Con el partido del sábado ante el Bayern de Múnich finalizado y una sanción económica de 15.000 euros de la DFB, dejan a Luiz Gustavo pasando por unos días no muy buenos.

”Cualquiera que me conozca sabe lo callado que soy. Fue un momento que no pude controlar"

Él declaró que no había visto las imágenes en vídeo de su desbarajuste el sábado en la derrota frente al Bayern por 0-6, cuando sus compañeros de equipo tuvieron que mantenerlo alejado del árbitro Felix Zwayer. Sin embargo, una foto le bastaba. “Me sorprendió”, dijo el jugador del Wolfsburgo, que perdió su coraje tras la doble amarilla —había recibido la primera tarjeta en el minuto 20—. ”Cualquiera que me conozca sabe lo callado que soy”, explicó el brasileño, que puede llegar a convertirse en un volcán en el césped, justo lo que sucedió la pasada jornada. “Fue un momento que no pude controlar. Mi relación con los Shiris no ha sido buena durante diez años”, explicó. 

En 2007, el jugador llegó desde Brasil al TSG Hoffenheim. En 243 partidos para el TSG, el FC Bayern de Múnich y el Wolfsburgo, cosechó siete dobles amarillas y una roja directa: “No fui expulsado nunca cuando jugaba en el Bayern”. Esto dejaba una conclusión: los árbitros juzgan de manera diferente a los jugadores del Bayern.

Todo ha quedado en una multa

Luiz Gustavo fue el primero en quejarse el pasado fin de semana y entonces tiró la pelota contra el árbitro Zwayer. “Es una lección para mí. Lo siento por el club, los aficionados, los jugadores y el cuerpo técnico”, dijo el segundo capitán del Wolfsburgo. Él está aliviado de que sólo haya sido multado por los aplausos irónicos y el comportamiento extremadamente agresivo: “Me alegra poder seguir ayudando al equipo”.

El sábado en Frankfurt el defensa será una baja; en dos semanas, en la penúltima jornada contra el Borussia Mönchengladbach estará disponible de nuevo. "Sé que no soy un buen tipo, necesito encontrar una solución", finalizó.