El mes de marzo ha empezado bien para el PSG. Esta vez, la papeleta era diferente a muchas anteriores. El escenario no era la alfombra roja del Parque de los Príncipes o del Luis II. El tapete, por decir algo, en esta ocasión era el Rene Gaillard, cuartel general del Niort. La lluvia, que fue de menos a más, y el mal estado del césped habían hecho del campo un patatal. Un patatal que intentó arruinar la fiesta al PSG.

El estado del terreno de juego no fue el único culpable de que los parisinos no se sintieran cómodos en la tarde de hoy. La defensa del Niort, muy bien plantada y, sobre todo, la gran actuación de Desmas, hicieron el resto. Sin olvidar los pocos méritos ofensivos que hicieron los de Emery en el primer tiempo. Un cúmulo de cosas que hicieron del partido algo más igualado. 

Todos estos inconvenientes no evitaron la victoria de un equipo que suma diez triunfos consecutivos a domicilio y que está vivo en todas las competiciones en pleno mes de marzo. Toda una barbaridad. El trabajo de Emery sigue notándose y de qué manera. El único "pero" que puede achacarse al equipo parisino es la poca determinación de sus hombres menos habituales. Pastore y Cavani tuvieron que salir a salvarle los muebles al equipo.

Pocas ideas

Extrañamente, el momento de peor juego del equipo coincidió con el de mejor climatología. Los jugadores del PSG salieron mal plantados al terreno de juego. Las pocas ideas para la creación de juego contrastaron con el buen planteamiento defensivo de los locales. El buen momento de Nkunku y Meunier volvió a hacerse notar un día más. El francés y el  belga fueron los únicos que consiguieron generar algo de peligro en la primera mitad, al contrario que Augustin y Draxler, muy perdidos y desorientados. 

Emery, otra vez decisivo

La charla de Emery al descanso hizo reaccionar a los suyos. También, las condiciones climatológicas. La lluvia era cada vez más intensa, al igual que los jugadores del conjunto parisino, que salieron enchufados con ganas de resolver pronto el encuentro. Nada más empezar, Augustin tuvo el gol en sus botas hasta en dos ocasiones, pero Desmas y la defensa consiguieron repeler su disparo ambas veces. Más tarde, fue Kimpembe el que pudo abrir el marcador, pero se volvió a topar con el joven héroe del Niort. El portero de 22 años dio un recital de paradas magistrales.

A medida que transcurrían los minutos Emery y los suyos se iban impacientando. El técnico mandó al banquillo a Krychowiak y Augustin e introdujo a Cavani y Pastore. Dicho y hecho. El argentino y el uruguayo fueron los autores de los dos tantos visitantes. Otra vez la mano de Emery con los cambios. El ex del Palermo consiguió anotar el primero tras rematar una jugada a balón parado y lo celebró con rabia después de tanto tiempo lesionado. El charrúa, por su parte, anotó su gol de la noche tras rematar un centro de Draxler. Un gol que el estado del terreno de juego le había negado poco antes a Moura. El que no falló a su cita con el gol fue Unai Emery. El técnico vasco volvió a ganar el partido desde el banquillo y se consagra como técnico de los parisinos.

El caso es que el París volvió a cumplir y ya está en cuartos de la Copa francesa. Allí le esperará el Avranches, que resolvió su partido en los penaltis ante un irreconocible Estrasburgo. Habrá que ver si el equipo de la National League es capaz de asustar a los de Emery...