Nuevo empate del Marsella en casa ante el Girondins de Burdeos en esta undécima jornada de la Ligue 1 que deja al Niza más líder que nunca y a Marsella y Girondins más alejados que nunca también de puestos de cabeza y de Europa, condenados por su falta de gol y falta de ambición en algunos momentos para llevarse decididamente la victoria.

El Vélodrome albergó un partido del que se esperaba mayor espectáculo del que ofrecieron los dos equipos, pero el gran ambiente visto en las gradas marsellesas no se trasladó al campo de juego y tanto unos como otros, no fueron capaces de perforar la portería rival a lo largo de los 90 minutos de partido y por tanto, el fútbol quedó sin su esencia de los goles.

El empate deja a los dos conjuntos en tierra de nadie, aunque el Girondins sale un poco más favorecido que el Olympique, ya que puntuar fuera de casa en un campo como el del Marsella siempre tiene mejor lectura que las circustancias de los locales, que suman un nuevo empate a cero tras el del pasado domingo en Le Classique en París.

Los de Rudi García a por todas

El partido comenzó igualado en Marsella, con los equipos en calma durante los primeros 5 minutos, ya que la primera ocasión no llegó hasta el minuto 6 de juego por parte de los visitantes a través de Ounas, pero Pellé supo detenerlo sin problema. Continuó el intercambio de golpes el Marsella con Thauvin y Sarr buscando el gol activamente, pero el Girondins se defendía atacando también con Ounas muy activo, pero sin suerte.

Hubo varios parones en el juego para atender a, entre otros, el propio árbitro, que pudo continuar sin problemas en el campo al igual que todos los jugadores. Esto ralentizó un poco el juego, bajó la intensidad en cuanto a ocasiones, aunque tanto Sarr como sobre todo Thauvin seguían estando muy afilados en ataque buscando crear peligro en todo momento y así fue como gozaron de varias ocasiones para perforar la porteria de Prior, pero se quedaron sin mojar.

El que estuvo desaparecido fue el punta marsellés Gomis, que no dio apenas señales en la primera mitad, y su equipo acusó la falta de un killer en el área pese al buen hacer de sus hombres de banda. Así se llegaría al descanso, con empate a cero en el marcador y con el OM dando sensación de llevar mayor peligro en ataque.

Sin premio para el Marsella

En la segunda parte el Olympique salió a por el gol, sin cesar en su empeño de conseguir la victoria, con Thauvin y Sarr llevando las riendas del juego ofensivo ante la desaparición de Gomis, que sufrió un percance a los pocos minutos y fue sustituido en el minuto 53 por Aaron Leya.

El Girondins apretó un poco tras el cambio y buscó el gol a través de sendas ocasiones de Plasil y Contento pero sin fortuna. Tras la respuesta del Girondins y no aprovechar sus ocasiones en ese breve dominio, el Marsella se volcó en ataque con Leya aportando más peligro que el del sustituido Gomis, asociándose bien con Thauvin, que fue el más destacado del equipo local, aunque todo ese trabajo quedó sin premio al final del partido.

Lo cierto es que el Marsella dio un monólogo durante el resto del partido, aumentando la presión sobre su rival según pasaban los minutos, con centros constantes al área rival, y con su tridente de ataque haciendo de las suyas con el balón en profundidad. Sarr gozó de una buena ocasión para abrir la lata en el 79 sin suerte, y de ahí al final fue un infierno para el Girondins, que ya no dio señales en ataque y se dedicó a repeler las ocasiones locales, que gozaron de varias oportunidades tanto a balón parado con sus centrales subiendo al ataque, como por bajo con sus habilidosos puntas.