12 de septiembre, 20:45, y rodó el balón en el estadio Celtic Park en la ciudad de Glasgow para escribir en la historia lo que sería el primer encuentro  entre estos dos equipos.

Imponente y atrevido salió el equipo parisino en la casa del conjunto escocés, claro estaba que querían llegar a la victoria rápidamente, tomando como estrategia mantener la posesión del balón en terreno contrario. Insistentemente Dani Alves trataba de centrar el balón para Edinson Cavani pero las jugadas no concluían de la mejor manera.

A los 12 minutos el conjunto dirigido por Unay Emeri avisaba a qué se tendría que atener Celtic en el resto del compromiso, Edinson Cavani marcó para infortunio de su equipo en fuera de lugar, pero solo bastaron 7 minutos más para que el jugador más costoso del mundo enviara el balón al fondo de la red y abriera el marcador. Con una excelente salida por la banda izquierda, Rabiot asistió a Neymar, que por velocidad logró ganarle la posición al balón al defensa del equipo local, recordando que otros dos jugadores blancos también se encontraban  allí y que también pudo evitar, y con un fuerte remate logró evadir de la manera más certera al arquero que no se pudo liberar de la calidez y del buen pie del jugador brasileño.

Los pocos remates al arco contrario que Celtic había logrado ejecutar, después del gol, no volvieron a aparecer.  La posesión era absoluta para el equipo parisino y se veía más cercano el segundo de ellos que el empate del local. Y así fue, en el minuto 32 apareció uno de los tridentes más temibles actualmente. Tras un centro puesto como con la mano desde el sector derecho por parte de Veratti, los tres grandes jugadores en el área hicieron participación en la jugada de gol. El primero fue Neymar que de cabeza se la puso a Cavani, un poco incómodo en posición se la dejó a Mbappé para que con la pierna derecha anotara el segundo de la noche. Abrazo y dedicación al 10 de les Rouge-et-Bleu, fue la celebración que realizó el jugador francés.

Foto: @PSG_inside
Foto: @PSG_inside

El panorama cada vez se hacía más oscuro para los celts, pues al minuto 38 Simunovic provocó un penal contra Edinson Cavani, las cartas estaban jugadas para que el tridente de París volviera a brillar como en su último partido por liga. El matador fue el encargado de anotar el tercer gol del encuentro, y con este tanto superaba a Ibrahimovic como máximo goleador del PSG en la Champions.

Llegó el entretiempo y mientras que el equipo de Emery se iba al descanso con tres puntos en el bolsillo, Celtic debía buscar la manera de darle vuelta al resultado, tarea que sin lugar a dudas era difícil. Lo que no se esperaban, era que el marcador se ampliaría en lo que restaba del compromiso.

Se jugaron los últimos 45 minutos, en tan solo uno Celtic generó la primera opción de gol del segundo tiempo, después de un cabezazo de Griffiths que Areola logró retener con sus manos. El PSG ahora jugaba sin mucha intensidad. Al minuto 60 se le acabó el partido al que asistió un gol, Rabiot salió para darle ingreso a Draxler, jugador que provocaría en el minuto 80  un autogol por parte de Lusting. Ahora el equipo escocés no solo había originado un penal sino que también se había marcado en su propia  portería, definitivamente la noche estaba destinada para que PSG brillara con luz propia. Sin embargo,  esta no sería la última anotación, el matador marcaría una vez más para su equipo de cabeza tan solo dos minutos después.

5-0 fue el marcador final, y este tridente maravilloso nos dio una muestra más de lo mucho que  podremos disfrutar de su buen fútbol, tanto individual como colectivo, en todo torneo que afronten.