El encuentro comenzó después de una gran ceremonia inaugural con interpretación del himno nacional incluido, con el Bayern de Múnich intentando dominar el partido a través de la posesión del balón, aunque le estaba costando mantenerlo en el último tercio de campo, ante un Leverkusen que estaba moviendo bien el balón, para descomponer el dominio de su rival, y para intentar llegar al área contraria combinando.

Después de los primeros minutos de juego, el conjunto local se consiguió poner por delante en el marcador por medio de Niklas Süle, que remató en el segundo palo una falta lateral botada por Sebastian Rudy. Después del gol, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti siguió llevando la iniciativa en el juego, aunque su circulación del esférico seguía siendo lenta, horizontal y previsible, y no le estaba llevando a nada, frente a un oponente que se mantenía replegado, pero que estaba ejerciendo una notable presión al jugador rival que tenía el cuero, y cuando lo recuperaba salía en velocidad por las bandas.

Victoria desde el mediocampo

Después del primer cuarto de hora el cuadro bávaro consiguió ampliar su ventaja en el marcador por medio de Tolisso, que remató en boca de gol un disparo fallido de Vidal desde el interior del área, a la salida de un córner, para batir a Leno por segunda vez en la noche. Este gol, compensó un gran tramo de control del juego por parte de los locales, que a un ritmo bajo de intensidad, una circulación lenta en los primeros metros, y una buena presión alta estaban consiguiendo neutralizar a un contrincante al que no le duraba nada la posesión. El tiempo siguió su curso, y conforme lo hacía el campeón de Alemania estaba cuajando una primera media hora de fútbol sobresaliente, comandados por Rudy y Tolisso en el doble pivote, y asistidos en segunda instancia por un Arturo Vidal incisivo como un cuchillo en la mantequilla, el equipo del sur de Alemania siguió creando mucho peligro en los últimos metros llegando por bandas, donde Ribery y especialmente Thomas Müller se estaban desmarcando muy bien.

En los últimos minutos del primer tiempo, el equipo dirigido por Heiko Herrlich atravesó mayores dificultades para llegar al último tercio de campo, por su incapacidad para profundizar por ambas bandas con Bailey y Henrichs por la derecha, y con Bellarabi y Wendell por la izquierda echando en falta a Mehmedi moviéndose entre líneas, y no en la zona de ataque. El partido atravesó un tramo en el que ninguno de los dos conjuntos dominó el encuentro, y en el que el equipo local, fue más vertical e inesperado con el esférico, debido a la intensa lluvia que estaba cayendo sobre el verde del Allianz Arena que unido al resultado le estaba creando más dificultades para dominar el encuentro, la cual estaba desalojando una de las gradas principales, e incidió en el encuentro, beneficiando al conjunto visitante que estaba manteniendo la pelota más alejada de su portería, y estaba llegando con más peligro al área contraria. Después de haber adelantado las líneas de presión, ante un rival que acomodado por la ventaja solo salía de su campo a rachas. Finalmente el primer tiempo concluyó antes de tiempo por las dificultades meteorológicas.

Sentencia, repliegue, y salidas en velocidad

El segundo tiempo comenzó con 15 minutos de retraso por la lluvia, y lo hizo con el mismo control del juego por parte del Bayern de Múnich, que movía el balón de un lado al otro, y que se encontró con el tercer gol, por medio de Robert Lewandowski, que transformó un penalti que Tobias Stieler señaló tras la intervención del videoarbitraje.

Tras el gol, el equipo local siguió ejerciendo el mismo dominio con el cuero, pero descuidó más la presión sin él, y le dio más opciones al conjunto visitante, que llegó con bastante claridad por ambas bandas, rematando varias jugadas en la frontal del área sin éxito, debido a la buena actuación del portero Ulreich, y de los defensores en última instancia. El equipo de Ancelotti siguió teniendo presencia en campo contrario, y a pesar de no terminar las jugadas con un remate claro, no estaba dando oportunidades a una salida en velocidad del oponente.

Tras los primeros instantes del segundo tiempo, el conjunto muniqués optó por retroceder las líneas de presión, y por salir al contraataque, aprovechando además la entrada de Arjen Robben que para sorpresa de muchos, hoy había sido suplente, y la posterior de Kingsley Coman, que a la postre revolucionó el partido. Sin embargo, el cuadro de Heiko Herrlich consiguió aprovechar esa circunstancia, recortando la distancia en el marcador, tras una gran jugada al contraataque, que remató Mehmedi con un disparo potente, llegando por banda derecha sin oposición, tras una buena jugada de Julian Brandt que también había sido suplente en el día de hoy. Tras ese tanto, el equipo local siguió en la misma tónica de repliegue más estructurado que en la caótica jugada defensiva del 3-1, y salida en velocidad, mientras que los visitantes estaban empezando a mostrar sus carencias, al tener que llevar las riendas del juego atacando en posicional.

En los últimos compases del encuentro, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti recuperó algo de consistencia con el balón, y gozó de alguna ocasión clara de gol para sentenciar el encuentro en transiciones rápidas, mediante Coman y Lewandowski, que se aprovecharon de las debilidades defensivas del equipo visitante, que había perdido mucha regularidad en ataque. El partido se terminó de romper gracias a los desmarques de un Kingsley Coman muy participativo que terminó cuajando una gran actuación individual, el cual descompuso con su gran velocidad a la defensa rival, y resucitó la banda izquierda en ataque, tras un partido para olvidar de Franck Ribery que no contó con la habitual ayuda de David Alaba que en este segundo tiempo había pasado a jugar de central, y al resto del ataque, pues estaba protagonizando muchas salidas al contraataque junto a Robben que no estaba creando verdadero peligro a pesar de su entusiasmo, y Robert Lewandowski que no estaba fino en la definición.