El partido más esperado de la jornada en la Bundesliga, empezó loco, tal y como se esperaba que fuese. Poco más de tres minutos llevaban jugados cuando, tras una buena recuperación en medio campo, el balón le llegó a Guerreiro que dio como pudo el pase a Marco Reus para que hiciese el primer gol de la tarde. El gol no estuvo exento de polémica. Los defensas del Hoffenheim pedían desesperadamente fuera de juego y, tras consultar con el asistente, el árbitro Felix Brych decidió dar validez al gol. Las repeticiones posteriores dieron la razón a la zaga del Hoffenheim, ya que Reus estaba bastante más adelantado que la línea defensiva rival.

Tras el tanto del internacional alemán, el Dortmund se aprovechó de un rival que había quedado tocado y comenzó a acosar el área rival con centros laterales tanto de Piszczek, como de Schmelzer. Mientras tanto, el conjunto ‘hoffe’ intentaba rearmarse, pero, cuando conectaba con el centro del campo, las jugadas continuaban con muy poca claridad. En uno de esos centros laterales, esta vez de Reus, el balón golpeó, de manera involuntaria, en la mano de Kaderabek, que tuvo que ver como el colegiado pitaba penalti a favor del conjunto local. Aubameyang preparó la pelota y cogió carrerilla para lanzar el penalti, pero, en un intento por ponerla en la cepa del palo, mandó el balón a la derecha de la portería de Baumann. Este fallo del gabonés dio vida al Hoffenheim, que empezó a asentarse en el campo y a realizar un juego mucho más reconocible. Sin embargo, el Dortmund no parecía estar dispuesto a permitirlo y comenzó a jugar de forma dura, lo que caldeó bastante el ambiente.

Este duelo entre Aubameyang y un rival muestra la intensida con la que se jugó el choque | Foto: bvb.de
Este duelo entre Aubameyang y un Hübner muestra la intensidad con la que se jugó el choque | Foto: bvb.de


Ya en el ecuador de la primera mitad, veíamos un partido muy distinto al del inicio. El Hoffenheim controlaba el balón, generando mucho juego en la zona de tres cuartos del conjunto del Signal Iduna Park, aunque sin mucho peligro. Los ‘aurinegros’, salían a la contra con mucha rapidez ante cualquier error rival, por lo que cada perdida del conjunto de Julian Nagelsmann, se convertía en una rápida transición que no conseguía aprovechar el equipo de Tuchel. De hecho, no fue hasta el minuto 30 cuando el Dortmund volvió a acercarse a la portería visitante, aunque sin llegar a rematar. Así fueron los últimos minutos de partido, aunque el conjunto visitante cada vez acorralaba más a un irregular Borussia.

Con este panorama se llegó al entretiempo, con un Hoffenheim que mereció más pero que no tuvo suerte, como, por ejemplo, en un penalti muy claro sobre Wagner, en el que Sokratis agarró al delantero ‘Hoffe’ durante un saque de córner.

En la reanudación, parecía que el Hoffenheim iba a mantener la intensidad de la primera parte, ya que en el primer minuto lograron un córner muy peligroso y después una falta lateral muy cercana al área. No obstante, a partir de ese momento, el Borussia Dortmund tiró de oficio y empezó a controlar el partido y solamente perdió ese control tras un buen robo de Demirbay que acabó en un gran disparo lejano del propio futbolista alemán, y que tras la continuación supuso otra jugada de peligro para el arco de Bürki, en este caso con un buen remate de cabeza de Kaderabec que salió desviado.

Demirbay (el mejor del Hoffenheim) lucha contra tres futbolistas aurinegros | Foto: achtzehn99.de
Demirbay  lucha contra tres futbolistas aurinegros | Foto: achtzehn99.de

Después de esto, el conjunto dirigido por Julian Nagelsmann no encontró la manera de llegar con peligro al área rival y se convirtió en un monólogo de los ‘aurinegros’. Largas posesiones se intercalaban con algún que otro disparo con peligro, que minaban la moral del conjunto visitante. Es por esto que Nagelsmann dio entrada a Szalai, con la intención de juntar pólvora arriba para igualar el encuentro. El futbolista húngaro no entró mucho en juego y los ‘Hoffes’ no lograban pisar el área de Bürki.

Tras una pérdida en el centro del campo, el Borussia armó un contragolpe que acabó en un centro de Lukasz Piszczek, que remató Guerreiro al palo antes de que Aubameyang se encontrase el balón para hacer el 2-0 a placer. Desde ese momento, los locales redujeron el ritmo, lo que le valió al Hoffenheim para llegar al área y que, una vez allí, Piszczek hiciese penalti sobre Kramaric. El propio futbolista croata fue el encargado de transformar el penalti y dar emoción a los últimos compases del encuentro.

Después del gol, el conjunto de Tuchel se reactivó y se hizo de nuevo con la posesión y, tirando de astucia, buscaron perder tiempo en el córner y ahí murió el partido que daba la tercera plaza al Borussia Dortmund y sacaba al Hoffenheim de posiciones de clasificación directa para la fase de grupos.