Llegaba el año nuevo y con él las nuevas ilusiones. Dicen que a año nuevo, vida nueva aunque seguramente eso en Lyon haya sido un mito. Desde el valle del Ródano ven como su equipo vuela, tal y como hacía a finales del anterior. Lo mismo pueden decir en Montpellier, que acabaron el 2016 de forma pésima y continúan en el mismo guion en este 2017. Los montpellerinos salieron vapuleados del Stade des Lumieres, ante un rival que fue infinitamente superior y al que nunca pudieron plantar cara. El 5-0 del resultado final refleja el poderío de un equipo que realizó dieseis disparos a la portería rival y que cuenta con un repertorio ofensivo enorme, de manos de Lacazzette, Fekir y Cornet.

Comienzo en tromba

A los diez minutos de encuentro los locales ya iban ganando por dos goles. Verdaderamente, dos regalos de un equipo que parecía seguir con el champán y el turrón. Una actuación defensiva muy pobre para un conjunto de la primera división francesa. Cierto es que a los Montpellerinos no les convenía mucho el hecho de involucrarse en otras competiciones que no sean la liga, ya que se encuentran a tan solo tres puntos del descenso y seguramente quieran llegar al final de temporada con las pilas bien cargadas.

Fiel reflejo de esta última afirmación fue el primer gol de los lyoneses. Lacazzette, con toda la tranquilidad del mundo, bajaba el balón con el pecho dentro del área tras una falta botada por Valbuena, se daba la vuelta y batía a Pionnier sin apenas oposición. Era el minuto tres de encuentro y el punta galo ya había dejado huellas de su calidad. Gran estreno en la competición para un jugador que ya ha anotado trece tantos en la Ligue 1.

Tan solo cinco minutos después, el rechace de un córner acabaría en las piernas de Fekir, que pondría un gran balón para que el central Diakhaby rematara con total libertad. Otro grave fallo en las marcas por falta de concentración que dejaba a los visitantes sin apenas posibilidades de clasificarse nada más comenzar.

El Lyon, lejos de relajarse, continuó intentándolo y encerró al Montpellier en su área en busca del tercer tanto de la tranquilidad. Tras múltiples ocasiones de manos de Lacazzette y Fekir, el tanto se resistiría hasta bien avanzada la primera mitad. El ariete franco-argelino anotaría el tercero con una genial vaselina, tras una gran asistencia de un Lacazzette que parece haber recuperado su mejor momento de forma. 

Cambio de tiempo, mismo guion

La salida de vestuarios no suscitó ninguna reacción en las filas del cuadro visitante. Los montpellerinos eran conscientes de que el partido estaba ya muy cuesta arriba y que sus opciones pasaban por jugadas a balón parado. Aunque lo cierto es que nunca llegaron a tener oportunidades reales de meterse en el encuentro. 

La oleada de ocasiones de los locales continuó y de no ser por Pionnier el gol de estos habría llegado mucho antes en la segunda mitad. Un invitado de lujo faltaba a la ocasión. Cornet reclamaba un protagonismo que no había tenido en los goles anteriores. El joven extremo francés recibía una brillante asistencia de Fekir, regateaba a Pionnier y empujaba el balón al fondo de las mallas para poner el cuarto de la noche.

Lejos de conformarse, el chaval volvería anotar tres minutos después. Otro pase, de quién sino Fekir desde la parte izquierda del campo, lo remataba Cornet para anotar el quinto y definitivo. 

Tan necesaria como destacable la actuación de un Fekir omnipresente en el campo. Tres asistencias y un gol son el escaparate perfecto para un futbolista que parece haber recuperado su mejor nivel tras la grave lesión sufrida la pasada campaña.

Por lo demás, el partido no tuvo más historia. La confirmación del buen momento de forma de sus jugadores y el cambio a una tendencia positiva son dos buenas noticias para la afición de Lyon. Al contrario que para la del Montpellier, que ve como su equipo se hunde en la clasificación del campeonato regular y cae eliminado en la copa.