Participar activamente en los éxitos colectivos en la primera temporada como profesional está al alcance tan sólo de los más afortunados. Colaborar con goles, asistencias y jugadas decisivas es digno de un talento prodigioso. Llevar a cabo todo ello en un escenario de magnitud global y liderar, a tal edad, a un conjunto que puede situarse entre los cuatro mejores del continente en una semana tiene muy pocos precedentes. Se antoja realmente complicado ponderar lo que representa una actuación estelar de un futbolista de 18 años en un partido de cuartos de Champions League, en Alemania y ante un equipo de potencial similar al que él defendía.

Kylian Mbappé Lottin iniciaba ante el Borussia Dortmund su tercer partido como titular en la máxima competición continental, tras los dos correspondientes a la eliminatoria ante el Manchester City, y el balance es absolutamente sobrecogedor. El delantero parisino ha anotado cuatro goles en tres encuentros de máxima exigencia habiendo cumplido la mayoría de edad hace escasos meses, algo que no ha conseguido con tal naturalidad y precocidad ninguna de las estrellas mundiales de la actualidad.

Leonardo Jardim, dando indicaciones durante un lance del juego. | FOTO: ASMonaco.com
Leonardo Jardim, dando indicaciones durante un lance del juego. | FOTO: ASMonaco.com

En la primera ocasión en la que disputaba 90 minutos en la máxima competición continental, Mbappé formó adelantado en el 4-4-2 de Leonardo Jardim junto al colombiano Radamel Falcao. Es esta coyuntura la que más beneficia al joven delantero galo, pues la entidad y el nivel en el área de su acompañante le ofrece mayor libertad para moverse por todo el frente de ataque, buscando desmarques y asociándose con los mediapuntas. Dadas las circunstancias, si a la frescura de Mbappé se le adiciona una inspiradísima versión de Bernardo Silva y Thomas Lemar, como sucedió ante el Dortmund, donde, además, los espacios aparecían con facilidad, es sencillo entender por qué el combinado del Principado es el más goleador del continente.

El conjunto francés, que se mostró vulnerable ante el ataque amarillo, no mostró su mejor versión en el verde del Signal-Iduna Park de Dortmund, principalmente influenciado por la baja de su pieza más sólida en la medular, el francés Tiemoué Bakayoko, que tuvo que ser sustituido por el liviano Joao Moutinho, quién, a pesar de sus características, realizó un trabajo encomiable de posicionamiento. Sin embargo, los espacios ofrecidos por los hombres de Thomas Tuchel fueron el balón de oxígeno al que el Mónaco se agarró para gobernar el partido, así como la verticalidad con la que los atacantes monegascos salían al contragolpe tras un robo de balón.

Una recuperación en el centro del campo por parte visitante provocó la primera aparición clave de nuestro protagonista en el juego. Un simple pase largo a la espalda de los centrales desencadenó una veloz carrera de Kylian Mbappé, que se anticipó a Sokratis pese a que el griego contaba con distancia a su favor, y provocó un penalti que Fabinho no pudo transformar. La zaga del Dortmund ya conocía, pasado un cuarto de hora, que a su espalda tenía el primer filón que el precoz delantero trataría de explotar durante la tarde.

Una buena conducción de Bernardo Silva desencadenó el primer gol visitante. | FOTO: ASMonaco.es
Una buena conducción de Bernardo Silva desencadenó el primer gol visitante. | FOTO: ASMonaco.es

No pasaron muchos minutos hasta que descubrieron el segundo. Bernardo Silva recogió un despeje en la frontal del área monegasca y desató un contragolpe que desembocó en un centro de Thomas Lemar. Mbappé, situado donde ha de estar un delantero y, como un clásico nueve curtido en mil batallas que ha sido dotado de todos los intangibles posibles, simplemente tuvo que empujar el cuero a la red, en posición adelantada. Una acción que incluso Filippo Inzaghi o Raúl González habrían firmado, y que significó el 0-1 para los del Principado.

Bien avanzado el segundo tramo del encuentro llegó la tercera acción decisiva del delantero galo, que terminó de confirmar la candidatura de su equipo a reventar todos los pronósticos hechos al inicio de temporada. Poco antes, había dejado una acción para el recuerdo, provocando una falta cercana al área tras dejar en el suelo a tres oponentes, pero es su segundo gol el que hace soñar a los de Jardim con las semifinales. Mbappé estuvo atento, a la par que pillo, para interceptar un pase horizontal salido de los pies de un imprudente Lukasz Pisczcek, encarar a Bürki con el desparpajo de un adolescente y rematar con la frialdad de un veterano. Balón a la escuadra y el tercer gol de visita subido al luminoso, dos de ellos con su firma.

Mbappé ha sellado su nombre en un escenario de primer nivel. | FOTO: ASMonaco.com
Kylian Mbappé ha sellado su nombre en un escenario de primer nivel. | FOTO: ASMonaco.com

Kylian Mbappé, que suma la extraordinaria cifra de 13 goles en las últimas 11 citas, cierra el encuentro, pues, con un penalti provocado y dos tantos en su cuenta. Ninguna de esas jugadas destaca por haber sido excesivamente escandalosa, ni propia de la exuberancia de quién es comparado ya con Thierry Henry. Ha sido, simplemente, una actuación repleta de madurez y de tranquilidad, estando siempre en el sitio oportuno y definiendo como si llevara toda la vida jugando estos partidos. Este encuentro en Westfalia ha podido significar la consolidación del atacante galo, ya no como el joven jugador de remarcables apariciones, sino como el hombre capaz de liderar a un equipo ganador y de ofrecer actuaciones de alto nivel regularmente. Todo el futuro por delante para alguien que ya es capaz de mandar en el presente.