Con 65.252 espectadores en el Vélodrome la fiesta estaba armada y hecha para que el local Marsella diera un golpe de autoridad en su casa, sin embargo, al minutos 6 de juego el brasilero Marquinhos apagó las bengalas, voces y trompetas de los presentes en esta goleada por escándalo propinada por el PSG, que sigue cabalgando tras su presa: AS Mónaco.

Marsella agacha cabeza

La goleada de espanto hoy en su estadio y ante su gente fue lo que nadie esperaba, desde los primeros 5  minutos de juego se encontraba abajo en el marcador, varios de sus jugadores no mostraron garra para remediar este resultado en contra que les propinó el poderoso y mágico PSG. Los errores defensivos y las grietas en la media torta de la cancha fueron aprovechados y ocupados por sus rivales durante todo el partido. Una historia de terror difícil de relatar para cada uno de ellos, y es que fue una vapuleante y trágica goleada en casa que hace mucho tiempo no recibía. Un recuerdo nada fácil de hablar en el vestuario, además como lo van materializar los hinchas que organizaron  semejante fiesta para este espectáculo gris. Algunas de sus figuras rimbombantes no aparecieron, el caso de Thauvin que pasó desapercibido y alguna que otra jugada de Payet, que para el segundo tiempo fue reemplazado. El juego de ataque no fue lo esperado, se vieron distraídos  y sin posibilidad de agarrar la pecosa, ante la inminente pasividad de sus volantes de marca.

La defensa no funcionó, se vio muy desordenada y con mucho nerviosismo a cada pálpito de ataque de su eterno rival que no tuvo compasión para clavarle el puñal en cinco ocasiones. Los cambios que fueron efectuados no generaron expectativas y pasaron a un segundo plano ante la maquinaria de París que se llevó los tres puntos a su casa. La próxima fecha visitará al Lorient, un dulce fresco y suave de morder, apenas para levantar cabeza.

PSG celebrando de visita. FOTO: PSG ENGLISH
PSG celebrando de visita. FOTO: PSG ENGLISH

El PSG sigue encendido

Magia, talento, mucho fútbol, eso fue el PSG que se adjudicó el clásico por 1-5 de visita, dejando caras largas en el Vélodrome. Por otro lado, su gente sigue feliz y se marcha a casa con tres puntos a la mochila. Le bastaron solo 5 minutos para comenzar la faena parisina, declarada por Marquinhos en un tremendo golpe de cabeza a pase de su compatriota Thiago Silva, que apareció después de varias fechas ausente. La calidad de Pastore fue el sello que buscaba Emery en el campo, ya que, el atacante argentino se llenó el pie  de pintura fresca para el gol de Cavani que definió con un globito al arquero Pelé, que nada pudo a hacer. Entrando a la segunda parte de esta obra teatral hermosa, dirigida por el brasilero Lucas Moura, que apuntó y finalizó dentro de la red, un balón bello que volaba por los cielos franceses.

La velocidad de Meunier que por el ala derecha avanzó como águila sin pedir permiso, lanzó un latigazo al corazón del área para que el alemán Draxler definiera para el cuarto gol, finalmente Matuidi se arropó el pie de furia y adrenalina para clavar el balón en el asterisco del arco norte del Vélodrome, que a la llegada de este último gol, la gente del local iba desocupando sus asientos para no sufrir y estar más golpeados por las veloces armas del PSG.

La vuelta de Thiago Silva le dio al equipo la seguridad y tranquilidad para abrochar a los delanteros, el increíble partido de Pastore que no estaba jugando, fue una de las figuras para enmarcar y ver que en banco de los suplentes puede haber recambió en caso de que se presente algún atenuante de lesión o expulsión. El plan dirigido por el actor de reparto Unai Emery fue construido y aplicado a la perfección.