Llegó la final de la Eurocopa y como era de esperar, y casi de obligado cumplimiento, medio Olímpico de Kiev se teñirá de rojo. España competirá en el último partido de la Eurocopa por conservar su cetro continental. Hace cuatro años, en Austria, España ingresó en la aristocracia futbolística europea y desde entonces los títulos y los elogios han llegado por la senda de la posesión y la precisión en la combinación.

En esta Eurocopa la España más cansada, con menos delanteros y con más pases y control que nunca ha llegado a la cima con el mismo sufrimiento que sintió en Sudáfrica hace dos años. En esta ocasión, en la final, se verá las caras con la Italia menos defensiva y más atacante que se recuerda. La escuela española está de moda en Europa y Prandelli se ha unido a ella diseñando un conjunto que conserva la esencia italiana del sacrificio y el rigor defensivo pero que añade a su fútbol toques del control del juego y la vocación ofensiva de España. Este cambio lo simboliza Andea Pirlo, el Xavi italiano, el hombre que ganó un Mundial con los valores tradicionales Azurros y que seis años después encarna la metamorfosis transalpina.

"La escuela española está de moda en Europa y Prandelli, respetando la esencia italiana, se ha unido a ella"

Será un torneo capicúa para italianos y españoles. La competición arrancó en Gdansk el 10 de junio con un empate entre ambos equipos que se celebró como si de una victoria se tratase en Roma y se acogió con dudas y decepción en Madrid. Esta noche, ni rojos ni Azurris podrán dar por bueno el gol de Di Natale y el tanto de Fábregas sobre el seco césped del campo polaco. En Kiev, solo puede haber un vencedor.

Italia y España han llegado a la final por caminos simétricos. Ambos conjuntos han rescatado al balón en esta Eurocopa, aunque España ya lo hizo hace más de cuatro años, y lo han cuidado y mimado hasta que éste les ha devuelto el cariño con victorias y goles. El Chelsea lo repudió en Champions League y llegó a la cima dejando de lado el toque, la posesión y encerrando el esférico en la oscura cueva del olvido. Españoles e italianos lo han liberado de su prisión y lo han vuelto a soltar sobre los verdes polacos y ucranianos.

Cambio italiano

Italia le ha dicho adiós al Catenaccio. Una despedida a medias ya que cuando la situación lo requiere y cuando el resultado es favorable el repliegue y la seguridad defensiva despiertan de su letargo para desesperación del rival que se estrella contra la infranqueable muralla italiana en la que los gigantes Barzagli, Bonucci y Chiellini atajan todos los envíos.

Italia sigue el estilo que ha hecho a la Juventus dominadora del fútbol italiano. De Rossi, Marchisio y Montolivo, aunque hoy podría jugar Motta en detrimento del nuevo futbolista del Milán, controlan el partido al son del maestro Pirlo. El cerebro de Italia y de la Juventus es el sostén, junto a Buffon, del juego italiano. Hace fácil lo difícil, flota por todo el medio campo mientras pasa con criterio. El tiempo se detiene cuando Pirlo controla el esférico, se gira y da el pase que en ocasiones no hace más que aclarar el juego pero que en otras es definitivo. Ya lo dijo Prandelli ayer en rueda de prensa. “Es muy sencillo. Robas la pelota y se la das a Pirlo”. La idea es clara.

"Pirlo es el cerebro de Italia, el futbolista que detiene el tiempo cuando controla el esférico y pasa con precisión"

Todo unido a la fantasía y al corazón de Cassano y a la calidad y el poderío físico del díscolo Balotelli que tan pronto se enfrenta a sus compañeros como marca dos goles decisivos para dejar atrás a Alemania. Italia llegaba a la Eurocopa envuelta en el escándalo, con la policía entrando en su concentración y con dudas en su ideario futbolístico. Sin embargo, una vez más, su piel de campeón y su espíritu le han llevado a las puertas de la gloria. Cuatro estrellas pesan mucho.

Nueve o no nueve

“España mantiene su espíritu competitivo”, alabó Del Bosque en la rueda de prensa previa al partido de esta noche. El espíritu y el ideario de juego siguen siendo los mismos. Posesión, posesión y más posesión (como diría Luis Aragonés). Marear al contrario hasta que le fallen las piernas y asestar el golpe definitivo. Sin embargo, en esta Eurocopa, parece que quienes están mareados son los futbolistas españoles. El exceso de posesión y la falta de profundidad han hecho que, en ocasiones, el fútbol de La Roja parezca plano. Un juego horizontal, con poca verticalidad, que se olvida de las porterías pero que es sumamente efectivo. Defensivamente el resultado es sobresaliente pero ofensivamente el gol tarda en llegar.

"El exceso de posesión han hecho que el fútbol de España sea, en ocasiones, plano. Aún así, es superior a todos los equipos europeos"

La baja de Villa y la desconfianza de Del Bosque en Torres, Negredo y Llorente le han llevado a jugar sin delantero centro. El nueva fantasma o el nueve mentiroso encarnado en Fábregas que lleva a España a poblar el campo de mediocampistas que tocan y tocan sin descanso. Un toque sin excesiva frescura que aún así es superior a todos los equipos europeos. España está cansada, Silva, Xavi e Iniesta no están en plenitud de condiciones, pero con los tres genios al borde del colapso físico el combinado español ha sido mejor que todas las selecciones a las que se ha enfrentado hasta el momento.

La solidez de Ramos y Piqué, las subidas de Jordi Alba (el jugador más destacado de España en esta Eurocopa), el equilibrio y el control de Alonso y Busquets (innegociables para Del Bosque) y las paradas de Casillas son argumentos suficientes para que España, sin o con nueve, gane la Eurocopa. Consiga el triplete que nadie ha hecho, entre en la historia del fútbol (si no lo está ya) como la selección que escribió la época dorada más larga en el deporte rey.

“Vamos a defender lo conseguido hace cuatro años”, advirtió Casillas. El fútbol y el estilo español es eterno pero la gloria y el trono europeo puede cambiar cada cuatro años. Italia quiere derrocar al rey español y convertirse en el jefe del balompié continental. El ‘biscotto’ podría haber dejado fuera a Italia si españoles y croatas hubieran apalabrado un empate deshonroso. España ganó a Croacia y le dio vida a Italia. Puede que esta noche, sobre el verde de Kiev, se arrepienta de su buena fe.

" España no gana a Italia en partido oficial desde hace 92 años. Sin embargo, hace cuatro años, ante los transalpinos, cambió la historia"

Cuando las camisetas azules aparecen en el horizonte español La Roja no se siente cómoda (que se lo digan a Luis Enrique en Estados Unidos hace 18 años). España no ha ganado a Italia en partido oficial desde los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920. Los números son desfavorables para España pero hace cuatro años, en Viena, aunque el entonces conjunto de Luis Aragonés no derrotó a Italia enterró la maldición de los cuartos, de Italia y de los penaltis con la pena máxima que Fábregas marcó a Buffon. España no ganó la batalla aquella noche en Viena pero pasó el trago, cambió la historia y eso le abrió el camino para ganar las guerras de la Eurocopa y el Mundial.

Hoy, en Kiev, ante la Italia más ofensiva que se recuerda, España tiene la ocasión de volver a imponer su estilo y hacer historia en un choque en el que el balón será el protagonista. España e Italia lo han rescatado para la ocasión más importante del año.

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