Empate a uno, o lo que es lo mismo, segundo partido consecutivo sin ganar para los de Unai Emery, a los que no les ha venido nada bien el parón de selecciones puesto que la última derrota fue antes de dicho parón y después de él y sin haber podido trabajar con todos jugadores al completo hasta pocos días antes del partido, dificultaron la preparación de un encuentro que no se intuía nada fácil y así lo fue, Saint-Étienne dio la cara, y la dio hasta el final.

El partido empezó como era de esperar, París SG dominando, teniendo el control del juego, pero no tenía mordiente arriba, las posesiones eran largas e inefectivas, no servían de gran ayuda lo que sin duda no hacía sufrir a la defensa visitante. De repente, hubo unos minutos de relajación, seguramente inconscientemente por parte de los parisinos, por lo que el Saint-Étienne aprovechó para intentar hincar el diente en un par de robos en campo contrario que por poco acabaron en gol, Kevin Trapp, que estuvo prácticamente inadvertido durante el partido, en la primera parte salvó una de mucho mérito que habría complicado mucho más el partido aún si cabe.

Uno de los pocos salvables en la primera parte fue Verratti, al centrocampista italiano también le costó entrar en el partido, pero unos minutos finales del equipo local hicieron venirse arriba a la afición, a la que no premiaron con ningún gol en los primeros 45 minutos y así marcharon ambos equipos al descanso, control y mucho dominio pero que no servían de mucho.

La segunda parte sin embargo tuvo un inicio mucho más dinámico, Emery dio entrada a dos jugadores como Di María y Krychowiak quien debutaba de forma oficial con su nuevo equipo tras su paso por el Sevilla FC.

Parecía que esto ayudaría a decantar la balanza a favor del PSG y durante unos minutos fue así ya que, tras un penalti dudoso sobre Matuidi en el minuto 66, sirvió para que Lucas Moura abriera la lata e inaugurar así el 1-0 en el marcador (cabe decir que en la primera parte hubo los dos mismos protagonistas que en el penalti señalado por el árbitro: Malcuit y Matuidi se vieron implicado en una jugada que no señaló nada el árbitro y que, analizando después del encuentro, parecía más clara que el propio penalti indicado, pero finalmente aquello no trascendió y el penalti que valió fue el de la segunda parte).

Inmediatamente después del 1-0 Emery dio entrada como jugador de refresco a Cavani, teórico titular como Di María que salió para asegurar el resultado ampliando la diferencia, pero finalmente no fue así.

El Saint- Étienne, poco a poco consciente de la mínima ventaja de los parisinos y sabedores de que podían sacar algo de aquel encuentro, o sino almenos intentarlo, pusieron toda la carne sobre el asador y el cambio de Jordan Veretout dando entrada a Beric fue crucial para las aspiraciones del equipo verde.

Una jugada a balón parado mal defendida sirvió para firmar el primer gol visitante y el único, y de esta forma sellar el empate a 1 definitivo que servía para repartirse los puntos entre ambos conjuntos.

En definitiva, se puede decir que fue un partido lento, costoso, muy trabado y con poca continuidad, el poco peligro de los atacantes (Di María que salió de suplente terminó siendo de los mejores del partido tras Lucas Moura que a raíz del gol le puso otra marcha al partido) la escasa fluidez en la circulación de balón en el medio del campo y la debilidad mostrada en defensa, dan constancia de que el equipo aún no se ha acoplado lo suficientemente bien a Unai Emery y al técnico vasco ya no le queda más tiempo, próximo partido, Champions League, una competición para la que fue fichado, en la que deberá mostrar su buen saber y sacar el rendimiento que se espera de sus jugadores.