El principado es una fiesta. Los dos equipos entregaron lo mejor de sí para semejante espectáculo de goles, emociones y decepciones.

El que sonríe es el Mónaco que con la diferencia de goles del partido de ida, le bastó para avanzar de ronda en Champions. El Manchester City después de haber realizado una inversión muy amplia, se queda con las manos vacías, la Premier League cada vez más lejos y distante.

Mónaco está de fiesta

Histórico. Desde el gran momento de 2004, este equipo francés pasaba desapercibido en torneos internacionales.

El partido ante City fue una tremenda y aguerrida muestra de ganas, fútbol que sobrepasó todo libreto a su rival durante el primer tiempo. Abrió el marcador el joven Mbappé, que dicen, puede ser el Thierry Henry del futuro, la confianza depositada por Jardim para este delantero ha sido una apuesta que ha dado resultado. Tras un pase majestuoso de Bernardo Silva a la olla, el delantero reemplazante de Falcao subió el marcador en el minuto ocho de juego.

La intensidad y la espera no daba para que el segundo grito se concretara al minuto 28, tras arrasar por banda izquierda con Lemar y Mendy, un centro fue definitivo para que el brasileiro Fabinho definiera como los dioses ante la inferioridad de Caballero que nada pudo a hacer. La  segunda parte de la película, en el complemento, daba una apariencia de horror y frío. Se perdió la pelota, se echaron para atrás, y esto fue consecuencia de la rebeldía del City; sin embargo, un salto infernal de Bakayoko, catapulto los sentimientos de su enemigo, este tercer gol marcado al minuto 76 fue lapidario.

Los nuevos diamantes que esta temporada ha sacado a relucir el Mónaco, lo han ayudado a recobrar la identidad que Jardim ha conseguido a través de los encuentros, Bernardo Silva sigue dando magia con su pie izquierdo, además, claridad en la zona de la media torta. Por otra parte, la fusión de miedo entre Lemar y Mendy, ha alimentado, la gestión del juego.

A pesar de no tener en la cancha a Falcao, el colombiano  estuvo en la tribuna sonriente, tranquilo  y a la espera de lo que pueda ser el fin de semana, también dando una pausa a lo  que pueda  ser un nuevo llamado a la selección Colombia.

Con las manos vacías

Lo del primer tiempo fue penoso, el City se vio contra las cuerdas constantemente y sin ideas. La historia por fin acaba para Guardiola después de remar e insistir en jugadores que en esta ocasión no le hilaron al equipo. Los laterales parecen ya tener un ciclo cumplido, Clichy que lleva su tiempo jugando, pero nada lo avala como uno de los mejores por izquierda, no da  garantía, y por el otro costado, la pobre y desgastada presentación de Sagna que pareció amilanado por momentos. Luego, viene la inversión que se le hizo al club, después de la llegada del técnico catalán, la traída de Stones como el central más caro de Inglaterra, lo dejan expuesto ante esta eliminación precaria, el expediente de Kolarov, convertido a central, tras jugar en constancia por el costado izquierdo, no dio resultado en varias jornadas.

Fabinho figura del local. FOTO:ASMONACO_ES
Fabinho es la figura del local. FOTO:ASMONACO_ES

 

 

 

 

 

 

Al minuto 71, Sané logró recobrar la esperanza para avanzar, esto duro muy poco tras tremendo gol del local en tiro libre. El tercer grito fue definitivamente un bajón anímico, se vieron sin ninguna reacción para poder revertir la situación que los abroquelaba.  Algunos jugadores padecen de bipolaridad futbolística, lo de Silva es de escándalo, igualmente lo de Kevin de Bruyne que no mantiene un nivel óptimo. Después de un campañón con Pellegrini, llegando a semifinales con un grupo de jugadores menos valorados, lo  sucedido ante el Mónaco pueda pasar por la falta gallardía, o también  que algunos de ellos puedan estar aburridos.