La jornada venía marcada por el trascendental duelo que enfrentaba a Mónaco y Niza en el Principado. Los monegascos se impusieron a los nicenses con claridad y dejaron la patata caliente en manos del PSG. Un PSG que tuvo que ponerse el mono de trabajo y sufrir hasta el final para conseguir sacar adelante tres puntos valiosísimos que le permiten seguir a la estela del Mónaco y ponerse en segunda posición. Los parisinos se impusieron por 1-3 en un partido que estuvo atascado hasta el minuto 80. Lucas adelantó a los de Emery, Tavares empató para los locales y Thiago Silva y Cavani pusieron los goles que daban la victoria al campeón francés.

Mucho balón, pocas ocasiones

Esta frase resumiría muy bien lo que fue el equipo de Emery en la primera mitad del partido. La posesión del balón fue abrumadora a su favor con un brutal 27-73. El problema del conjunto de la capital, como en otros muchos partidos de esta liga es la poca velocidad que le da al juego en ciertas ocasiones, así como un escaso porcentaje de finalización de las jugadas.

Pese a todo, si hay algo que tiene el París es una gran capacidad para crear peligro por las bandas. Kurzuwa y Aurier (otros días Meunier) actuaron como extremos originando la mayoría de las acciones destacadas de los visitantes. Fue precisamente por la banda del costamarfileño por donde llegó el primer tanto de los de Emery. El lateral, recién llegado de la Copa de África, fue el encargado de poner un centro muy envenenado a la frontal del área. La pelota acabó dentro de la portería tras un par rechaces defensivos a sendos disparos de Lucas Moura, que acabó acertando con una volea desde el área pequeña.

Tan solo unos minutos después el Dijon reaccionaría empatando el encuentro. La falta de velocidad mencionada anteriormente se veía reflejada en la jugada. Rabiot se dormía con la pelota, Lees Melou le robaba el balón, se adentraba dentro del área y ponía un pase perfecto para Tavares. El caboverdiano remataba de forma perfecta a la escuadra de la portería de Areola. Un auténtico golazo. 

Un PSG bajo presión

A medida que transcurría la segunda parte, los parisinos veían como se les escapaba el partido... y media liga. Cinco puntos de distancia con el Mónaco y el hándicap de ya haber jugado su enfrentamiento directo con el equipo de Jardim hacían del empate algo trágico.

Lo cierto es que en la segunda mitad las piernas de los jugadores del Dijon se agotaron de correr tras el balón y al equipo no le quedó más remedio que replegarse bien atrás. Cavani y Draxler lo intentaron con sendos disparos que Reynet resolvió sin apenas apuros.

La alegría previa con la que los jugadores del Dijon habían celebrado el empate de Tavares contrastaría totalmente con la decepción del segundo gol de los parisinos a diez minutos para el final. Thiago Silva, líder y capitán, era el encargado de poner el 1-2 tras el rebote a una gran parada de Reynet en un saque de esquina. Emery respiraba aliviado. Los parisinos encontraban su premio en una segunda parte en la que habían tirado hasta en quince ocasiones.

A pesar de esto el partido no iba a acabar ahí. Faltaba un invitado habitual al casillero de goles de los parisinos. Cavani dejó su sello en el partido anotando el tercero y definitivo gol. La jugada previa entre Draxler y Ben Arfa es espectacular. Alemán y francés hacían una gran pared en pocos metros dentro del área al estilo Messi-Iniesta y regalaban el balón al charrúa. Una barbaridad. Quizás demasiado castigo para un Dijon que bien es cierto que fue inferior, pero que sabe a lo que juega y lo hace muy bien.

Los parisinos tiraron hasta en quince ocasiones en la segunda mitad

Ahora el PSG segundo, empatado a puntos con el Niza y a tan solo tres del Mónaco, líder en solitario de la Ligue 1. Los de Emery consiguen seguir la estela del Mónaco y además a una velocidad de crucero desde hace algo más de un mes. Las espadas en Francia siguen por todo lo alto, al menos de momento...

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