El encuentro comenzó con el Liverpool ejerciendo una alta presión sobre la defensa del Hoffenheim, que tenía el control de la posesión en los primeros compases del duelo. Por su parte, los locales centraron su ataque en el juego por las bandas, un aspecto en el que los ingleses han flojeado tanto en el día de hoy como en su debut liguero. En el minuto siete, una mano  de Lovren dentro del área provocó que tanto la afición como el banquillo del Hoffenheim pidiese penalti, pero basándose en la involuntariedad del central, el colegiado no señaló nada. Tres minutos después, el mismo Lovren derribó a Gnabry cuando este intentaba regatearle dentro del área, y entonces el árbitro sí que pitó la pena máxima.

Penalti, arma de doble filo

Adrej Kramarić iba a ser el encargado de ejecutar el penalti, el jugador croata había lanzado en cinco ocasiones durante la pasada campaña y había convertido las cinco, pero en esta ocasión, el delantero se topó con las manos de un gran Mignolet.

Mignolet atajando el penalti. Fuente: Liverpool
Mignolet atajando el penalti. Fuente: Liverpool

A partir de ese momento el equipo local se vino abajo, si hasta ahora habían tenido el control tanto en la posesión como en las ocasiones, tras fallar una ocasión tan clara como esa se vieron superados por sus rivales. En el minuto 14, Salah tuvo una de las más claras del partido, cuando tras una recuperación de Firmino en el centro del campo, el Egipcio encaró a Bauman en un mano a mano, pero la presencia del capitán Vogt molestó en exceso al número once del Liverpool, que tuvo que tirar con la izquierda (su pierna no hábil) y acabó fallando.

El ritmo de juego bajó poco a poco, debido en gran parte al frenético inicio de partido, fue entonces cuando llegó el momento clave del partido. El Liverpool dominaba, y Sadio Mané estaba haciendo añicos la defensa del Hoffenheim ya que su emparejamiento, Bičačkić, era mucho más lento que él. En el minuto 35 el senegalés cayó derribado cerca del área, y el árbitro pitó la falta. Sorprendiendo hasta a su propio entrenador, el joven Alexander-Arnold ejecutó el tiro libre, y el balón dibujó una parábola perfecta para acabar colándose por el palo derecho de la portería de Baumann. Poco antes de terminar la primera mitad, Gnabry y Wagner estuvieron a punto de poner el empate en el marcador, pero entre Mignolet y la defensa red acabaron alejando el peligro.

Intensidad e inefectividad

Los segundos 45 minutos arrancaron con un Hoffenheim muy activo en ataque, pero al mismo tiempo el equipo alemán dejaba demasiados espacios en defensa que supo aprovechar el Liverpool, y sobre todo Mané. En el 46 el senegalés condujo una contra que terminó con un pase envenadísimo a Firmino, pero el disparo del brasileño terminó estampándose (con un poco de fortuna) en el cuerpo de Baumann. En la siguiente jugada, Gnabry volvió a entrar en acción, y tras un espléndido pase de Demirbay el jugador cedido por el Bayern batió a Mignolet, aunque el tanto fue anulado inmediatamente por fuera de juego.

Mané avanzando entre la defensa del Hoffenheim. Fuente: Liverpool
Mané avanzando entre la defensa del Hoffenheim. Fuente: Liverpool

 

Al igual que ocurrió en la primera parte, el encuentro fue perdiendo intensidad poco a poco, pero en esta ocasión era el equipo alemán el que dominaba. Las ocasiones llegaban, sobre todo por medio del mencionado Gnabry y de Wagner. Pero cuando mejor estaba el Hoffenheim, Minler recibió un pase de Firmino y el veterano jugador del Liverpool puso un centro, con tal suerte que el balón tocó en Nordveit y acabó entrando. 

Con 0-2 en el marcador, el Hoffe se volcó en ataque y encontró su premio en el minuto 86. Nordveit (el mismo hombre que minutos antes se había marcado en propia portería) dio un pase desde su propio campo que dejó solo a Mark Uth, y el delantero alemán marcó gracias a un tiro cruzado que dejó sin opciones a Mignolet. El gol le aportó alas al equipo local, y en el minuto 91 Hübner tuvo la más clara, cuando después de una falta lateral, el central remató de cabeza pero el esférico terminó marchándose rozando el larguero. 

Uth y Wagner celebrando el gol de su equipo. Fuente: Hoffenheim
Uth y Wagner celebrando el gol de su equipo. Fuente: Hoffenheim

Tras esta ocasión, el árbitro señaló el camino a los vestuarios por lo que los alemanes tendrán que marcar al menos dos goles en Anfield si quieren estar en la siguiente fase de la UCL. Por su parte, un Liverpool sin Coutinho ha logrado un gran resultado en un campo complicado como es el Rhein-Neckar-Arena.