con absoluto desconcierto, fruto de la impotencia producida por la falta de ideas y de frescura, pues el equipo estaba jugando con un once similar al que se enfrentó al Hertha en la Copa de Alemania, y en el segundo acto se vió obligado a dar entrada a los pocos futbolistas que había rotado pensando en el duelo de Liga de Campeones frente al Benfica, en un tramo en el cual ni Reus que fue sustituido en los instantes finales por Schürrle, ni Weigl eran capaces de crear juego.

En los últimos segundos de juego, los locales que mantuvieron las líneas de presión bastante adelantadas en todo momento, siguieron aprovechándose del circo defensivo que era el Borussia Dortmund que concedía espacios, no recibía ayudas desde el medio y el ataque, y que además no era contundente ni en el uno contra uno, ni a la hora de despejar el cuero, ni a la de darle salida.

Los jugadores aurinegros se marchan cabizbajos tras la derrota | Foto: Borussia Dortmund
Los jugadores aurinegros se marchan cabizbajos tras la derrota | Foto: Borussia Dortmund