André Breitenreiter ha plasmado una innovación táctica desde su llegada en el Hannover. El estratega nacido en Langenhagen ha implementado  diferentes diseños tácticos para exprimir al máximo el rendimiento de sus pupilos. Pasando de un 3-5-2, 3-4-3, 4-3-3, 4-4-2 entre los diferentes dibujos, han mantenido en una posición tranquila y permitiéndole soñar con los escalones de  élite  al conjunto de la Baja Sajonia.
Hoy el técnico local apostó por un 4-4-2, buscando un repliegue eficaz retrocediendo unos metros a los habituales carrileros (Korb y Ostrzolek) para actuar como laterales defensivos. Delante de ellos, Klaus y Bebou para la zona de ataque (de derecha a izquierda respectivamente). Y completando la delantera,  un doble nueve compuesto por Fullkrup y Benschop. Martin Harnik arrancaría en el banquillo y Jonathas no entró en la convocatoria por lesión. 
En frente, Nagelsmann a diferencia de la goleada que le propinó a Leipzig la jornada anterior, presentaba 4-3-3 donde Geiger sería el eje respaldando a Nadiem Amiri  y a Lukas Rupp por los interiores. Mientras que la  fase ofensiva, destacaría a Gnabry por izquierda, Uth por derecha y Kramaric como punta de lanza.

 

Primera parte espesa y sin juego fluido.

El partido arrancó condicionado por la nieve que caía en el HDI-Arena, dificultando la construcción  y manteniendo la precaución de los equipos a no cometer errores en la entrega del esférico.
La intensidad y agresividad  de llegar a cada balón por parte del local, transformó el juego en pausado y de infracciones por dichos factores. Con más voluntad que calidad técnica, el Hannover atrincheraba al Hoffenheim  en su propia área, pero la poca resolucion de sus delanteros no llegaban a concretar las chances. El togolés Bebou nunca encontró alguna posibilidad clara por izquierda, ya que al no jugar en su perfil natural (derecho) los avances le resultaban incómodos al no tener la capacidad natural de desbordar lo que concluía  en un cierre muy fácil para los defensores del Hoffenheim. Remates desde fuera, intensidad, infracciones y la nieve como cómplice, marcaron el trámite de la primera fracción.


Acomodo, emociones y la llegada de los goles.


Nagelsmann sacudiría el tablero para la segunda mitad. El técnico  daría entrada al defensor Akpoguma en lugar del amonestado Geiger, para volver a los orígenes de los tres defensores. El adelantamiento  de Kaderábek y Zuber, derivaría en un 3-4-3, siendo Rupp quien ocupará el mediocentro vacante tras la sustitución.
La modificación tendría una mejoría en cuanto a calidad de las aproximaciones, pero sin la frescura habitual debido a la condición climática. Las incorporaciones de Kadeábek y Zuber en ataque se hicieron frecuentes durante los primeros 10 minutos del complemento.
El común denominador en ambos elencos  fue la poca efectividad para cimentar ataques claros, y en base a ese factor, la pelota parada marcaría la gran posibilidad de destrabar un cerrojo. El Hannover fue quien a base de coraje, empujaba y de a poco progresaba en el campo relentizando el tráfico y  la mejoría de los visitantes. 
En el minuto 58 llegaría la primera y tan ancida “diana” a un juego con muchos condimentos. Luego de un balón parado, en segunda jugada y tras un envío aéreo, Sané sería quien ganaría con un salto y cabezazo impecable sobre sus marcadores, como lo  indicaría cualquier manual futbolístico, asistiendo a Fullkrug quien desataría el jolgorio en la afición local.
Tras el gol,  Nagelsmann intentó reaccionar enviando a Salai y Schulz en búsqueda desbocada del empate. Mientras que Breitenreiter mantuvo el orden y agregó al austriaco goleador Harnik  para finalizar cualquier mínima ocasión. Fue cuando en los minutos finales donde el partido dejó de ser  plano y confuso por momentos, y  una vez más la jugada a balón parado cobraría protagonismo a favor de los locales. Tras  un tiro libre en el minuto 85, que la dirección encontraba desde la izquierda a la  zona central,  Martin Harnik sería con un frentazo decretaría el definitivo 2-0. 
Fue así, que en un partido condicionado por los factores climáticos, llevarán a ambos equipos a apostar por cuidarse en muchas fases, siendo el cuerpo del juego muy tenso y de poca acción.
 André Breitenreiter sacaría un buen resultado de este  nevado partido, que lo ponen cerca de competiciones europeas. Mientras que el Hoffenheim dejó escapar una gran posibilidad de encaramarse en los primeros cuatro lugares, que le otorgarían Champions League para la próxima temporada.