Kevin Gameiro fue protagonista de uno de los episodios más negativos de la jornada que se disputó ayer de la Ligue 1. El delantero francés fue sustitutido en el minuto 64 por su entrenador, Carlo Ancelotti, cuando el marcador indicaba un empate sin goles entre el Paris Saint-Germain y el Troyes. Ancelotti sabía de antemano que no se podía perder en la cita contra el colista de la clasificación y, por ello, decidió dar entrada a nuevos jugadores. En este caso el cambio que realizó fue sustituir a Kevin Gameiro por Thiago Motta.

Esta sustitución no sentó nada bien al atacante parisino, que protagonizó una situación incómoda para el entrenador que no pasó desapercibida. En el momento del cambio, Gameiro se marchó enrabietado en dirección al banquillo de su equipo. Durante el trayecto, muy próximo ya a los asientos de los suplentes, las cámaras de Canal + Francia grabaron cómo el delantero galo le propinó una patada a la primera botella de agua que se cruzó en su camino. El ex del Lorient se sentó en su sitio con cara de pocos amigos. "Siempre es así. Pero ahora, no me importa", le dijo Gameiro ya en el banquillo a su compañero Armand.

Tras el partido, que finalizó con victoria del PSG sobre el Troyes por 0-1 (gol de Matuidi), y como es obvio, los medios de comunicación franceses preguntaron a Ancelotti acerca de lo ocurrido. Ante estas cuestiones el técnico italiano respondió: "Entiendo que no estuviera contento. No ha hecho una buena actuación. Pero yo no estaba satisfecho al final de la primera parte", razón por la que Gameiro fue retirado del terreno de juego.

La prensa francesa también trató de recoger declaraciones del propio jugador antes de que se montase en el bus que llevó al Paris Saint-Germain de vuelta a casa, pero el futbolista no quiso hacer declaraciones. Matuidi, goleador del partido, sí que atendió a los periodistas y respecto a dicha situación comentó que "es un gran atacante. Es normal que esté cabreado porque no ha marcado". Su compañero tampoco le quiso dar mucha importancia y añadió que eso pasa con "todos los atacantes" cuando no consiguen cuajar una buena actuación, pese a que señaló que "debe pensar en el equipo".

Como ya se anunció hace algunos meses, Kevin Gameiro no es feliz en el cuadro parisino, club de su ciudad natal. La situación que se produjo ayer fue fruto de la desesperación que vive el propio jugador al ver que no dispone de apenas minutos para demostrar su validez, por ello, abandonará el PSG este próximo verano rumbo a una nueva aventura en la disfrute de minutos.

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Sobre el autor
Roberto Cantero
Pasión por el fútbol y el periodismo